
Este tema ha sido creado para tratar en él todas aquellas dudas y preguntas que tengamos sobre el Centro Nacional de Inteligencia. También se tratarán aspectos relacionados con el CNI que no impliquen la creación de un tema nuevo.
IV Aniversario de la creación del Centro Nacional de Inteligencia
Carta del Secretario de Estado Director del Centro Nacional de Inteligencia, D. Alberto Saiz Cortés
El 6 de mayo es una fecha importante para los miembros del Centro Nacional de Inteligencia, celebramos el aniversario de la aprobación de las leyes que rigen el funcionamiento de nuestra Institución. Este año se cumplen cuatro años desde que el Parlamento español aprobara la Ley Orgánica 2/2002 reguladora del control judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia y la Ley11/2002, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia.
Ambas leyes han dado respuesta a una antigua demanda del servicio de inteligencia español, la de contar con una normativa con rango de Ley “en la que se recoja de una forma unitaria y sistemática la naturaleza, objetivos, principios, funciones, aspectos sustanciales de su organización y régimen jurídico administrativo, así como los controles parlamentario y judicial, constituyendo éstos la esencia de su funcionamiento eficaz y transparente”.
Es importante destacar que ambas leyes fueron aprobadas prácticamente por unanimidad, más del 95% de los votos a favor, lo que pone de manifiesto el respaldo de nuestros representantes al Centro Nacional deInteligencia. A ello hay que añadir, que su aprobación se produjo pocos meses después de los atentados del 11 de septiembre en EEUU, acontecimiento que marca el inicio de una etapa clave para los servicios de inteligencia de todo el mundo. Se trata, sin duda, de la situación más difícil y compleja en lo que serefiere a los riesgos y amenazas que afectan a las sociedades occidentales. En esta coyuntura internacional, la prevención, objetivo fundamental de la actividad de los servicios de inteligencia, se presenta como la opción más certera para hacer frente a los nuevos retos de seguridad.
Esta legislación es pionera en España, al plantear varias cuestiones fundamentales. Una de ellas, es la necesidad de constituir una comunidad de inteligencia en nuestro país, para ello, la Ley crea la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia como órgano encargado de “velar por una coordinación adecuada de todos los servicios de información e inteligencia el Estado”.
Otra gran innovación que introduce el legislador, es el establecimiento mediante una Ley Orgánica del control judicial previo de las actividades del Centro Nacional de Inteligencia que afecten a los Derechos Fundamentales contenidos en el Artículo 18 puntos 2 y 3 de la Constitución Española y que hacen referencia a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comunicaciones. Estas novedades legislativas garantizan que la actuación del Centro Nacional de Inteligencia se ajusta en todo momento a los principios constitucionales, sin romper el delicado equilibrio que existe entre la seguridad y la libertad de los ciudadanos.
Es importante que la sociedad española sepa que dispone de un organismo de inteligencia, el Centro Nacional de Inteligencia, que trabaja día a día por garantizar su seguridad y que está a la altura del resto de los servicios de los países de nuestro entorno, con los que se colabora estrechamente para crear esa comunidad de inteligencia supranacional, que nos permita enfrentarnos a las amenazas que nos plantea la sociedad global.
Estoy convencido, como todos los hombres y mujeres que trabajamos en el Centro Nacional de Inteligencia, de que las Leyes aprobadas ya hace cuatro años han contribuido a dotar a nuestro país de unos “servicios deinteligencia eficaces, especializados y modernos, capaces de afrontar los nuevos retos del actual escenario nacional e internacional, regidos por los principios de control y pleno sometimiento al ordenamiento jurídico”.
Creo que es muy importante que estas leyes sean conocidas por los ciudadanos y para ello estamos tratando de impulsar la creación de una cultura de inteligencia, a través de la cual la sociedad conozca el funcionamiento y la importancia de la labor que desarrollan los servicios de inteligencia. La Cátedra “Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos” constituida hace ya un año en la Universidad Rey Juan Carlos con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia, es sin duda un foro adecuado para dar a conocer todas estas cuestiones con el rigor académico que le corresponde.
