Re: Centro Nacional de Inteligencia (CNI)
Publicado: 10 Dic 2009 16:40
Encontré este artículo de La Gaceta y me pareció interesante aparte de reafirmas algunos apuntes comentados en este foro en post anteriores:
CNI, cómo salir del caos
20:35 | 07 de diciembre, 2009 Javier Ruiz de Vergara
Medio año después de su llegada, Félix Sanz Roldán logra acabar con las filtraciones en los Servicios Secretos. Constata el caos provocado por la gestión.
Seis meses después de su llegada al cargo, el director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, sólo ha tenido tiempo de una cosa: cerrar la catarata de filtraciones a los medios de comunicación –derivadas de la nefasta gestión de su antecesor, Alberto Saiz– y constatar el desastre, caos en algunos casos, en el interior de La Casa, como se conoce la sede de los Servicios Secretos. “Los militares se han cuadrado; los civiles, a la expectativa”, dicen fuentes conocedoras de lo que se cuece en este último medio año en la Inteligencia española. La salida de Agustín Casinello de la División de Inteligencia Contraterrorista, acompañada de la escabechina propiciada por Alberto Saiz en esa unidad, clave en la lucha contra el terrorismo interno e internacional, han dejado a la vanguardia del espionaje en el caos más absoluto. La primera prueba de este desastre –favorecido por el ascenso de agentes inexpertos a los que Saiz premió por su fidelidad– la ha tenido el nuevo director con los secuestros del Alakrana y de los cooperantes en Mauritania. La gestión en Somalia fue, desde el punto de vista de la Inteligencia, “un auténtico desastre”, según han confirmado a LA GACETA algunos veteranos agentes. El jefe de la misión del CNI no se coordinó en ningún momento con el embajador en Kenia, el antena en la zona contactó con el clan equivocado y se negoció y se pagó dos veces.
Tampoco ha gustado nada en la cúpula lo sucedido en Mauritania y, menos aún, el papelón que España está jugando en el caso de la activista saharaui Aminatu Haidar. El problema que afronta el nuevo jefe de los espías es que precisa de la misma arma de la que carece: tiempo. Lo necesita para que los militares que trabajan en el CNI entiendan que debe cerrarse radicalmente la etapa anterior de indisciplinas y maniobras internas. Lo precisa para recuperar el equilibrio entre las tres patas del Centro, Operaciones, Inteligencia e Infraestructuras (la actual División de Apoyo a la Inteligencia). Y es que Alberto Saiz, que llegó al CNI de la mano de José Bono sin ningún tipo de conocimiento sobre este ámbito tan sensible, primó en determinado momento, –según denuncias internas– al responsable de la logística, quien le proporcionaba los recursos para dos de sus aficiones más conocidas: la caza y la pesca.
El actual responsable del CNI tiene una idea clara, frontalmente opuesta a la de su antecesor. Se debe favorecer a los espías en función de tres principios: experiencia, mérito y capacidad. Para ello, ha acabado con los fichajes externos de Saiz –entre ellos alguno de sus familiares o la hija del magistrado del Tribunal Supremo encargado de autorizar las operaciones– y busca potenciar a agentes que llevan décadas en La Casa demostrando su buen hacer. Además, Sanz Roldán “ha apagado la luz”. El Centro se repliega y acaba con una etapa que a muchos veteranos espías causa sonrojo. Prueba de ello: la primera rueda de prensa en la historia del espionaje español en la que Alberto Saiz llegó a hacer público el nombre de Roberto Florez García, agente doble al servicio de los rusos. “Una astracanada”, dice un militar vinculado a la Inteligencia. “De Mortadelo y Filemón”, ironiza.
Por si fuera poco el lío interno, a Sanz Roldán le rodea un tsunami político externo: las malas, ya pésimas, relaciones entre la vicepresidenta De la Vega y la ministra de Defensa, Carmen Chacón. El antiguo JEMAD sabe que su llegada al CNI se la debe, exclusivamente, a Zapatero y su número dos, con quienes despacha de forma frecuente y personal. Por si fuera poco este escenario, la crisis ha llegado también al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), el CNI militar. Hace un año, desoyendo todos los consejos, Chacón cesó a su responsable, el general Valentín Martínez Valero, experto y veterano conocedor de esta área clave, y lo relevó por el general Miguel Romero. Durante el secuestro del Alakana, el Gobierno desoyó los informes del CIFAS. Eran los buenos.
http://www.intereconomia.com/noticias-g ... r-del-caos
CNI, cómo salir del caos
20:35 | 07 de diciembre, 2009 Javier Ruiz de Vergara
Medio año después de su llegada, Félix Sanz Roldán logra acabar con las filtraciones en los Servicios Secretos. Constata el caos provocado por la gestión.
