La inteligencia consiste en el empleo de la información y el conocimiento más adecuados para atender a una necesidad específica orientada a la toma de decisiones y a la acción por parte de un determinado individuo o grupo. La inteligencia ofrece la posibilidad de un conocimiento muy específico, que toma en consideración el contexto y los objetivos de sus usuarios y que se orienta a resolver sus necesidades, de modo que provee una guía para la acción oportuna, aplicable y útil.
Según el Glosario de Inteligencia editado por el Ministerio de Defensa (2007), la inteligencia como producto puede ser objeto de cinco tipologías: en función de la finalidad, del tipo de necesidad de información que atiende, del tipo de fuente que predomina en su producción, del territorio que cubre y de la materia específica de la que se ocupa. Como estas clasificaciones atienden a diferentes aspectos de la realidad, un producto de inteligencia concreto puede participar de diferentes tipologías.
De acuerdo con su finalidad: la inteligencia puede ser estratégica, táctica, operacional y estimativa o prospectiva:
- La inteligencia estratégica contribuye a la definición de los objetivos de una organización y al establecimiento de la política y los planes generales para alcanzar las metas fijadas mediante la comprensión del entorno en que actúa. Para ello, se centra en la identificación y el análisis de los agentes que actúan en ese entorno, los elementos que lo caracterizan y los factores que concurren en su evolución. La inteligencia estratégica presta una atención especial a la vigilancia de la aparición de indicios y la monitorización de la modificación de indicadores de riesgos con el fin de detectar su conversión en amenazas; así como al descubrimiento de todo aquello que pueda significar una oportunidad de éxito para la organización.
- La inteligencia táctica tiene como fin contribuir a la planificación y el diseño de las acciones concretas necesarias para la consecución de un objetivo. El término táctico también se emplea para aludir a la inteligencia que se utiliza para tomar una decisión sobre un asunto específico en una situación inmediata o resolver un problema durante una situación de crisis. La inteligencia táctica difiere de la estratégica en su objetivo y la perspectiva que adopta.
- La inteligencia operacional se dirige a ayudar a la organización y ejecución de las acciones concretas necesarias para la realización de una misión. Por misión se entiende el cometido que recibe un oficial de inteligencia de lograr un propósito determinado mediante la realización de las acciones apropiadas, por sí solo o al mando de un grupo de agentes o miembros del servicio de inteligencia, contando con los medios y recursos que el servicio pone a su disposición.
De acuerdo con el tipo de necesidad de información a la que atiende: La inteligencia puede ser básica, actual o crítica.
- La inteligencia básica tiene por objeto atender a los requerimientos de inteligencia permanentes y generales de la organización. Es necesaria para la elaboración de inteligencia estratégica y estimativa; por tanto, se produce atendiendo a los objetivos estratégicos de la organización. No obstante, el almacén de inteligencia creado también se utiliza para resolver demandas de información concretas que, de modo puntual, pueden surgir durante la producción de inteligencia táctica u operacional. La inteligencia básica se elabora de un modo programado y rutinario. Para su creación predomina el uso de fuentes de información abiertas, generalmente obras de referencia, estados de la cuestión y trabajos de síntesis. Sus productos más típicos son los informes sobre naciones, instituciones, organizaciones y personalidades extranjeras. Los estudios sobre países recogen sus principales caracteres físicos, históricos, sociales, económicos, culturales, políticos y militares, los últimos acontecimientos sobre estos asuntos y un análisis sobre sus recursos, sus capacidades y sus vulnerabilidades, con una especial atención a las cuestiones directamente relacionadas con la seguridad en un sentido amplio.
- La inteligencia actual tiene por fin satisfacer los requerimientos de inteligencia puntuales y concretos de una organización. Refleja el estado de una situación o de un acontecimiento en un momento dado y muestra opciones de evolución en el plazo corto. También detecta y advierte sobre indicios de riesgos. Se utiliza principalmente para responder a las demandas de información que surgen durante un proceso de toma de decisiones o durante la planificación y el desarrollo de una misión. La inteligencia actual suele ser la más deseada por los gobernantes, que desean además precisión y certeza en los mensajes. Pero esto es a veces muy difícil de conseguir, ya que el tipo de información sobre el que se sustenta puede ser difícil de obtener, así como de evaluar su fiabilidad y su credibilidad. La inteligencia actual también tiene como fin complementario poner al día los productos elaborados por la inteligencia básica y los análisis realizados por la inteligencia estratégica. Además, la implantación de un eficaz sistema de producción de inteligencia actual tiene el efecto añadido de disminuir las necesidades de información durante la gestión de crisis. Los productos de la inteligencia actual suelen adoptar la forma de informes periódicos, generalmente diarios o semanales, sobre cuestiones de interés general y frecuente; y también la de informes específicos de rápida elaboración, emitidos como respuesta a una demanda sobre una cuestión concreta de actualidad.
- La inteligencia crítica es aquella que se produce para satisfacer los requerimientos de inteligencia que surgen durante la gestión de una crisis. Se trata de información puntual que al ser contextualizada con la inteligencia básica y actual permite tomar decisiones con rapidez y acierto.
De acuerdo al tipo de fuente predominante en su producción: distinguimos entre la inteligencia de fuentes humanas, la de fuentes abiertas y la de fuentes técnicas. La inteligencia humana (HUMINT, acrónimo de human intelligence) es la que se basa en información obtenida o suministrada directamente por personas. La inteligencia abierta (OSINT, open source intelligence) es la que se elabora a partir de información que se obtiene de recursos de información de carácter público. Y la inteligencia técnica (TECHINT, technical intelligence) es la que se produce a partir de la obtención y el procesamiento de información mediante el uso de una determinada tecnología de vigilancia u observación. Como el término inteligencia técnica es genérico, se suelen utilizar nombres más específicos relacionados con la tecnología empleada: inteligencia de señales (SIGINT, signal intelligence), inteligencia de imágenes (IMINT, imagery intelligence), inteligencia de comunicaciones (COMINT, communications intelligence).
De acuerdo con el territorio sobre el que se elabora inteligencia: interior o exterior del Estado al que pertenece el servicio de inteligencia.
- La inteligencia interior se ocupa de identificar y seguir la evolución de los riesgos y las amenazas procedentes de grupos que actúan dentro del propio país, con el fin de apoyar el proceso de adopción de medidas preventivas o de neutralización por parte del Gobierno. La inteligencia interior centra su atención en la investigación de las intenciones, las actividades y la capacidad de organizaciones e individuos que tienen o pueden evolucionar hacia objetivos que buscan la desestabilización o la franca agresión del orden político establecido, la comisión de daños contra la población y las infraestructuras críticas o la realización de acciones contrarias a los intereses nacionales.
- La inteligencia exterior se dedica a los riesgos y las amenazas a la seguridad nacional procedentes del exterior del país al que pertenece el servicio de inteligencia, con independencia de que sus agentes sean estatales o no.
De acuerdo con la materia específica a la que pertenece un producto de inteligencia: Es posible incluir en esta clasificación una vasta gama de tipos de inteligencia como la política, económica, tecnológica, militar, social, cultural, para el mantenimiento de la paz, criminal, científica, medioambiental, sanitaria, competitiva, de negocios…