El todopoderoso ISI paquistaní

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Esteban
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El todopoderoso ISI paquistaní

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Hoy día hablamos mucho del ISI y su papel en relación a al Qaeda y el movimiento taliban. Voy a intentar explicar un poco el panorama de la inteligencia paquistaní.

DESCRIPCION DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA EN PAKISTAN

En la comunidad de inteligencia paquistaní encontramos dos grandes servicios de inteligencia (uno militar y otro civil-policial), una policía federal con amplias competencias en materia de información. y un servicio de información militar que
también aportan datos de alto valor para la elaboración de la Inteligencia .

•DIRECTORIO PARA LA INTELIGENCIA INTER SERVICIOS (ISI)

Es sin duda la agencia más poderosa en Pakistán. Consta de unos 25.000 agentes, sin contar los colaboradores. Estos agentes proceden de fuerzas armadas, paramilitares, funcionarios, y raramente civiles. El director general es un Teniente General en activo, nombrado a propuesta del Jefe de las Fuerzas Armadas. El nombramiento del director del ISI ha sido un tema sensible en varias ocasiones, hasta el punto de provocar graves crisis cuando se ha hecho sin consenso del Jefe de las Fuerzas Armadas. Si bien sus informes llegan al Primer Ministro, todas las fuentes apuntan a que la cúpula militar es la que ejerce el control efectivo de esta agencia.

Apoyando al director general se encuentran tres subdirectores (político, de exteriores y de administración, ver . El ISI consta de siete secciones, encargadas de diversas áreas (sección X, sección B, Contra Inteligencia, Norte, Miscelánea, Comunicaciones y Técnica) , una Sección Especial para el adiestramiento en materia de Inteligencia y para gestionar el enlace con el exterior, y dos departamentos independientes: el primero especializado en guerra NBQR, y el segundo en explosivos.

Los admitidos a presentarse como candidatos a agente pasan un curso en la Escuela de Inteligencia del ISI tras lo cual, si son civiles, continúan con unas prácticas de un año, y si son militares, pasan a los servicios o unidades de inteligencia de los ejércitos, a la espera de ser reclamados por el ISI. Para empleos igual o superior a comandante, se permite un máximo de tres años en el ISI.

A la hora de llevar a cabo operaciones encubiertas en el extranjero, el ISI cuenta con el apoyo del Grupo de Servicios Especiales (SSG) del Ejército, unidad de operaciones especiales altamente entrenada y capacitada. Precisamente los primeros empleos de Musharraf como joven oficial del Ejército paquistaní tuvieron lugar en esta unidad. Al mismo tiempo, diversos informes de prensa relacionaban a veteranos del SSG con el adiestramiento de las milicias talibán.

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•BURÓ DE INTELIGENCIA (IB)

Agencia en su origen policial, que nace de la división de los antiguos servicios de la administración británica. En los primeros años de independencia, esta agencia se encargaba de la inteligencia interior, la vigilancia de disidentes y de activistas políticos. Sin embargo, perdió influencia tras la primera guerra indo-pakistaní. Durante la disputa que se ha dado a lo largo de la reciente historia de Pakistán por la información, el IB ha sido visto por los partidos políticos mayoritarios como una herramienta útil para contrarrestar el poder del ISI. Sin embargo, no parece que estos esfuerzos llegaran a debilitar al ISI. El director general del IB suele ser un funcionario de alto nivel, y si bien al principio pertenecía a la policía, a raíz de los distintos golpes militares, también ha
desempeñado este cargo personal perteneciente a las Fuerzas Armadas.

Aunque está encuadrado orgánicamente en el Ministerio del Interior, su director general informa y despacha con el Primer Ministro.

•INTELIGENCIA MILITAR (MI)

Agrupa las divisiones de Inteligencia del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, y su objetivo es principalmente la inteligencia de interés táctico y militar dentro de los objetivos de cada uno de los servicios. A efectos prácticos está subordinada al ISI. Su papel durante las guerras indo pakistaníes fue decepcionante. Mantiene las llamadas Unidades de Inteligencia de Campo, desplegadas en las zonas fronterizas con la Cachemira bajo control de la India. Sin embargo, en época de tensiones y de lucha por el control del ISI, el estamento militar ha utilizado la Inteligencia Militar como back up donde desplazar aquellas operaciones y recursos a las que no se quería renunciar. Los miembros de la MI pasan el curso del ISI que se imparte en su Escuela de Inteligencia.