Seis meses después de su llegada al cargo, el director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, sólo ha tenido tiempo de una cosa: cerrar la catarata de filtraciones a los medios de comunicación –derivadas de la nefasta gestión de su antecesor, Alberto Saiz– y constatar el desastre, caos en algunos casos, en el interior de La Casa, como se conoce la sede de los Servicios Secretos. “Los militares se han cuadrado; los civiles, a la expectativa”, dicen fuentes conocedoras de lo que se cuece en este último medio año en la Inteligencia española. La salida de Agustín Casinello de la División de Inteligencia Contraterrorista, acompañada de la escabechina propiciada por Alberto Saiz en esa unidad, clave en la lucha contra el terrorismo interno e internacional, han dejado a la vanguardia del espionaje en el caos más absoluto. La primera prueba de este desastre –favorecido por el ascenso de agentes inexpertos a los que Saiz premió por su fidelidad– la ha tenido el nuevo director con los secuestros del Alakrana y de los cooperantes en Mauritania. La gestión en Somalia fue, desde el punto de vista de la Inteligencia, “un auténtico desastre”, según han confirmado a LA GACETA algunos veteranos agentes. El jefe de la misión del CNI no se coordinó en ningún momento con el embajador en Kenia, el antena en la zona contactó con el clan equivocado y se negoció y se pagó dos veces.
Tampoco ha gustado nada en la cúpula lo sucedido en Mauritania y, menos aún, el papelón que España está jugando en el caso de la activista saharaui Aminatu Haidar. El problema que afronta el nuevo jefe de los espías es que precisa de la misma arma de la que carece: tiempo. Lo necesita para que los militares que trabajan en el CNI entiendan que debe cerrarse radicalmente la etapa anterior de indisciplinas y maniobras internas. Lo precisa para recuperar el equilibrio entre las tres patas del Centro, Operaciones, Inteligencia e Infraestructuras (la actual División de Apoyo a la Inteligencia). Y es que Alberto Saiz, que llegó al CNI de la mano de José Bono sin ningún tipo de conocimiento sobre este ámbito tan sensible, primó en determinado momento, –según denuncias internas– al responsable de la logística, quien le proporcionaba los recursos para dos de sus aficiones más conocidas: la caza y la pesca.
El actual responsable del CNI tiene una idea clara, frontalmente opuesta a la de su antecesor. Se debe favorecer a los espías en función de tres principios: experiencia, mérito y capacidad. Para ello, ha acabado con los fichajes externos de Saiz –entre ellos alguno de sus familiares o la hija del magistrado del Tribunal Supremo encargado de autorizar las operaciones– y busca potenciar a agentes que llevan décadas en La Casa demostrando su buen hacer. Además, Sanz Roldán “ha apagado la luz”. El Centro se repliega y acaba con una etapa que a muchos veteranos espías causa sonrojo. Prueba de ello: la primera rueda de prensa en la historia del espionaje español en la que Alberto Saiz llegó a hacer público el nombre de Roberto Florez García, agente doble al servicio de los rusos. “Una astracanada”, dice un militar vinculado a la Inteligencia. “De Mortadelo y Filemón”, ironiza.
Por si fuera poco el lío interno, a Sanz Roldán le rodea un tsunami político externo: las malas, ya pésimas, relaciones entre la vicepresidenta De la Vega y la ministra de Defensa, Carmen Chacón. El antiguo JEMAD sabe que su llegada al CNI se la debe, exclusivamente, a Zapatero y su número dos, con quienes despacha de forma frecuente y personal. Por si fuera poco este escenario, la crisis ha llegado también al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), el CNI militar. Hace un año, desoyendo todos los consejos, Chacón cesó a su responsable, el general Valentín Martínez Valero, experto y veterano conocedor de esta área clave, y lo relevó por el general Miguel Romero. Durante el secuestro del Alakana, el Gobierno desoyó los informes del CIFAS. Eran los buenos.
http://www.intereconomia.com/noticias-g ... r-del-caos