Firmado,
-Alberto Saiz Cortés-
Secretario de Estado Director del Centro Nacional de Inteligencia
%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%El CNI ocupó un lugar destacado en la presidencia del desfile del día de la Fiesta Nacional: curiosa presencia de la número dos, Casteleiro
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En el reciente desfile militar, celebrado con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, el CNI tuvo una presencia destacada en la tribuna de personalidades. Vea la instantánea del estrado de la “presidencia militar” recogida por los enviados de El Confidencial Digital al acto.
El Centro Nacional de Inteligencia, poco pródigo en manifestaciones públicas, modificó su rol de comportamiento en la última celebración de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre. En la tribuna de la “presidencia militar” del desfile, destacó la presencia del secretario de Estado director del CNI, Alberto Saiz, a quien acompañó en el acto su número dos en “la Casa”, la secretaria general Esperanza Casteleiro.
Entre los que pudieron seguir de cerca la parada militar hubo quien se preguntó por la identidad de la única mujer en el estrado, que flanqueaba al director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida durante la parada. En la misma tribuna en la que se hallaban los dos dirigentes de los Servicios Secretos españoles se encontraban también los JEMES de las tres armas; el JEMAD, Félix Sanz Roldán; y el Secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo.
El Real Decreto 1954/2004, de 27 de septiembre de 2004, por el que se nombraba Secretaria General del Centro Nacional de Inteligencia a doña Esperanza Casteleiro Llamazares, fue la primera constancia pública que se tuvo de la existencia de la número dos de los Servicios de Inteligencia de España.
Salvando el papel que juega el director de “La Casa”, nombrado al vaivén de los cambios políticos, la secretaría general del centro es la continuidad en el mando de la institución. Esperanza Casteleiro es licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid. Hija de un coronel del Ejército del Aire, ingresó en el Centro Nacional de Inteligencia en 1983 y fue la primera mujer en ocupar la jefatura de la secretaría de la División de Inteligencia Interior, que dirigía Santiago Bastos.
En 1997, Casteleiro consiguió ir destinada a la estación de “La Casa” en Brasil, según informó en su día el periodista Fernando Rueda, en Interviú. En 2002 ocupó la Jefatura del Área de Gestión de Recursos Humanos, hasta que en 2004 fue nombrada Secretaria General del CNI, cargo que aún ocupa.
Vea la instantánea recogida por los enviados de El Confidencial Digital en el desfile del 12 de octubre en la que se recoge la “presidencia militar”.
%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%Así son los espías españoles
ABC | El País
Son unos dos mil. Con presencia cada vez mayor de personas que proceden de la vida civil y de mujeres. La media de edad está entre 30 y 40 años y la mayoría trabaja en Madrid. Uno de cada diez arriesga su vida en el extranjero
«Secreto, Reservado, Confidencial o Difusión Limitada». Cuando el presidente del Gobierno, un ministro, o en ocasiones el jefe del partido mayoritario de la oposición, recibe un informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con una de esas clasificaciones, está ante el resultado de un trabajo que comenzó en la capital de España, continuó en muchas direcciones, algunas a miles de kilómetros de distancia de Madrid y terminó de «cocinarse» en un complejo de edificios del kilómetro 8,800 de la A-VI, más conocida por los madrileños como carretera de La Coruña. Allí está la sede del CNI, el servicio secreto español.
El trabajo comenzó en Madrid porque allí, primero, los directivos del centro establecieron un plan en el que se especifica las necesidades de información y los medios a utilizar. Agentes sobre el terreno, buceadores de archivos o recopiladores de los más variados datos proporcionaron las informaciones. Otro equipo la valoró, analizó, relacionó, integró e interpretó. El resultado es el documento sobre la mesa del despacho del político. Es lo que el CNI denomina el «ciclo de inteligencia» que consiste en transformar la información en instrumento útil para la toma de decisiones del gobernante.