•AGENCIA FEDERAL DE INVESTIGACION (FIA)

Es una poderosa organización policial, de reciente creación (1975) y que progresivamente ha ido asumiendo más cometidos y desarrollado mejores sistemas de adquisición de información. En los últimos años le han sido conferidas competencias en materia de contraterrorismo y control de identificación y de inmigración, así como en el campo de los delitos monetarios, informáticos y de crimen organizado, por lo cual ha conseguido hacerse con una gran base de datos.

Su director general es un policía de alto rango que depende del Ministro del Interior. Cuenta con un gabinete donde se encuentra un ayudante y una sección de relaciones institucionales donde se encuadra el Buró Central Nacional (NCB2)

Al igual que el ISI, las relaciones exteriores, y en este caso en enlace con la INTERPOL, se localizan en una sección de alto nivel, muy próxima al director general.

Cuenta con tres subdirectores generales (Inmigración, Administración y División Criminal), y seis directores (PISCES3, Inmigración, Administración, Asesoramiento Legal, Tecnología y crimen, y Grupo Especial de Investigación).

En el marco de la lucha contra la inmigración ilegal, depende de la FIA la Unidad de Lucha contra el Tráfico de personas (ATU), de modo que su actividad ha permitido mejorar la seguridad y la información en este campo.

FUNCIONES Y CONTROL

Si bien en un principio los campos de actuación de los diferentes servicios estaban más o menos definidos, tras la dictadura del general Ayub Khan parece que las misiones y cometidos a menudo se superponen por lo que no es de extrañar que la lucha por la información haya tenido sus consecuencias en el plano político.

El modelo de control durante los periodos democráticos ha sido gubernamental bajo, manteniéndose la inteligencia militar (ISI e MI) bajo la dirección de la cúpula militar, antes que bajo los gobiernos elegidos en las urnas.

En julio de 2003 se activa el Grupo de Investigación Especial (SIG) de la FIA, encargado de la investigación y la persecución del terrorismo y los delitos monetarios, al amparo del Acta antiterrorista de 1997. Por su parte, el ISI ha potenciado desde 2001 el llamado Centro Antiterrorista (CTC), el cual pasó, de tener unas decenas de agentes, a alcanzar la cifra de más de 400. Tiene una amplia base de datos referente a terroristas de Al Qaeda, de los cuales ha interrogado a más de 500 (mediados de 2006).

Aparecen los sistemas de registro e intercambio de datos: Sistema de Evaluación y Cotejo de Identificación Personal Segura, PISCES, dependiente de la FIA, teóricamente empleado para el control de movimiento e identificación de personas en puertos, aeropuertos y fronteras; la STAR, que es la base de datos del IB, y la propia base de datos del CTC. Todas ellas convergen en un sistema común para facilitar el intercambio de información y mejorar así la capacidad de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

El sistema PISCES se basa en un software que puede llevar a cabo cotejos en tiempo real de fotografías u otros identificadores con distintas bases de datos, entre ellas la del FBI, lo que permitirá reconstruir los movimientos de sospechosos de pertenencia a grupos radicales. Se ha montado en 18 de los mayores puntos de entrada y salida de Pakistán.

En marzo de 2003 los EE.UU. financiaron con 10 millones de dólares la creación de la Base de Datos de Información Criminal (CID), cuyo objetivo es lograr un sistema de registro de huellas digitales similar al que tiene el FBI. A este servicio acceden otras agencias policiales (LEAs, Law-Enforcement Agencies), que a su vez recaban información gracias a sus divisiones de información que operan en las calles.

En 2004 se aprobado la creación del llamado Consejo Nacional de Seguridad, que se puede constituir en una Célula Nacional de Control de Crisis (NCMC). Esta iniciativa aumenta los poderes de la Presidencia y aparentemente trata de mejorar la coordinación inter-agencias.

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Esteban
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Pobablemente no se entienda la realidad del panorama de la comunidad de inteligencia paquistaní si no se hace un repaso de su historia.

