Publicado: 25 Jun 2007 20:41
Rescato la siguiente noticia. Pero que es altamente ilustrativa de la infiltración de gente de Eta en las diferentes administraciones vascas. Este es un caso que se ha llegado a conocer, pero haber casos..... los hay, y con historias y desenlaces de película.
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Una llave «maestra» de los cajetines de control de los semáforos de San Sebastián; un listado de matrículas actualizadas que permitiría a ETA duplicar las placas de los coches bomba; una tarjeta de aparcamiento de la Policía Municipal para poder aparcar sin que la grúa retire el vehículo. Estos son algunos de los «útiles» que el furncionario de la Policía de San Sebastián Arkaitz Lavega Tarrega habría entregado a la banda terrorista ETA para cometer atentados, según informaron fuentes de la investigación.
Además, Lavega está acusado de facilitar a la banda criminal datos sobre posibles objetivos que habría trasladado a dirigentes de ETA en cinco reuniones que se habrían mantenido en el Sur de Francia, según fuentes jurídicas. Por estas razones, la magistrada de la Audiencia Nacional Teresa Palacios decretó ayer prisión incondicional para el funcionario de la Policía Municipal de San Sebastián, tras un interrogatorio que superó la hora y media.
Las mismas fuentes informaron que, durante la declaración, Lavega señaló a la juez que desconocía que la información que había facilitado pudiera ser usada por ETA para cometer atentados y, aunque admitió las acusaciones, señaló que, en todo caso, el delito que habría cometido sería el de colaboración, pero no el de integración en banda armada.
El presunto etarra facilitó diversa información durante los dos últimos años a ETA -direcciones domiciliarias y números de matriculas- sobre algunos objetivos marcados por la banda criminal que, según las mismas fuentes, no han sido objeto de ningún atentado terrorista hasta el momento.
Parte de la información fue trasladada a Iker Beristain, en prisión por su presunta participación en numerosas acciones de «kale borroka» o lucha callejera. Tanto Beristain como Lavega pasaron a disposición judicial tras la operación que la Guardia Civil inició después de que un grupo de violentos quemara un autobús en el barrio donostiarra de Igueldo. El operativo policial permitió la detención de otras 16 personas acusadas de hasta cuarenta acciones de «kale borroka». Fuentes de Interior señalaron , tras la detención del policía municipal, que Lavega trató de hacer un curso para formación de escoltas organizado por la academia de la Ertzaintza en Arkaute, pero finalmente fue rechazado por no tener un perfil adecuado.
La «red Sarea»
El caso del policía municipal Lavega se ajusta a la denominada «red Sarea», un plan de ETA para infiltrarse en las instituciones y partidos políticos, con la finalidad no sólo de recabar información interna, sino también de distorsionar su funcionamiento. De este plan se tuvo conocimiento, por primera vez, a raíz de la detención de Kepa Picabea, aunque también se encontró información al respecto en poder de Félix López, «Mobutu», cuando fue detenido en noviembre de 1994.
A esta red pertenecía, por ejemplo, un etarra detenido en Francia en noviembre de 1996 que confesó que uno de sus cometidos consistía en rebuscar entre la basura documentos de los que se habían desprendido PP y PSOE para obtener información.
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Una llave «maestra» de los cajetines de control de los semáforos de San Sebastián; un listado de matrículas actualizadas que permitiría a ETA duplicar las placas de los coches bomba; una tarjeta de aparcamiento de la Policía Municipal para poder aparcar sin que la grúa retire el vehículo. Estos son algunos de los «útiles» que el furncionario de la Policía de San Sebastián Arkaitz Lavega Tarrega habría entregado a la banda terrorista ETA para cometer atentados, según informaron fuentes de la investigación.
Además, Lavega está acusado de facilitar a la banda criminal datos sobre posibles objetivos que habría trasladado a dirigentes de ETA en cinco reuniones que se habrían mantenido en el Sur de Francia, según fuentes jurídicas. Por estas razones, la magistrada de la Audiencia Nacional Teresa Palacios decretó ayer prisión incondicional para el funcionario de la Policía Municipal de San Sebastián, tras un interrogatorio que superó la hora y media.
Las mismas fuentes informaron que, durante la declaración, Lavega señaló a la juez que desconocía que la información que había facilitado pudiera ser usada por ETA para cometer atentados y, aunque admitió las acusaciones, señaló que, en todo caso, el delito que habría cometido sería el de colaboración, pero no el de integración en banda armada.
El presunto etarra facilitó diversa información durante los dos últimos años a ETA -direcciones domiciliarias y números de matriculas- sobre algunos objetivos marcados por la banda criminal que, según las mismas fuentes, no han sido objeto de ningún atentado terrorista hasta el momento.
Parte de la información fue trasladada a Iker Beristain, en prisión por su presunta participación en numerosas acciones de «kale borroka» o lucha callejera. Tanto Beristain como Lavega pasaron a disposición judicial tras la operación que la Guardia Civil inició después de que un grupo de violentos quemara un autobús en el barrio donostiarra de Igueldo. El operativo policial permitió la detención de otras 16 personas acusadas de hasta cuarenta acciones de «kale borroka». Fuentes de Interior señalaron , tras la detención del policía municipal, que Lavega trató de hacer un curso para formación de escoltas organizado por la academia de la Ertzaintza en Arkaute, pero finalmente fue rechazado por no tener un perfil adecuado.
La «red Sarea»
El caso del policía municipal Lavega se ajusta a la denominada «red Sarea», un plan de ETA para infiltrarse en las instituciones y partidos políticos, con la finalidad no sólo de recabar información interna, sino también de distorsionar su funcionamiento. De este plan se tuvo conocimiento, por primera vez, a raíz de la detención de Kepa Picabea, aunque también se encontró información al respecto en poder de Félix López, «Mobutu», cuando fue detenido en noviembre de 1994.
A esta red pertenecía, por ejemplo, un etarra detenido en Francia en noviembre de 1996 que confesó que uno de sus cometidos consistía en rebuscar entre la basura documentos de los que se habían desprendido PP y PSOE para obtener información.