Por E. MARTÍNEZ CODÓ
Los últimos sucesos ocurridos en los territorios limítrofes entre el Líbano e Israel han mostrado la crudeza y la realidad de lo que está sucediendo allí, donde la credibilidad sobre del Defensa de este país ha levantado una serie de protestas y reclamos (se ha llegado a pedir la renuncia del presidente y su gabinete) llegándose a poner en duda la eficacia y profesionalidad de su Comunidad de Inteligencia. Hoy enfocamos nuestra observación, precisamente sobre estos temas.
Nadie duda que el estado de Israel posee en nuestros días, uno de los más eficaces y eficientes Servicios de Inteligencia. Esta país, de sólo 6 millones de habitantes, dispone una población que es superada por sólo la población de las ciudades capitales de los países musulmanes que lo rodean: El Cairo (Egipto) tiene una población de 12,3 millones; Riyad (Arabia Saudita) cuenta con 2 millones; Damasco (Siria), con 1,4 millones; Amán (Jordania) con 1,2 millones; sin contar con los 5,5 millones de personas que viven en la más lejana Bagdad (Irak), actualmente con problemas propios como para pensar en atacar a Israel (no nos olvidemos que en su tiempo los misiles iraquíes tipo «Scud» alcanzaron blancos en Israel y Arabia Saudita.
A tal punto es seria esta amenaza que hace ya añares el viejo líder y «Padre» del país David Ben Gurión, vaticinaba aquello que ha quedado grabado a fuego en todo el pueblo judío: «Israel precisa una sola guerra para desaparecer.»
La historia contemporánea de este país es corta y bien conocida. Todos conocemos lo que fueron las luchas por la independencia, la Guerra de los Seis Días, la Guerra del Iom kipur… pero bici se sabe sobre el aporte que efectuó la Comunidad de Inteligencia israelí en todas esas luchas- Y al decir la Comunidad de Inteligencia, nos estamos refiriendo hoy al MOSSAD (Inteligencia de Estado), al AMAN (Inteligencia Militar) y al SHIN BET (Inteligencia de Seguridad Interior).
Siempre se recuerdan los éxitos, pero pocas veces se rememoran los fracasos; en su mayoría debidos a la preexistencia de un concepto o doctrina edificada no sobre la que nace de los informes de la Comunidad, sino sobre las bases que hablan de un «quedantismo» («dormirse sobre los laureles»), así como de una excesiva confianza en el poder militar propio y en el apoyo casi incondicional, que le demostró Estados Unidos y toda la diáspora mundial hebrea, en especial, cuando se remitieron a Tel Aviv varias baterías de misiles antimisiles «Patriot» –que fallaron varias veces— así como al alto prestigio que había logrado instalar la Comunidad en la opinión pública mundial.
> EL PRIMER FALLO
Como se recordará, el 5 de setiembre de 1972, siete miembros del grupo terrorista islámico «Setiembre Negro» llevaron a cabo un acto de su especialidad extorsiva (exigían la liberación de 250 compañeros detenidos en las cárceles israelíes) o le daban muerte a un grupo de atletas israelíes que habían concurrido a la ciudad de Munich (Alemania) a competir en los Juegos Olímpicos Mundiales de ese año. El hecho finalizó trágicamente con la masacre de los atletas, lo que despertó un ansia de ira y de venganza en todo Israel. Todo eso se reflejó en la creación de Comité X, del cual surgió la orden para que el MOSSAD persiguiera y exterminara a los integrantes de grupo de «Setiembre Negro», responsable de la matanza. La operación respectiva llevó el nombre código de «Operación Mitzvah Elohim» («La ira de Dios» en castellano).
Uno de los perseguidos era el líder palestino Alí Hassan Salameh, denominado el «Príncipe Rojo», que había dirigido la operación terrorista, el cual fue perseguido por toda Europa durante varios meses, hasta que los agentes especiales encubiertos («sayeret») creyeron haberlo ubicado en la población noruega de Lillehammer, donde funciona una villa de juegos olímpicos de invierno. Allí, el 21 de julio de 1973 el supuesto agente árabe fue seguido y asesinado. Pero el muerto no era en realidad Salameh, sino un camarero de hotel marroquí llamado Ahmad Brichikit, casado con una joven noruego –-en presente en el hecho– que estaba embarazada.