1947- Nos encontramos con un sistema heredado de la administración colonial británica, donde un servicio de Inteligencia policial (IB) se encarga de la inteligencia interior, y la inteligencia militar (IM) de la exterior. Es un esquema similar incluso al de algunos países europeos modernos, como Austria, Dinamarca, Suecia, Finlandia o Noruega.

1948.- Tras la primera guerra Indo Paquistaní, el papel de los SSII es cuestionado toda vez que no han sido capaces de proveer de buena inteligencia referente a los planes indios. Se crea el ISI, que depende del Jefe de las Fuerzas Armadas, y que asume las tareas de inteligencia exterior en general, e interior dentro de la Cachemira paquistaní en particular. El sistema evoluciona hacia un modelo donde encontramos un poderoso servicio de inteligencia militar exterior, al que se subordina la Inteligencia táctica militar, que pasa a ejercer funciones prácticamente de servicio de información militar
(MI), y otro de carácter civil-policial, especializado en la Inteligencia interior (IB).

1958.- Golpe de estado e imposición de la Ley Marcial bajo la administración del general Ayub Khan. El ISI pasa a realizar misiones de inteligencia interior y a monitorizar las actividades del IB local en Pakistán Este (el SIB). Todos los SSII pasan a control militar, dado que dependen de la autoridad militar que representa el Administrador Jefe de la Ley Marcial. Se crea la división de operaciones encubiertas del ISI para llevar a cabo acciones en Jammu y Cachemira.

1965.- Segunda guerra Indo paquistaní, donde los SSII vuelven a fracasar. Se crea un comité, presidido por el general Yahya Khan, para analizar los fallos y decidir posibles soluciones.

1971.- Recuperada la democracia, y bajo la presidencia de Zulfiqar Ali Bhutto, se produce una nueva guerra con India, al tiempo que Pakistán Este se rebela y consigue la independencia, convirtiéndose en Bangladesh. EL ISI había fracasado en sus intentos de infiltrarse y controlar los partidos independentistas. Estalla también la rebelión en Belochistan, que es sofocada manu militari.

1975.- Se crea la Agencia Federal de Investigación, que poco a poco irá adquiriendo una personalidad propia dentro de la comunidad de Inteligencia en Pakistán.

1978-1988.- La dictadura del general Zia ul Haq mantiene a la comunidad de inteligencia controlada a través de sus colaboradores, pero no hay un cambio formal en la dependencia orgánica. El ISI adquiere mayor poder al encomendársele misiones de vigilancia de las comunidades Sindh y chií y del Partido Popular Paquistaní, líder de la oposición democrática. En estos años se produce un aumento en la colaboración con la CIA a raíz de la invasión soviética de Afganistán.

1988-1990.- La Primera Ministra Benazir Bhutto intenta hacerse con el control del ISI nombrando un director general de su confianza, al tiempo que potencia el IB. La cúpula militar reacciona reforzando el servicio de información militar (MI) al que traspasa las operaciones encubiertas en Cachemira. Una vez cesada, de nuevo el ISI se aleja del control político. Los movimientos insurgentes en Jammu y Cachemira intensifican sus campañas de ataques contra tropas y civiles indios.

1990-1993.- Durante el primer mandato de Nawaz Sharif como primer ministro, el ISI recupera las acciones encubiertas en Afganistán, a pesar de que el director general que nombra Sharif no es consensuado con el Jefe del Ejército.

1993-1996.- Vuelve al poder Benazir Bhutto, e intenta otra forma de hacerse con el control de la Inteligencia en Pakistán potenciando la FIA y transfiriendo las operaciones encubiertas en Afganistán al Ministerio del Interior, en previsión de que volviese a suceder lo de 1989. Sin embargo, esto se hace de forma coordinada y pactada con la División de Operaciones del Ejército, a cargo del entonces desconocido general Pervez Musharraf.

Fracasa un intento de golpe islamista en 1995. Un año más tarde, de nuevo en virtud de la 8ª Enmienda de la Constitución, el Presidente Laghari cesa a Bhuto, y se produce el procesamiento de toda la cúpula de Inteligencia leal a la primera ministra (IB y FIA).