Diferentes
Cada uno de los que han intervenido en este trabajo tiene unas características diferentes. Unos viven entre el resto de los ciudadanos sin distinguirse de ellos. Otros se están jugando la vida en escenarios muy alejados de nuestras fronteras. Hay quienes pasan horas y horas delante de un papel o quien lleva una vida trepidante. Hombres y mujeres. Proceden de las Fuerzas Armadas, la Policía, Guardia Civil, la universidad o centros de formación profesional. Personas normales o con doble vida. Hay de todo. En cualquier caso el propio CNI asegura que la imagen que se suele tener de los servicios de inteligencia frecuentemente está basada en lo que se dice en el cine o la literatura, «que suele alejarse de la realidad». Reconoce que «bien es verdad que para desempeñar su misión es necesario que realicen actividades de carácter secreto, desconocidas por la mayoría de la sociedad», pero en los estados democráticos deben actuar «en los campos que les marca su gobierno y respetando la legalidad vigente».
En total el CNI cuenta con una plantilla de unas dos mil personas. La mayor parte (el 70 por ciento) trabaja en las oficinas centrales, cerebro de la organización, donde se procesan, analizan y elaboran los informes. En torno al 20 por ciento se encuentra distribuido por el resto de la geografía nacional, especialmente en aquellos puntos más sensibles para la integridad territorial española. Tan sólo el diez por ciento se encuentra en misiones en el exterior. En el extranjero algunos son conocidos como tales agentes por las autoridades del país. En otras ocasiones trabajan de incógnito bajo distintas apariencias. Estos agentes del exterior son los que más se exponen ya que su misión consiste en conseguir el mayor número de contactos posibles en todos los ambientes donde trabajan. Ello les lleva a la creación de redes de contactos locales.
Es lo más arriesgado, ya que el tipo de contactos que tienen que hacer les lleva a relacionarse con personas de poca fiabilidad, que si bien pueden manejar informaciones importantes, pueden ser agentes dobles o alguien que les puede traicionar. Para hacer frente a ello el miembro del CNI se ve obligado a depurar permanente la información que recibe y analizar la fiabilidad de las fuentes.
Procedente en su historia el CNI de los anteriores servicios secretos directamente ligados a las Fuerzas Armadas, no es extraño que la mayor parte de su personal proceda de éstas o de las Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Así, en torno al 40 por ciento vienen de los Ejércitos y otro 20 por ciento de las Fuerzas de Seguridad. Sin embargo, los procedentes de la vida civil van ganando terreno y suponen ya en torno al 40 por ciento del total de personal del CNI.
Lo mismo ocurre con las mujeres, que son más de la cuarta parte de los miembros del centro y siguen aumentando en número y proporción. También el CNI se está rejuveneciendo. Los agentes tienen ya una media de edad situada entre los treinta y los cuarenta años y proceden cada vez de niveles de formación más elevados. Más de la cuarta parte son licenciados universitarios o equivalentes (oficiales del Ejército) y casi el 9 por ciento diplomados. Sin embargo, el grueso (algo más del cuarenta por ciento) lo integran personas con una titulación de bachiller o formación profesional de segundo grado.
Ofertas de empleo
Para la incorporación de nuevos agentes, el CNI cuenta con varias vías. Así tiene una «Base de Datos de Fuentes de Reclutamiento» en la que están incluidos posibles aspirantes procedentes de centros de formación de postgrado, profesional, universidades, etc. a los que se les hace una oferta cuando tiene un puesto concreto que cubrir. También realiza ofertas de trabajo a través de Internet. Hace un año realizó varias de ellas en las que explicaba que éste «es el mejor momento para unirte a nosotros y contribuir a la construcción del futuro de España. Podría ser tu oportunidad». Si alguien está interesado en convertirse en espía también puede presentar su candidatura a través de la Red en www.cni.es.
Los miembros del CNI pasan una larga selección antes de entrar en servicio activo.
La desaparición en acto de servicio de alguno de sus miembros es siempre un golpe fuerte para las agencias de inteligencia. Además de la tragedia humana, se dilapida un gran esfuerzo en su formación y se esfuman experiencias adquiridas a lo largo de una vida. El trabajo que estas personas desarrollan está muy lejos de la imagen que ofrecen las películas anglosajonas de los agentes especiales con licencia para matar. La realidad es más pedestre. El trabajo en un servicio de este tipo se divide entre analistas, que redactan informes, y personas de acción, que son los ojos de aquéllos. Los miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) pueden pasar de una categoría a la otra según las necesidades.