La operación había fracasado y fue un desastre por la deficiente organización y ejecución de la misma; la mayoría de los «sayeret» fueron detenidos por la policía noruega, lo que provocó un gran escándalo internacional y un gran desprestigio para el MOSSAD. Además, evidenció que el grupo de apoyo había obrado con incompetencia y hasta llegaron a confesar que eran agentes judíos pertenecientes al MOSSAD.
De esa forma toda la admiración que el organismo de inteligencia hebreo había logrado crear, se derrumbó estrepitosamente y atrajo las críticas del todo el mundo.
> LA GUERRA DEL IOM KIPUR
Ese mismo año (1973), en la tarde del Iom Kipur (la tradicional fiesta judía del «Día del Perdón») correspondiente al año 5734 del calendario israelí, las fuerzas aliadas de Siria (desde el Norte) y de Egipto (desde el Sur) lanzaron una vigorosa ofensiva que sorprendió a las fuerzas israelíes «con los pantalones bajos», como generalmente se dice. Por unos días parecía que finalmente Israel iba a perder la tan temida «guerra final».
Dos ejércitos egipcios, el II y el III y todo el ejército sirio iniciaron una operación conjunta de estrangulamiento («Operación Badr» = «Luna llena» en castellano), que obligó a las fuerzas israelíes a obrar por líneas interiores, dirigir y redirigir a sus fuerzas blindadas de un frente al otro, hasta que gracias a un joven oficial al mando de una patrulla de exploración y observación en la zona de Grafit, partió el 9 de octubre de 1973 –es decir, tres días después de la sorpresa táctica– en cumplimiento de un requerimiento de HUMINT, a buscar indicios o vestigios de la presencia árabe entre los dos Ejércitos egipcios que avanzaban desde el canal de Suez hacia el Norte, sobre las líneas de resistencia judía que combatían en forma retardante.
Ese joven oficial –-cuyo nombre no he podido identificar—no encontró rastros ni vestigios de las fuerzas egipcias, llegando hasta el Gran Lago Amargo. Al no hallar oposición alguna continuó avanzando, y giró hacia el Norte, con igual resultado. Cuando anocheció rodeó Kishuf y regresó al lago Amargo, desde donde informó a sus superiores lo que había verificado: «He encontrado una brecha entre el II. y el III. Ejército egipcio»
La información fue inmediatamente ponderada por la Inteligencia israelí y concluyó en una rápida exposición del Jefe de Estado Mayor, quien decidió aprovechar esa revelación para infiltrar sus fuerzas mecanizadas, llegar hasta la costa oriental del Canal de Suez, converger hacia el Sur, rodear por la retaguardia al III. Ejército egipcio y doblegarlo hasta lograr la rendición de gran parte de sus efectivos.
Luego, las fuerzas judías cruzaron el Canal (7 y 8 de octubre) y avanzaron rápidamente en territorio egipcio y, al 22 de octubre de 1973, cuando la OUN ordenara el cese de fuego (por Resolución 338 del Consejo de Seguridad) las vanguardias israelíes se encontraban a sólo 40 kilómetros de Damasco y a unos 100 de El Cairo.
Pero lo interesante de esta guerra fue que la «sorpresa» fue que la misma se debió funda- mentalmente al errado concepto («ha Konsepzia») que imperaba en los altos mandos militares y del mismo estado de Israel, que formó rápidamente un clima de euforia de victoria y de extrema confianza en que, después de la fulminante victoria obtenida en 1967 (la Guerra de los Seis Días), ni Egipto ni Siria volverían a intentar una nueva invasión.