1996-1999.- Durante el segundo mandato de Nawaz Sharif, éste decide enfrentarse al ISI y nombra un director general no consensuado con la cúpula militar. Inmediatamente ésta reacciona pasando toda la Sección de Inteligencia Conjunta Norte del ISI (la poderosa JIN, que opera en Afganistán e India) al MI. El programa nuclear paquistaní se acerca a su culminación. El general Musharraf es nombrado Jefe del Ejército en 1998, y bajo su dirección se lleva a cabo el test del misil nuclear Ghauri.

Tras la crisis que supuso la llamada Guerra de Kargill, el primer ministro Sharif desconfía profundamente de Musharraf, y trata de cesarle cuando éste se encuentra de viaje oficial en el extranjero; sin embargo, la cúpula militar reacciona apoyando al general, dando un golpe de estado que le lleva al poder.

1999-2006 El general Musharraf no se ha instalado en el poder simplemente como un dictador más. Ha procurado forzar el sistema legislativo para sacar adelante una serie de iniciativas legales que han legitimado formalmente su mandato. Ha organizado elecciones, y ha sido capaz de dirigir la formación de una serie de partidos políticos que le garantizan apoyo electoral. Al mismo tiempo, una serie de reformas legales le ha permitido hostigar a la oposición democrática, debilitándola.

En lo que se refiere a la comunidad de inteligencia en Pakistán, tras unos primeros momentos en los que se continuaron las operaciones encubiertas encaminadas a mantener al régimen talibán, y a raíz del 11-S, Musharraf cesó al director general del ISI por sus lazos con los talibanes, y apartó de los puestos de responsabilidad a los extremistas. Asimismo ha reorganizado profundamente las secciones encargadas de las operaciones en el norte, de modo que los antiguos lazos que se mantenían con talibanes y movimientos terroristas de corte islamista aparentemente llegaron a ser menos evidentes que en años anteriores.
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Esteban
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Seguimos con el tema del ISI. Se ha hablado mucho de su papel en el Afganistan de la postguerra con la URSS.

En 1988 los soviéticos se retiran de Afganistán, dejando un gobierno pro comunista que a duras penas es capaz de resistir los ataques de las milicias muyahidines. Diversos informes implican a Pakistán en las luchas de las facciones muyahidines por alcanzar el poder. En Pakistán la Primera Ministra, Benazhir Bhutto, intenta reforzar el control sobre el ISI nombrando un Director General de su confianza, y potenciando de nuevo la agencia rival, el IB. Sin embargo, la cúpula militar reacciona transfiriendo el departamento encargado de las acciones encubiertas en Cachemira a la Inteligencia Militar. Bhutto cesa en 1990. Se convocan elecciones ese año, y hay denuncias contra el ISI por supuestas acciones en contra del Partido Popular de Pakistán, dirigido por Bhutto.

En 1990 el Congreso de los EEUU impone una serie de medidas de embargo al suministro de material militar debido a su carrera nuclear.
En 1992, siendo Primer Ministro Nawaz Sharif, el ISI recupera el control de las acciones en Cachemira. EE.UU. amenaza en 1993 con incluir a Pakistán en la lista de países que apoyan el terrorismo.

Una vez vuelve al poder en 1993, la Primera Ministra Bhutto intenta potenciar la Agencia Federal de Investigación (FIA), agencia policial encargada de conseguir inteligencia concerniente al orden público y de prevenir el delito, para compensar el poder del ISI y para combatir el incipiente terrorismo islámico.

Durante este segundo mandato de Benazhir Bhutto (1993-1996), se transfieren las operaciones en Afganistán al Ministerio del Interior, pero de forma coordinada con la división de Operaciones del Estado Mayor del Ejército, entonces a cargo de un joven general Pervez Musharraf. El ministro del Interior, el general Naseerullah Babar, diseña la llamada Célula de Desarrollo y Comercio, que establece rutas para el contrabando de materiales y aporta financiación al régimen talibán

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De hecho, las tasas impuestas al tráfico de camiones entre Pakistán y Afganistán llegan a convertirse en el principal ingreso de los talibanes. Un antiguo acuerdo entre ambos países, firmado en 1950, establecía que los camiones con carga para Afganistán que tuviesen que transitar por Pakistán, no pagarían tasas. Esto había llevado a la práctica de que los transportistas aprovechaban para vender su carga en el mercado negro de las zonas fronterizas paquistaníes, causando pérdidas de más de 800 millones de dólares a las aduanas paquistaníes entre 1992 y 1994. Esas mismas rutas eran aprovechadas para el tránsito de opio, armas y personal, lo que a fecha de 1997 había reportado a los talibanes unos beneficios de unos 75 millones de dólares, según datos del Banco Mundial.