Los agentes del CNI caídos en Irak buscaban información de las tribus, sectas religiosas, grupos terroristas y organizaciones políticas para reunir todos los puntos de vista de las partes en conflicto y entender lo que está ocurriendo para que el Gobierno pueda adoptar decisiones políticas y, en muchos casos, anticiparse a lo que pueda suceder. Las claves de su trabajo son, a grandes líneas, éstas.
- Selección de personal. El CNI selecciona el personal entre los titulados superiores. Atiende a los candidatos que se presentan, elige por cooptación y, en otros casos, sale a la calle para buscarlos. La primera prueba es un examen de cultura general. A continuación se efectúa una prueba psicotécnica. Luego se someten a una entrevista personal y se evalúa el currículum. La siguiente fase es una prueba práctica de una semana para que demuestren su capacidad de sacrificio, retentiva memorística, facultades de análisis (resumir en 24 horas una novela y un ensayo), cualidades de investigación (como averiguar donde están los plomos de un local comercial sin despertar sospechas). Los que pasan las pruebas y superan el informe de seguridad, efectúan un curso de inteligencia de seis meses. Finalmente, se incorporan al CNI en un puesto de trabajo tutelado por un plazo de entre 18 y 24 meses. La vinculación al Centro no es definitiva hasta los seis años, periodo en el que se valora la idoneidad. Quienes proceden del Ejército (40%, otro 20% de las fuerzas de seguridad y el resto, civiles) abandonan el servicio activo y se incorporan plenamente al CNI.
- Perfil de los agentes. Sean mujeres u hombres (el 25,75% y el 74,25%, respectivamente, en el CNI), los agentes deben ser discretos y humildes (hay que pasar inadvertido), tener capacidad de trabajo en equipo y ser conscientes de la incapacidad de abarcarlo todo. Todo esto imbuido del espíritu de servicio. Según un proverbio de los surcoreanos, los servicios de inteligencia trabajan en la oscuridad para que otros puedan ver la luz.
- Cambio de objetivos. Hasta que la guerra fría entre los dos bloques desembocó en la desaparición de la Unión Soviética y su entorno, los servicios estaban acostumbrados a las fronteras que había entre el Este y Oeste y las nacionales. Entonces se trataba de infiltrar agentes en las instituciones u organismos de los rivales. La aparición del terrorismo a escala planetaria ha hecho que la interpretación de ese fenómeno sea más compleja. Los objetivos de organizaciones terroristas como ETA e IRA eran más limitados que los de los nuevos grupos que no están basados ni actúan en territorios nacionales.
- Civil e independiente. Cada vez se ha acentuado más el carácter civil del CNI y su independencia, aunque formalmente dependa del Ministerio de Defensa. Por esta razón, los funerales de los agentes caídos en Irak se celebraron en la sede del Centro. El mismo Rey asistió al acto vestido de civil.
- Características del trabajo. El superior puede decidir quién se va a Irak, si bien en la práctica las necesidades se cubren con voluntarios (el 10% trabaja en el extranjero). En los servicios debe primar la agilidad, basada en la disponibilidad absoluta y en la flexibilidad organizativa. Debe existir una capacidad de gestión superior a la de cualquier otro organismo del Estado. Como decía Henry Ford de su empresa, "no queremos especialistas en frenos o en motores, queremos personas de la compañía".
- Contacto con periodistas. Los corresponsales en el extranjero suelen tener contactos con los agentes del CNI acreditados en las embajadas, que actúan de forma discreta, pero no secreta. Sus oficinas suelen estar en los sótanos de las sedes diplomáticas, lo que les da libertad para efectuar las obras que, con cierta frecuencia, y llegando hasta el extremo de tirar todas las paredes, hay que efectuar para eliminar los sistemas de escucha del país anfitrión. Suelen disponer de equipos de cifrado y comunicaciones y, en ocasiones, de cámaras de Faraday (recinto impermeable al sonido) para conversaciones delicadas.
