A pesar del cada vez mayor número de internos musulmanes y de que ha quedado claro el que el medio penitenciario constituye un campo abonado para el reclutamiento de yihadistas y para la formación de células islamistas, lo cierto es que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias sigue sin tener en cuenta la importancia del control que los funcionarios de vigilancia interior pueden ejercer sobre este colectivo. De hecho los programas de formación de los funcionarios de nuevo ingreso y los cursos de formación que se dirigen a los funcionarios que ya prestan servicio no tienen en cuenta en absoluto la existencia de esta amenaza. A nivel general y desde mi perspectiva de funcionario de a pie no he recibido nunca ninguna directriz o formación para afrontar en un momento dado esta tarea.
Al contrario que lo que ocurría pocos años atrás en los que este problema estalló en las manos de la actual Directora General los reclusos islamistas o que se pueden considerar simpatizantes han adoptado un perfil bajo que dificulta la detección de los mismos. Por otra parte en las prisiones en las que no son grupos numerosos no es fácil observar el establecimiento de jerarquías.
Este texto pretende en este sentido establecer ciertos criterios que he ido estableciendo a través de mi experiencia particular. En todo caso y siendo consciente de que no soy un experto en la materia intento ofrecer unos parámetros que permitan ayudar a detectar a este tipo de reclusos partiendo siempre de la base de que por lo general siempre nos basaremos en indicios poco concluyentes.
1) En primer lugar nos fijaremos en el grupo en general que esté internado en el Departamento. Observaremos si mantienen algún tipo de rutina colectiva, si forman subgrupos, si son permeables al resto de los internos o si ocupan espacios del módulo bien de un modo abierto o discretamente. También será interesante ver como afrontan las festividades musulmanas ya sean las más tradicionales (Id Al Fitr e Id Al Adha) o ya sean otras más específicas como el ayuno en el día 10 del mes de Muharran y que puede implicar un mayor compromiso religioso por parte de los internos.
2) En segundo lugar nos deberíamos fijar en cada individuo concreto, sobre todo por la dificultad de encontrar comportamientos colectivos sospechosos. Lo apropiado será empezar por los internos que parezcan tener cierta ascendencia o influencia sobre los demás. También son llamativos los individuos reservados y los que mantengan comportamientos meticulosos y ordenados. En esta fase es interesante observar las pertenencias que los reclusos tienen en sus celdas. De este modo será destacable si poseen colecciones de Hadices o folletos susceptibles de contener material proselitista (normalmente están en árabe y carecen de depósito legal en España, los editados en el extranjero suelen proceder de Arabia Saudí si bien algunas veces hay material editado por la Universidad Al Azhar de El Cairo). Junto a esto también es interesante observar el lugar de edición del Corán (algunos tiene interpolaciones capciosas) y ver si hay subrayadas determinadas Suras que puedan tener un contenido relevante. Será también útil fijarse en las revistas, libros, viñetas, fotos, recortes de prensa o dibujos que puedan indicar cierta tendencia radical.
3) Mención aparte merecen las cintas de audio. En no pocas ocasiones es sorprendente ver el poco control al que se somete este material. A veces cintas que tienen un contenido aparente tienen un contenido real radicalmente diferente. Incluso internos incluídos en el fichero FIES-3 BA han sido sorprendidos poseyendo cintas que tenían un contenido no autorizado distinto al que se les suponía (recuerdo el caso de una cinta de la UNED que contenía grabaciones de jutbas)
4) Otros objetos que también pueden mostrar ciertas tendencias aún pareciendo anecdótico son la tenencia de alfombras de cierta calidad para rezar, prendas de vestir dedicadas exclusivamente a la oración o a ser llevada en determinados días de la semana (el viernes) o en ciertas festividades.
Una vez que se señalara a un posible radical se debería intentar establecer un control sobre los siguientes elementos:
1) En primer lugar la correspondencia de entrada y salida del individuo, desde mi perspectiva sería interesante prestar especial atención a la dirigida a otros reclusos o a personas que no pertenezcan a su entorno familiar. A veces para eludir un posible control suelen utilizar a otros internos, incluso españoles por lo que sería necesario cotejar los libros de correspondencia para detectar movimientos extraños.
2) En segundo lugar prestaremos atención a la situación económica del individuo. Sería interesante que la Administración controlara el origen de los giros o transferencias recibidos del exterior (que en la actualidad es fácilmente ocultable) así como los que puedan realizarse por el interno al exterior. También observaremos la posibilidad de establecimiento de sistemas de solidaridad entre ellos que puedan estar inspirados en el zakat y que se puedan utilizar como instrumento de captación o reclutamiento. En este sentido es destacable que ciertos destinos como los de economato puedan ser utilizados para prestar favores a internos sin recursos que permitan atraerlos para la causa.