Al mismo tiempo, intenta potenciar de nuevo el IB, que aumenta sus competencias al otorgársele la capacidad de controlar las comunicaciones privadas y de censurar la prensa. Nombra como Director General a Masood Sharif, que es persona de su entera confianza.

En 1994 la primera ministra viaja a Corea del Norte para cerrar acuerdos en lo referente a intercambio de tecnología nuclear y de misiles balísticos. El científico A. Q. Khan comienza una serie de visitas de trabajo a dicho país con el conocimiento del Jefe del Ejército, general Abdul Whaleed, y, una vez más, de su jefe de Operaciones, el general Musharraf.

En 1995 fracasa un golpe de estado de inspiración islamista a cuya cabeza se encontraba el general Zaheer-ul-Islam Abbasi. El Presidente de la República, Laghari, acaba por cesar a Bhutto, y promueve el encarcelamiento del director general del IB, Sharif, con acusaciones de espionaje indiscriminado e ilegal; además, se ordena el procesamiento del hasta entonces director general de la FIA, Ghulam Asghar y de su adjunto, Rehman Malik. Durante los años 1995 y 96, los talibanes lanzan una serie de ofensivas con asesoramiento militar paquistaní, de modo que toman Kabul.

Posteriormente, de nuevo con Nawaz Sharif en el cargo de Primer Ministro, se nombra un director del ISI que no es consensuado con el Ejército y éste reacciona pasando, en 1997, la sección de Inteligencia Conjunta Norte (JIN), encargada de operar en India y Afganistán, del ISI a la Inteligencia Militar. El nuevo Jefe del Ejército, general Karamat, viaja a Corea del Norte en secreto en 1997 para intercambiar información referente al programa Ghauri (misiles balísticos con capacidad nuclear). En 1998 se llevan a cabo las primeras pruebas nucleares paquistaníes.

Tras la crisis que supuso la llamada Guerra de Kargil, el primer ministro Sharif desconfía profundamente de Musharraf, y trata de cesarle cuando éste se encuentra de viaje oficial en el extranjero; sin embargo, la cúpula militar reacciona apoyando al general, dando un golpe de estado que le lleva al poder. Promulga una serie de decretos legislativos que a la postre servirán para hostigar a la oposición y para afianzarse en el poder. Al principio continúa con el apoyo al régimen talibán. En 2000, el Secretario General de la ONU implícitamente acusa a Pakistán de ingerencia en Afganistán. En abril y mayo de 2001 la organización Human Rights Watch denuncia el tráfico de armas entre Pakistán y Afganistán, en contra del embargo decretado por la ONU.

Tras los atentados de Nueva York del 11-S, los EEUU requieren de Pakistán su colaboración en el derrocamiento del régimen talibán. El problema para Musharraf es que ese régimen está apoyado por parte de los aparatos de inteligencia pakistaníes. En octubre de 2001 cesa al Director General del ISI, Teniente General Mahmood Ahmed, por su manifiesta simpatía hacia la causa talibán. Asimismo parece que se llevó a cabo una profunda reforma de las unidades que operaban en Cachemira y en Afganistán. Se prohibieron varios movimientos religiosos extremistas, y se retiró a los representantes del ISI de las reuniones del Consejo Unido para la Yihad, que albergaba unas 12 organizaciones radicales. El gobierno ordena el cierre de 13.000 escuelas coránicas (madrasas).

