“No serán quienes tengan las mejores bombas quienes ganen los conflictos del mañana, sino quienes cuenten la mejor historia”. Así lo afirmaban el “Le Monde” el 6 de junio de 1999 John Arquilla y David Rundfeldt, especialistas de la Guerra en Redes (Netwar) en la Rand Corporation.
Y esta afirmación es tanto más cierta cuanto más numérica es una sociedad. Y España es muy numérica, el 3º país en nº de usuarios de Twitter. Esta faceta numérica se traduce en una facilidad pasmosa de trasmisión, en un coste nulo de comunicación y en una curva de aprendizaje cada vez menor. Y en rentabilidad: ¿cuánto valdría conseguir que alguien leyera una información estratégica relevante en modo presencial?
Ser numéricos es rentable, ser fluidos es rentable; pero las sociedades numéricas presentan vulnerabilidades críticas ligadas a los intercambios de información.
¿Por qué comenzamos por estas afirmaciones? Sencillo, por la persecución llevada contra el Campeón Alberto Contador, por las continuadas afirmaciones hechas por el Periódico L´Équipe en cuanto al dopaje de nuestros deportistas, por la acusación velada de dopaje contra Rafael Nadal (ganador de 6 Roland Garros), por las acusaciones vertidas por Yannick Noah contra el deporte español y un largo etcétera de acciones de desestabilización en contra de la marca España.
¿Porqué estas afirmaciones?
Curiosamente se producen después de que Madrid se posicione oficialmente como candidata a los Juegos Olímpicos del 2020. Conseguir que el TAS condene a Alberto Contador por doping (¿podía no condenarlo?) era el primer paso. Sin mucha dilación se extrapola a acusación a otros deportistas españoles, en este caso, Rafael Nadal. Extender la duda a otros deportistas sería el siguiente paso. Suponer que los organismos de gestión del deporte en España no son capaces de yugular el doping va de la mano y, ¿cómo aceptar la candidatura a unos Juegos Olímpicos de un país tan laxo? Esto se llama operación de desestabilización o infowar. Y Francia posee la cultura y la metodología para ello. Un poco de presión aquí, jugar con el peso del Tour allá, algunas afirmaciones en condicional acullá; y a esperar a desencadenar los infiernos ¿para qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras?
No es la primera vez que ocurre
En efecto, podemos encontrar rastro de acciones similares durante otros procesos de selección de sede de los Juegos Olímpicos:
En Madrid, en 2004, durante el transcurso de un partido de fútbol en España e Inglaterra, los aficionados españoles fueron acusados de abuchear a los jugadores ingleses de color mediante gritos de mono y otros insultos racistas.
La candidatura de Londres supo aprovechar el giro que tomó el partido para incidir en el punto de equilibrio de la candidatura de Madrid ensuciando la imagen de la ciudad, por aquel entonces candidata a los JO del 2012. Mike Lee, Director de la Comunicación y de R.R.P.P. de Londres 2012 llevó a cabo una fuerte campaña de desestabilización utilizando la prensa británica(BBC Sport, Guardian.co.uk, Telegraph.co.uk, The Independent) e internacional (Associated Press, NBC Sports, CNN), así como Internet para ennegrecer la imagen del competidor directo, afirmando “Este partido se ha organizado para promocionar la candidatura de Madrid 2012, por lo que deben pedir disculpas”. Este ataque informativo llevó a Alberto Ruiz-Gallardón a la condena pública del racismo en el deporte en medios deportivos. Esto desacreditó el espíritu deportivo de Madrid en su candidatura para los Juegos de 2012.
Mike Lee es el antiguo Director de Comunicación y Relaciones Públicas del partido Laborista Ingles, del la Liga Inglesa, de la UEFA y ganador de la candidatura de Londres 2012. En 2006 crea una empresa de consultoría en Inteligencia Económica, Vero Campaigning Communications, responsable de la campaña de comunicación de Río de Janeiro 2016. La candidatura de Río se vio apoyada fuertemente por unas acciones de desestabilización orquestadas por Vero Consulting con el fin de:
• Ennegrecer la imagen de Madrid acusando de racismo al deporte español, por segunda vez, y así desacreditar la candidatura de Madrid.
