En eso estaré de acuerdo contigo, en que si alguna vez alguien se tiene que secesionar, ó independizarse, que se pague sus gastos, ó si percibe ayuda económica de terceros para arrancar, que no reclame al estado del que se separa ni un duro.
Mis posiciones de abogado del diablo al reflexionar sobre todos estos temas tratan de producir una tormenta de ideas para analizar todos los pormenores, para observar que la verdad no es un poder único en propiedad de tan sólo algunos grupos de seres humanos, vamos, lo que concierne a las verdaqdes políticas.
Creo firmemente en los derechos humanos, y en lograr que no existan seres humanos de primera, segunda y tercera categorías. Por eso, me dan mucho de lado los nacionalismos, tanto los localistas, como los regionalistas, como los estatalistas, y aunque reconozco que los nacionalismos hacen mucho para la conservación de la cultura autóctona, se ve que yo no tengo equipo de fútbol, tengo otras aficiones que gritar como un loco porque mi equipo gane ó pierda
De todas formas, no te quepa duda de que es un placer debatir contigo estos temas, como lo ha venido siendo con otros varios compañeros.
Sinceramente hablando, para los nacionalistas que tiren a independentistas en Euskadi, para los más cuerdos de ellos, para los menos "iluminados" y saltarines de los cerros de Úbeda, la fórmula a la que aspiran como superacíón de la autonomía del País vasco es la que propugnó Ibarretxe: el estado libre asociado. Yo creo que es un planteamiento anacrónico, no está el mundo moderno y civilizado en épocas de colonización en las que unas culturas se topan con otras de repente, y para superar la colonización se forma un protectorado. No hablamos tampoco en Euskadi de una pequeña isla-nación que para evitar ser atacada por países hostiles se asocia con una gran nación, a la que confía su defensa y rinde unos tributos, a cambio de seguir con plena libertad todo el resto de cuestiones políticas y tener personalidad prpia ante la ONU como estado.
En Euskadi hablamos de un territorio con una cultura propia que perduró a las grandes invasiones de la península, pero que a la vez ha estado estrechamente ligado a la cultura castellana, y que ha visto épocas de prosperidad social en las que personajes ilustres con origen vasco han hecho carrera a nivel de España, y otros personajes ilustres de España han elegido el País vasco para residir ó pasar algunas temporadas. Que Euskadi tiene una doble cultura, y es sinónimo de convivencia, no lo pueden negar ni los más extremistas de uno y otro sentido políticos.
Negociaciones:
sabemos que ETA ha aprovechado los procesos de paz para coger aire, rearmarse, y para tomar carrerilla mientras parecía que la cosa podía ir bien, pegando el golpe encima de la mesa y levantándose por no poder conseguir todo lo que quería, y a la vez intentando hostigar al estado con sus atentados, para presionarle.
Sabemos también que en ETA son criminales, y si separamos su condición de separatistas políticos de esa condición, obtenemos que como todos los delincuentes y criminales, existen unas vías para evitar males mayores. Al criminal se le detiene, pero a una organización criminal compleja, en la que hay gente que aún no es criminal, pero dentro de unos días ó meses puede convertirse en ello, integrándose en ETA por afinidad con su ideología, hay que tratarla con pinzas.
Es necesario desactivar ETA, pero para ello no vale sólo con detener a sus miembros, sino que hay que evitar que entren nuevos, y se regenere. Para eso sí sirven las negociaciones, así como para darle fuerza a los activistas que son favorables al abandono de las armas.
Hubo un momento bueno para que ETA hubiese dejado las armas del todo cuando la transición española, pero por lo menos se consiguió que la parte más favorable al abandono de las armas tuviera personalidad propia suficiente y fuerza para dejar la serpiente venenosa, la que muerde a sus enemigos, pero también muerde a los suyos si es preciso.