En julio de 2003 se activa el Grupo de Investigación Especial (SIG) de la FIA, encargado de la investigación y la persecución del terrorismo y los delitos monetarios, al amparo del Acta antiterrorista de 1997. Por su parte, el ISI ha potenciado desde 2001 el llamado Centro Antiterrorista (CTC), el cual pasó, de tener unas decenas de agentes a alcanzar la cifra de más de 400. Tiene una amplia base de datos referente a terroristas de Al Qaeda, de los cuales ha interrogado a más de 500 (datos a mediados de 2006). En marzo de 2003 los EE.UU. financiaron con 10 millones de dólares, la creación de la Base de Datos de Información Criminal (CID), cuyo objetivo es lograr un sistema de registro de huellas digitales similar al que tiene el FBI. A este servicio acceden otras agencias policiales (LEAs, Law-Enforcement Agencies), que a su vez recaban información gracias a sus divisiones de información que operan en las calles.

En 2004 se ha aprobado la creación del llamado Consejo Nacional de Seguridad, que se puede constituir en una Célula Nacional de Control de Crisis (NCMC), lo que aumenta los poderes de la Presidencia y aparentemente trata de mejorar la coordinación inter-agencias.

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La presencia de agentes de la organización terrorista en suelo paquistaní ha dado lugar a numerosas operaciones de seguridad de dos tipos: antiterroristas en ciudades y provincias, y militares en la zona fronteriza. Al mismo tiempo, al Qaeda ha atentado tres veces contra Musharraf, y una contra su primer ministro. Según el experto mundial en Al Qaeda, Rohan Gunaratna, ya en febrero de 2002 Pakistán había detenido a más de 2.000 activistas de grupos islamistas locales, y cerrado unos 650 locales15. Aparte, los servicios de seguridad paquistaníes han arrestado a más de 550 activistas de al Qaeda, habiendo entregado muchos de ellos a las autoridades norteamericanas. Según un informe de Human Rights Watch, de noviembre de 2005, al menos 26 detenidos habrían sido transferidos de forma irregular a las autoridades norteamericanas16. Dicha cifra se habría ampliado durante 2006. Según datos del Centro Nacional de Contraterrorismo (NSCT) de los EEUU, desde 2004, la violencia terrorista ha causado en Pakistán 2.180 víctimas, entre muertos, heridos y secuestrados.

Las agencias norteamericanas colaboran estrechamente con sus colegas paquistaníes ofreciéndoles apoyo técnico a la hora de interceptar comunicaciones por teléfonos vía satélite o Internet. Esto ha llevado a la detención, entre otros, de Abu Zubaida, Ramzi bin al Sabih, Sharif Ahmad, Khalid Mohammed, Mustafa Setmarian, o Ghulam Mustafa, entre otros.
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Esteban
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Mensaje por Esteban »

Para acabar la exposición sobre el ISI vamos a ver brevemente a qué amenazas y desafíos se enfrenta. Como consecuencia de la penetración de al Qaeda en zonas fronterizas con Afganistán, el gobierno paquistaní inició en 2004 una serie de operaciones militares en la zona de Waziristán, enviando unos 40.000 efectivos a la zona.

Los choques, a menudo sangrientos, han llevado a la muerte a más de 2.000 combatientes irregulares, y casi medio millar de soldados paquistaníes. En lo referente a movimientos nacionalistas secesionistas, si bien en el pasado provocaron serios enfrentamientos, en los últimos años las autoridades mantienen el control, aunque en Belochistán persiste la actividad de movimientos terroristas independentistas. Diversas fuentes han informado de la cada vez mayor implicación norteamericana en las áreas tribales, incluyendo permiso para el sobrevuelo de los letales “predator” armados con misiles, así como el establecimiento de bases avanzadas de la CIA, en colaboración con el ISI. Al mismo tiempo, los talibanes y sus aliados tribales se habían asegurado una importante base de operaciones en Waziristan Norte de cara a una ofensiva que tuvo lugar en el verano de 2006.

INMIGRACION. El devastador terremoto de octubre de 2005 ha provocado unos 88.000 muertos y varios millones de desplazados en la Cachemira pakistaní y en la Provincia Fronteriza Noroccidental.

Asimismo el movimiento de personas por sus puertos, aeropuertos y personas, o incluso la falsificación de pasaportes, son vistos por las autoridades como factores de riesgo que tratan de controlar. En este sentido se enmarcan las nuevas competencias de la FIA.

Tampoco hay que olvidar que Paquiistán ha sido país exportador de trabajadores y de emigrantes tanto a los ricos países del Golfo, como a Europa. Como se ha visto, con motivo del atentado del 7 de julio de 2005, los emigrantes de segunda generación pueden radicalizarse y acercarse a los movimientos terroristas.