Eses error de apreciación –-y de concepto– hacía desestimar los alertas MOSSAD y del AMAN… y así les fue en un principio; y si no hubiera sido por la habilidad de sus jefes militares al saber operar adecuadamente por líneas interiores y al «descubrimiento» de la brecha entre el II. Y el III. Ejército egipcio, la suerte de esa guerra –y del mismo Israel—hubiera sido muy diferente al que finalmente tuvo.
> LA GUERRA CONTRA HEZBOLLAH
En términos generales, primero fue la OLP (Organización de la Liberación Palestina); luego surgió el HAMAS (acrónimo de Hanakat al-Muqáwama al-Islamiya = Movimiento de Resistencia Islámica) en la Franja de Gaza, y ahora es el Hezbollah («Patido de Dios») del Líbano. Todos son movimientos de «liberación» musulmanes que luchan o han luchado contra Israel, pero ninguno representa oficial y concretamente a estado alguno, aunque sí son apoyados y abastecidos por países formales, islámicos (aunque sean de formación chiíta o sunnita, dos ramas en que se dividen los países global y malamente llamados árabes –es bueno recordar que los egipcios no son árabes y que los iraníes son de origen persa—si bien todos coinciden en que Israel debe desaparecer de Medio Oriente».
En nuestros días es la guerra contra el Partido Hezbolláh, que forma parte del espectro político del Líbano, ni representa enteramente a toda la población libanesa. Israel no está en guerra contra El Líbano, pero desde El Líbano se lanzan misiles contra Israel… ergo, este país lucha y bombardea a las zonas de donde parten los misiles y el pueblo libanés paga la cuenta de ese enfrentamiento no deseado por los libaneses que, entre paréntesis, no todos sus habitantes son musulmanes, ni comulgan con las ideas y procedimientos de Hezbolláh.
En las actuales refriegas y mutuos bombardeos ha quedado en claro que el gobierno libanés es impotente para imponer orden en su territorio; que no tiene fuerza y –porque no decirlo—la voluntad suficiente como para impedir que una fuerza armada que no es nacional, sino política y parcial, desarrolle actos violentos y poderosamente armados. Pero ahora se ha «descubierto» que esa lucha es asimétrica y que viene a robustecer el antiguo concepto de la «guerra de liberación» y, más todavía, que existen potencias cercanas o lejanas que gracias al desarrollo armamentístico, intervienen apoyando de palabra y de hecho en dicha guerra que, paulatinamente está dejando de ser asimétrica para convertirse lisa y llanamente en una guerra convencional.
Atrás ha quedado las refriegas sólo con fusiles AK-47 y lanzagranadas RPG, así como los atentados con explosivos y granadas de mano, que caracterizaban el accionar de los terroristas. Ahora se está luchan con misiles de medio alcance; esto es de unos 1000 a 2000 Kilómetros, portadores de cargas explosivas convencionales. Pero estamos viendo como países musulmanes están intentando reemplazar esas cargas por explosivos nucleares, lo que pone a todo el mundo ante un caso de peligro inminente.
De esta manera, el viejo «concepto» de la superioridad tecnológica –que en el campo de batalla tradicional tiene Israel—se va haciendo cada vez menos segura y evidente. Se puede interceptar a un proyectil balístico o «inteligente» intercontinental mediante una complicada y costosísima red de radares de alerta temprana, pero aún no se ha logrado diseñar un equipo seguro contra proyectiles de corto y medio alcance, máxime si éstos están montados en plataformas móviles que entran en batería en contados minutos, efectúan salvas de cuatro u ocho misiles y se movilizan rápidamente hacia otras posiciones, dificultando así el fuego de contra batería.
> OTRA VEZ EL DEBITO DEBE PAGARLO LA INTELIGENCIA
¿Qué ha pasado? ¿Nuevamente una sorpresa táctica o estratégica? Se creyó realmente que ocupando una franja fronteriza de 20, 30 o más kilómetros se estaba fuera del alcance de los misiles islámicos? ¿Conocían el MOSSAD y el AMAN la existencia de esos misiles en poder del Hezbolláh? ¿Y si lo conocían, qué hicieron? ¿Cómo actuaron?