• Aislar la ciudad del plano político apoyando la anulación de un partido amistoso entre España e Inglaterra por la UEFA en el 2008.
• Crear una movilización social y una caja de resonancia contra dicha candidatura mediante un grupo de Facebook llamado “Kick Racist Spain out of the Olympics”.
• Acusar de espionaje a España durante la comisión de evaluación de la candidatura de Río y difundirlo estratégicamente.
• Llevar una fuerte campaña de lobby en el Comité Olímpico Internacional en contra de Madrid en el momento del voto final en Copenhague.
Y “le tour est joué” (asunto resuelto), como dicen en el país de Molière, y a un coste marginal debido a la fuerte viralidad posible gracias a las Redes Sociales, lo que permite influencias de opinión a gran escala.
La utilización de rumores, campañas de denigración y descrédito personal siempre se ha hecho en los enfrentamientos competitivos; pero una nueva forma de crimen económico ve la luz por el auge del mundo numérico. Y hablamos de crimen económico porque el objetivo final no es afianzarse como defensores de la virtud deportiva, ni posicionarse como referentes comprometidos en las buenas prácticas sociales. Ni mucho menos. El objetivo es económico, la morterá, que decimos en España. Como indican Brandenburger y Polak en 1996, las organizaciones (y España y su Marca lo es) nunca han sido más dependientes de la evaluación de los mercados, de las fluctuaciones bursátiles, de las calificaciones de deuda para conseguir los recursos críticos necesarios al desarrollo que en la actualidad. Y esos recursos se obtienen gracias a la reputación; reputación de que se gestionarán bien los fondos que se presten, que la solicitud de inversión es legítima y segura, que la organización es sólida, etc. Y la reputación es PERCEPCIÓN. Una desestabilización a gran escala como la que está sufriendo España es un impacto directo bajo la línea de flotación; un Asunto de Estado. Esta acción puede hacer perder parte de la credibilidad que tiene España, lo que conllevará la pérdida de sus apoyos financieros, la pérdida de inversiones extranjeras, la pérdida de su calificación de deuda, pérdida de su poder de influencia, pérdida de su independencia. ¿Cuánta?, puede ser mucha, puede ser poca; en todo caso es DEMASIADA.
¿Qué es desestabilización?
La desinformación consiste en la propagación deliberada y con fines políticos de información conteniendo falsedad y haciéndola aparecer como proveniente de una fuente neutra o amiga con el fin de influenciar una opinión y debilitar a un adversario. (Vladimir Volkoff, en su libro “Petite histoire de la désinformation : du cheval de Troie à Internet” 1999) La desinformación es un recurso ofensivo con características muy particulares: es un arma temible cuyos efectos insidiosos no son detectables hasta pasado un cierto tiempo (Almirante Lacoste, 1986:10). Las campañas de desestabilización tienen tres objetivos:
1. Pérdida de los medios psicológicos del adversario con el fin de generar parálisis decisional.
2. Pérdida de la reputación y legitimidad en su concepción amplia, pero también de cara a sus inversores institucionales, mercados financieros, partners: así como el menoscabo en la relación de interdependencia estratégica.
3. Pérdida de apoyos financieros, de grupos de interés y de la opinión pública global, indicando a sus adversarios su fragilidad (por ejemplo, no hace mucho se hablaba de varios millones de dólares apostados en contra de la bolsa española; hoy un ataque así sería más fructífero que ayer debido a la pérdida de credibilidad)
No nos inventamos nada
En 1993, una ofensiva llevada a cabo mediante metodología similar tuvo lugar. La acción contra Body Shop se basó en una denuncia en cuanto a la utilización de niños en las fábricas de la organización mientras que la empresa focalizaba su comunicación en sus productos “ecológicos”. Solución: pérdida del valor de sus acciones en un 30% en solo tres días y disculpas públicas por parte de la empresa argumentando “desconocimiento”.