DESCONTENTO RELIGIOSO. En un intento por evitar la propagación de las ideas extremistas, el gobierno pakistaní tomó severas medidas contra las escuelas coránicas (madrasas) llegando a prohibir, tras los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, la presencia de estudiantes extranjeros. Este tipo de medidas ha provocado las airadas protestas de los líderes radicales religiosos. La aparición de unas caricaturas de Mahoma en una medio de comunicación europeo provocaron una oleada de manifestaciones promovidas por diversos sectores paquistaníes. Los analistas de Asia Times apuntan a Imran Khan, líder del partido integrista Tehrik-i- Insaaf (Movimiento para la Justicia en Pakistán) como futuro hombre a tener en cuenta, tanto por su formación intelectual, como por su activismo en contra de la colaboración con los EEUU.

VIOLENCIA SECTARIA. A pesar de los esfuerzos por controlar los movimientos terroristas, ha habido atentados de inspiración religiosa contra templos o reuniones de otras sectas o confesiones, protagonizadas por grupos sunníes y chiíes. bien entre ellos, bien contra los cristianos u otras religiones minoritarias. Según Human Rights Watch, desde 1980 a 2005 murieron más de 4.000 chiíes; la espiral de violencia se ha disparado desde el año 2001.

PROTECCION DEL ARSENAL NUCLEAR. El arsenal paquistaní es un objetivo estratégico en si mismo, de modo que su protección frente a la amenaza interior o exterior es otra de las prioridades de los servicios de seguridad y de inteligencia paquistaníes. Sin embargo, su control ha sido objeto de intensas polémicas. En una decisión tomada el año 2000, el arsenal nuclear depende del Mando de la Autoridad Nacional (NCA), dirigido por el propio Presidente.

En 2004 los paquistaníes reconocieron que el padre de su programa nuclear23, Dr. A. Q. Khan, estaba implicado en una red de contrabando de materiales y de equipos con Irán, Corea del Norte, y Libia. Dicha red, según informaciones facilitadas por el gobierno paquistaní, operaba de forma autónoma, sin conocimiento de las autoridades, si bien algunos testimonios relacionaron al general Mirza Aslam Beg, Jefe del Ejército entre los años 1988-1991 con esta red, cosa desmentida por dicho militar. El 4 de febrero de 2004 A. Q. Khan confiesa ante la televisión paquistaní haber traficado con materiales y tecnología nuclear con Irán, Corea del Norte y Libia.

A finales de agosto de 2005, el propio Musharraf reconoce a la televisión japonesa Kyodo Agency que el científico había exportado ilegalmente centrifugadoras de Uranio a Corea del Norte. Sin embargo, el científico fue simplemente puesto bajo arresto domiciliario, y las autoridades paquistaníes se negaron a colaborar con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) o con los EE. UU. para aclarar totalmente esta trama.

GOLPISMO Y FUERZAS ARMADAS. Desde la independencia de Pakistán hasta nuestros días, los militares han protagonizado varios golpes de estado y han ejercido el poder de forma dictatorial, o bien han obstaculizado la labor de los gobiernos democráticos cuando estos han intentado enfrentarse a la cúpula de turno. El estamento militar es un auténtico grupo de poder en Pakistán. Sin embargo, Musharraf, que llegó al poder por medio de un golpe incruento, ha desarrollado una serie de medidas legislativas para legitimarse en el poder. Diversas fuentes alertan acerca de los sentimientos religiosos de los jóvenes oficiales: en febrero de 2006 ascendió al empleo de General de División la primera promoción de oficiales que salieron de las academias en 1977, y que, como tenientes, tuvieron que ejecutar en las calles, al mando de sus secciones, las órdenes recibidas durante el golpe de estado y posterior Ley Marcial del general Zia. En un plazo de cinco años ascenderán al empleo de Teniente General y ocuparán los puestos de Jefe de Cuerpo, director general del ISI, etc. Tras el 11-S, y en virtud de los acuerdos de colaboración con los EE. UU., prácticamente 300 oficiales son enviados cada año a Norteamérica para llevar a cabo cursos de especialización. Bajo el régimen de Musharraf, muchos militares retirados han pasado a dirigir agencias civiles, lo que ha sido interpretado por algunos sectores de la oposición como un intento de controlar y militarizar la sociedad, lo que a su vez provoca el debilitamiento de la oposición democrática y el fortalecimiento de los movimientos islamistas.