3) También será importante atender a los movimientos del individuo en el sistema penitenciario. Aquí interesan tanto los que impliquen traslado de prisión (por ejemplo un recluso que haya estado en primer grado en contacto con islamistas en Departamentos de Régimen Cerrado y que es trasladado en segundo grado a otro Centro Penitenciario) como los que dentro de la prisión de un Módulo a otro permitan establecer conexiones con reclusos sospechosos
4) Por último si de lo que se trata en última instancia es de elevar información del individuo para los servicios de información de la policía o de la Guardia Civil sería también interesante comprobar los expedientes de los internos y fijar el delito cometido por los mismos. Algunos de los individuos más interesantes suelen estar en prisión por delitos relacionados con el tráfico de drogas, de personas o la falsificación de documentos o tarjetas de crédito
A la vista de lo expuesto queda patente que el Sistema Penitenciario puede realizar una función de seguimiento de posibles elementos radicales muy útil anticipando así conductas peligrosas una vez que el individuo recupere la libertad. Para ello sería interesante el establecimiento de un sistema de control y seguimiento que permitiese la elaboración de una ficha de cada sujeto relevante. En la elaboración de esa ficha podrían colaborar las diversas oficinas que manejen datos de estos individuos que puedan ser indicativos de movimientos extraños. Así por ejemplo la Oficina de Régimen podría aportar datos sobre las actividades delictivas del individuo (como ya se ha comentado por mi experiencia los sujetos más interesantes suelen estar condenados por tráfico de drogas o delitos relacionados con el tráfico de personas y falsificación de tarjetas o documentación) que permitan establecer sus capacidades y las habilidades que pudieran ser interesantes de cara a una posible futura actividad yihadista. La Oficina de peculio podría aportar datos sobre quien efectúa ingresos a su favor (lamentablemente de forma limitada ya que el ingreso de dinero a favor de un interno ya sea por ventanilla o por transferencia o giro postal no requiere identificación personal). El Departamento de Comunicaciones podría también aportar datos sobre las personas que han comunicado con los sujetos interesantes del mismo modo que también sería de interés el seguimiento de la correspondencia de entrada y de salida (obviamente nos referimos exclusivamente a las direcciones de salida y a los remitentes de esa correspondencia).
Por otra parte también sería muy útil que la Administración Penitenciaria empezara a definir un perfil sobre la base de los datos que le constan de los individuos incluidos en el fichero FIES-BA o los que son incluidos en los grupos de seguimiento establecidos para el control de posibles elementos radicales. Sobre esta base sería posible que el personal de vigilancia tuviera posibilidad de tener ciertos criterios a la hora de intentar afrontar la tarea de la detección de estos elementos. Del mismo modo sería deseable que sobre la base de los datos que tienen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se definiese un modelo de delincuente común que pudiese ser susceptible de radicalización. Así por ejemplo atendiendo como hemos dicho al tipo de actividad delictiva del sujeto o por ejemplo a la procedencia geográfica del sujeto (por ejemplo cabe la posibilidad de que un recluso procedente de la Barriada del Príncipe de Ceuta pueda estar más adoctrinado que un individuo de otra procedencia).
Del mismo modo también podría ser una medida preventiva eficaz el establecer un mapa de las prisiones españolas en las que se pueda establecer un mayor o menor nivel de riesgo de la existencia de elementos radicales o de mayor actividad proselitista. Este mapa podría hacerse en base a diversos criterios como por ejemplo: el porcentaje de población reclusa musulmana, el carácter reivindicativo de la misma, la presencia de determinadas ONGs o Asociaciones que trabajen con los internos (el caso de la Asociación «An Noor» en la prisión de Ceuta que está vinculada a la Mezquita Tabligh de esa ciudad sería un buen ejemplo). Del mismo modo sobre la base de ese mapa se podría establecer el seguimiento de los movimientos de un interno por nuestro sistema penitenciario permitiendo de alguna manera determinar los contactos que haya podido hacer en cada momento lo que pueda ser información relevante en un momento dado.
La idea del establecimiento de fichas de internos susceptibles de ser elementos radicales o susceptibles de radicalización no es una idea novedosa. En los Estados Unidos las redes de reclutamiento y captación en las prisiones llegaban a establecer una base de datos sobre estos individuos incluyendo datos tales como la fecha de cumplimento de la condena y el lugar de residencia previsto que permitía incluso que estos sujetos fueran captados una vez pasada su estancia en prisión en la que habían sido evaluados de cara a su posible utilidad para la causa.
El presente documento no tiene ninguna pretensión científica. Sin embargo si que tiene el valor de basarse en mi experiencia personal como funcionario. Es esta experiencia la que me permite manifestar las tremendas carencias de nuestro sistema en el control de la población reclusa. A día de hoy se está desaprovechando la posibilidad de recopilar una información que llegado el caso pueda facilitar su tarea a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Para ello sería necesario la creación de un Órgano adecuado para coordinar a los distintos Departamentos implicados tanto a nivel de Centros como a nivel de Centro Directivo y sería también necesario la formación del personal penitenciario para afrontar estas tareas.