Tímido se dice que es el movimiento contra la violencia yihadista dentro del propio Islam, pero bien es cierto que los violentos, sean de donde sean, no tragan nada bien a sus compañeros de grupo que les cantan las cuarenta, de eso conocemos mucho también por los años de experiencia contra ETA. No obstante, el incremento que se viene dando en el salvajismo y la potencia de las acciones criminales de corte yihadista, está generando en las sociedades una aversión hacia lo religioso, lo islámico y lo de otras confesiones. Se está empezando a perder ese reverencial respeto por las cátedras sentadas por portavoces religiosos, a cuenta de sandeces y de sermones criminales, en la sociedad en general, pero al mismo tiempo, un número concreto pero importante de individuos se radicalizan mucho más fácilmente que antes para engrosar las filas de los enfermos mentales por exceso religioso, o por buscar mayor papismo que el del Papa.
Ese fenómeno, del que no está siendo ajena la humanidad en general, la pérdida de respeto reverencial mayor que el de las reglas sociales y de los derechos humanos por las religiones, otrora consideradas algo intocable y de poder mayor, se agudizará conforme más barbarie se relacione con determinadas prácticas religiosas. A escala diferente, y aunque me digais que las comparaciones son odiosas, es el fenómeno que experimentamos en nuestras propias casas con el respeto a nuestras religiones históricas de base, el cristianismo y sus derivaciones, de forma que no nos cuesta ningún problema criticarlo, o denunciar cuando los líders religiosos incurren en sinsentidos o sandeces. De esa misma forma, hay que lograr que la sociedad en general, incluso la musulmana, llegue a rechazar aquello que de negativo generan individuos en nombre del Islám, y no porque esté relacionado con el Islam, echarle un capote y cubrirlo en sus fechorías argumentando algún tipo de naturaleza divina por ellas. Lo criminal es así, encuentra fáiclmente excusas y corporativismo, y hay que atajarlo. No vale que un batasuno justifique crímenes etarras, un derechón crímenes franquistas o un musulmán crímenes del DAESH.
Si el problema persiste o se incrementa, la sociedad llegará a despreciar al Islam, por mucho que se diga que no se deben mezclar c osas, ya que cada uno es repsonsable de su parte. Varios países islámicos han tomado buena nota de esto, si bien tenemos a un como Turquía, que tiene mucho peligro con cierto doble juego.
Por último, tenemos que fijarnos en quñe sucedió con la ilegalización de Batasuna, que fue sumamente efectivo, entendido no como una ilegalización de ideas, sino de entidades que arropaban unas actividades criminales. Pues como eso lo mismo, nadie se tendrá que rasgar las vestiduras si un día se clausura una asociación o una mezquita, si es que en ella se amparan actividades criminales. Sería lo más normal del mundo, cerrar un antro y encarcelar a sus dirigentes, si es que arrpan o hacen apología del terrorismo, no? Venimos eso sí, de una mentalidad en la que cuesta meterse con los dogmas, pero tranquilos, es empezar a cuestionarlo todo, para eso está el pensamiento científico, para ponerlo todo patas arriba, y después, quedarse con lo que siga en pie, que será lo adecuado

Salud y mis mejores deseos para los compañeros foreros en este año nuevo que acabamos de empezar.