- Secretos o acreditados. Aunque hay agentes clandestinos, lo normal es que los miembros del CNI estén acreditados ante los servicios de inteligencia del país anfitrión. Si figuran en el organigrama de la embajada lo hacen como "consejeros políticos" y con cobertura diplomática. Su preparación sobre el país donde trabajan suele ser más profunda que la de los diplomáticos, ya que éstos saltan a veces de un puesto a otro casi sin transición, mientras que es raro que los agentes del CNI estén destinados en un lugar menos de cuatro años (salvo en situaciones como un conflicto bélico).
http://www.belt.es/articulos/articulo.asp?id=1364
El director del CNI pidió al jefe del espionaje sirio seguridad para las tropas en Líbano
24 de Diciembre de 2006
EL PAIS
...el director general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, quien a finales de noviembre viajó a Damasco y se reunió con el general Asef Shawkat, jefe del espionaje militar sirio
Según fuentes gubernamentales, el director del servicio secreto CNI, Alberto Saiz, visitó a finales de noviembre Damasco, donde se reunió con el jefe del espionaje militar sirio, Asef Shawkat, con el objetivo de establecer un canal permanente de comunicación
Se trata también de un personaje muy cuestionado, por la supuesta implicación de los servicios secretos sirios en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri
España es partidaria del "diálogo constructivo" con el régimen de Damasco.
...el director del CNI fue también a Líbano, donde se reunió con sus homólogos libaneses y visitó la base de la brigada multinacional dirigida por España, en la localidad de Blat.
El CNI cuenta con un equipo de agentes en Líbano, igual que en todos los países donde hay tropas españolas, dedicado a preservar su seguridad.
Los agentes del Centro Nacional de Inteligencia han vuelto a Irak. Un equipo integrado por oficiales que han recibido una formación técnica especial y que acumulan sobre sus espaldas una larga experiencia en la lucha contra el terrorismo, especialmente en destinos conflictivos como el País Vasco, llevan varios meses moviéndose por Bagdag y sus alrededores.
Hace un año y medio, tras la decisión de José Luis Rodríguez ZP de sacar urgentemente las tropas españolas destinadas en Irak, se decidió que los agentes de La Casa destinados allí para velar por la seguridad del contingente también regresaran.
Sin embargo, el anuncio de la retirada de las tropas españolas sentó tan mal al presidente de Estados Unidos, George Bush, y a su gente, representada en Irak por Paul Bremmer, que la respuesta inmediata fue una venganza de la CIA: los únicos españoles que se querían quedar, pertenecientes al CNI, lo podrían hacer libremente, pero perdiendo el apoyo logístico y de información que les estaban prestando hasta ese momento. Según reconocieron personas cercanas al ministro Bono, los americanos “invitaron” a los espías españoles a abandonar Camp Victory –la zona más protegida de Irak–, con lo que perdían seguridad personal y el acceso a la información de alto nivel.
Desde ese momento, todo el empeño de Alberto Saiz y sus hombres fue intentar arreglar las maltrechas relaciones con la CIA y con el resto de los servicios de inteligencia implicados en el conflicto armado.
Ésa ha sido una de las preocupaciones prioritarias del director del CNI,
reuniones multilaterales en terceros países, han ayudado a conseguir lo que era un objetivo claro de La Casa: abrir nuevamente su estación en Bagdad. Actualmente, las relaciones de Saiz y sus hombres de confianza con la CIA y el MI6 son muy estrechas, han recuperado la buena sintonía y ya no tienen parecido con la nula simpatía y la excesiva distancia que se procesan George Bush y José Luis Rodríguez ZP.
El motivo de esa necesidad urgente de tener presencia en Irak es la lucha contra el terrorismo islamista, la principal amenaza existente hoy contra España, junto con la de ETA. Según adelantó Interviú, hace dos semanas, el CNI está reforzando considerablemente su plantilla y sus medios con un objetivo antiterrorista claro: obtener fuentes e información de primera mano sobre los planes islamistas. En ese proyecto resulta prioritario tener una importante presencia en aquellos países donde Al Qaeda y sus grupos afines son más activos. Ello ha llevado a desplegar varios equipos en Afganistán y Pakistán. En los dos países hay fuerzas militares españolas en misión de paz, cuyo número crecerá considerablemente en Islamabad en las próximas semanas y cuya protección también es prioritaria.
Pero el principal motivo de la presencia del CNI es la de conseguir la mejor información posible en la madriguera del terrorismo islámico.