Y es que las acciones de desinformación funcionan muy bien porque se basan en la característica de que son negables porque trabajan los malentendidos. Cuando en una situación no se ve con claridad la consecución del objetivo prefijado, se puede hacer marcha atrás, se puede auto despreciar el argumento para volver a la carga ulteriormente. No es necesario negar algo que no se ha dicho; y siempre se puede utilizar un alias numérico que reactive la llama. Utilizando los sesgos cognitivos, se puede dejar caer una información para que sea el subconsciente o el imaginario colectivo quien haga el resto. La atribución de sentido es retrodictiva, ya que los sujetos que reciben el impacto informativo atribuyen un sentido al acontecimiento a posteriori (Weick, 1995). Esta atribución no es ni lineal ni racional, dándose el caso habitual del sesgo cognitivo, es decir, la información se deforma subjetivamente para que entre dentro de los esquemas recibidos. En este caso, la opinión pública tenderá a racionalizar la opinión previa sobre España y hacerla entrar en el nuevo concepto impuesto por Francia. (Ya decía yo que ganaban demasiado…), de forma que la siguiente opinión sobre la Marca España será consistente y duradera.
¿Cuánto nos costaría, a los españoles, una acción perjudicial repercutiendo sobre la Marca España? ¿Durante cuánto tiempo?
Si vis pace, para bellum
Las organizaciones tienen problemas para entender la existencia y el concepto del “riesgo informativo”. Este riesgo se puede bifurcar en dos tipologías: el accidente informativo, quien ya es tratado con eficacia en las empresas mediante protocolos de gestión de crisis y acciones proactivas de protección de la imagen corporativa (RSC, desarrollo sostenible, ética empresarial, impacto local) y la crisis inducida por desestabilización. Se suele pensar que las crisis inducidas no prosperarán por el colchón de reputación que provee las acciones proactivas tipo RSC; en absoluto. Si se encuentra la palanca mágica, se moverá el mundo. Basta con encontrar un argumento sólido y el público decidirá que todo el desarrollo sostenible no era más que fachada para vender más, para mejorar sus relaciones institucionales: JAQUE MATE.
Una organización responsable de poder tener la capacidad reactiva de protección y contraataque. Para ello debe poder analizar el entorno de la empresa de forma minuciosa y monitorizarlo con el fin de detectar puntos ciegos, fallos potenciales explotables por la competencia desleal y acciones y escenarios de respuesta. No hablamos de simple vigilancia, átona y analítica, hablamos de inteligencia que permita entender el valor exacto de la organización para ponderar con objetividad los riesgos, sus causas probables y sus soluciones óptimas.
La información es la misma para todas las organizaciones, las fuentes disponibles lo son para cualquiera que se interese por ellas. La densidad informativa es el mismo problema para todos. Por tanto es una simple cuestión de interiorización del problema, de concienciación del alcance del mismo y de búsqueda de soluciones, que las hay, y muy eficaces. De otro modo, es negligencia. Una negligencia que incumbe a todos los españoles sin que estos sean conscientes de lo que se juegan y sin que puedan hacer nada para remediarlo.
Este documento es un documento de alerta y de concienciación. Las acciones de Francia no son un error, tienen una estrategia y un objetivo. Alberto Contador, es, muy a nuestro pesar, una ficha en el tablero, Rafael Nadal, puede ser otra, como el Comité Olímpico, los estamentos deportivos, la Comunidad de Madrid hasta llegar a la Marca España. Estas fichas irán cayendo según lo previsto si no se pone remedio. Nosotros avanzamos que el objetivo puede ser impedir la candidatura de Madrid a los JJOO y puede que nos equivoquemos, pero sepan que si no es ése el objetivo, hay otro.
“Nada directo, siempre mediante vectores, nunca luchar sobre su propio terreno ni sobre el del adversario; vencerlo más allá, en otro país, en otro contexto social, en otro ámbito intelectual, pero no en el que existe el conflicto. Esta conceptualización supone tres participantes: nosotros, nuestro adversario y un agente títere; es decir un elemento que refleje nuestra maniobra”
Vladimir Volkoff, « La Désinformation, arme de guerre »
Usuario: Hugo Zunzarren