Las preguntas se multiplican y todo parece complicarse cuando vemos cómo avanza el perfeccionamiento misilístico y, paralelamente, el perfeccionamiento del desarrollo nuclear de ciertas potencias que disimulan muy mal sus reales intenciones, cuando proclaman abiertamente que «Israel no tiene lugar en Medio Oriente» y se lo «invita» a que «se trasladen a otra parte del mundo». O cuando un dirigente islámico extremista»aconseja» a Estados Unidos y a Occidente en general » a convertirse al islamismo».
Aquí lo que ha fallado no es sólo la Inteligencia de Israel, sino la de muchos otros países, que no supieron estar a la altura de las circunstancias y que parecen no entender o comprender la amenaza que se cierne sobre el mundo entero.
Cuando se leen ciertos informes que hablan de que Hezbolláh cuenta en sus arsenales con más de 21.000 misiles; cuando se sabe que Hezbolláh recibe todo ese material y equipamiento del exterior, porque todos sabemos que no cuenta con tecnología y dinero y científicos propios para construirlos y menos para perfeccionarlos; cuando uno va comprobando que la amenaza militar está a punto de transformarse en nuclear, ¿dónde y qué papel han jugado los Servicios de Inteligencia y, lo que es más grave, si esos servicios han cumplido profesionalmente su misión de detectar y alertar sobre las posibles amenazas, ¿qué decisiones han tomado los gobiernos respectivos?
El 12 de enero del año 2005, el general Aarón Zeevi, jefe actual del AMAN, expresaba que Irán había perfeccionado el misil Shihab-3 «que posee la capacidad de alcanzar el corazón de Israel» y si acabamos de leer que el Hezbolláh puede contar con dichos misiles en su panoplia bélica, ¿qué conclusiones pueden sacarse?
Reconociendo la gravedad de la situación el gobierno israelí ante la ola de preguntas y reproches que se ha levantado en el país, decidió formar una comisión investigadora «seria y profesional para examinar lo sucedido», y no es casual que dicha comisión estuviera integrada por varios generales de reserva y presidida por el general Nahum Admoni, que en su tiempo en actividad fuera el jefe del MOSSAD, el cual, por supuesto, tiene una vasta experiencia en temas de Inteligencia israelí.
No sabemos cuándo ni cómo será su informe, pero seguramente será crítico y –como no puede ser de otra manera– reflejará la realidad del problema que se ha planteado y ha puesto en tela de juicio el funcionamiento de la Comunidad de Inteligencia de su país.
Como reflexión final, al autor le parece oportuno recordar aquel viejo refrán popular que dice: «El hombre propone y Dios dispone», lo que traducido al lenguaje de Inteligencia podría interpretarse como «El G2 informa y el Decidor decide»; con perdón por la redundancia.
> BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
– «Todo espía un elegido»: Dan Ravin y Yossi Melman – Planeta, 1991.
– «MOSSAD, la historia secreta»: Gordon Thomas – Edit. Javier Vergara, 2000.
– «El Medio Oriente»: Charles Messenger – Edit. Norma SA, 1989.
– «El Servicio Secreto de Israel»: Eliezaer Strauch – La Semana Publishing Co., 1977.
– «Le Hezbollah:sa stratégie, ses ressorces:: reportaje a Salid Charara, en «Le Monde», 08. 06.
– «Israel à l’ heure des révisions stratégiques»: Charles Enderlin, em «Le Monde»,
– «Irán en el punto»: Ignacio Ramonet- en «Le Monde Diplomatique» (en español) febrero 2005.
– «Balance de Situación de la crisis en el Líbano»: analysiseinteligencia.com – 27.07.06.
– «El inventario de misiles de Hezbollah»: en analysiseinteligencia.com – 27.07.06.
– «Reservistas indignados con el plan de ataque»: Patrick Amidjar, en «La Nación», 19.08.06.
– «Investigarán en Israel los errores de la guerra» – cables de AP, DPA y EFE, «La Nación»29.08.06.
– «Al-Qaeda pide a EE.UU convertirse al Islam» – Cable de AFP en «La Nación» -03.09.06.