ALIANZAS ESTRATEGICAS
EE.UU. A pesar de que Pakistán ha colaborado intensamente con el gobierno norteamericano en la guerra contra el terrorismo, y que éste ha desbloqueado ayudas económicas y militares, incluyendo la venta de nuevos aviones F-16, hay ciertos indicadores que parecen indicar un cierto enfriamiento de esas relaciones. De hecho, las autoridades norteamericanas han rechazado de momento colaborar con el programa nuclear paquistaní, ni siquiera con fines civiles, si bien las ayudas económicas en diferentes áreas se han multiplicado los últimos años.

Diversos informes de instituciones internacionales valoran negativamente la situación en Paquistán en materia de libertades o de confianza. Incluso la Fundación por la Paz le ha situado en el puesto 9 en la lista mundial de “estados fallidos” aplicando una serie de parámetros de posible inestabilidad. Por su parte, los propios paquistaníes se quejan de la falta de comprensión occidental hacia sus propios problemas. Las encuestas independientes reconocen que la opinión pública paquistaní es profundamente anti norteamericana, y que Ben Laden es considerado poco menos que un héroe. Las operaciones militares de las fuerzas armadas paquistaníes en las áreas tribales parecen no dar el resultado apetecido, y los EE.UU. han llevado a cabo raids y bombardeos en suelo paquistaní.

CHINA. El gran país asiático ha sido siempre un aliado de Pakistán, y un contrapeso frente a su común vecino, la India, a quien China derrotó fácilmente en una guerra fronteriza en 1962. China siempre ha proporcionado armamento y tecnología a Pakistán, y ambos comparten intensos lazos económicos. Como parte de su estrategia de penetración en el Golfo Pérsico, China firmó en 2002 un acuerdo valorado en 250 millones de dólares con Pakistán para ampliar el puerto de Gwadar (cerca de la frontera iraní) y usar así las instalaciones de su base naval y puerto tanto para su uso por la Marina y la inteligencia china (que ya posee instalaciones en las islas Coco, situadas en el Golfo de Bengala, pertenecientes a Myanmar), como para vía de salida del comercio procedente de la región de Xinjiang, donde por otra parte se encuentra la belicosa minoría islamista uighur. El puerto tendrá capacidad para recibir petroleros de hasta 200.000 toneladas y tendrá régimen de puerto franco.

Este proyecto causó ciertos recelos entre la población local balochistaní, e incluso 3 técnicos chinos murieron en un atentado el 3 de mayo de 2004, cuya autoría no quedó clara.

Sin embargo China también se ha acercado a India, del mismo modo que lo han hecho los EE. UU., por lo que la política de alianzas en esta región asiática puede aun evolucionar bastante en los próximos años.
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Loopster
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Mensaje por Loopster »

Soberbio... :D ¿Tienes datos referidos a la participación del ISI en el narcotráfico como apuntaba Chichackli?
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Esteban
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Mensaje por Esteban »

Sobre ese tráfico tienes información en las propias Naciones Unidas, a través de las publicaciones del Departamento de Crimen y Drogas. Te puedes descargar buenos pdf.

Y en fuentes abiertas tienes la excelente web de Ahmed Rashid, periodista paquistaní http://www.ahmedrashid.com/publication/ ... %20War.pdf

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Esteban
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Mensaje por Esteban »

Hoy el herald tribune publica un extenso reportaje describiendo las relaciones entre el ISI, la MI y el movimiento neotalibán. Es bastante extenso, y lo podéis consultar en http://www.iht.com/bin/print.php?id=4278465

Así, destacando lo más interesante, tenemos:
Pakistan accused of backing Taliban
By Carlotta Gall

Sunday, January 21, 2007
QUETTA, Pakistan
Western diplomats in both countries and Pakistani opposition figures say that Pakistani intelligence agencies — in particular the powerful Inter-Services Intelligence and Military Intelligence — have been supporting a Taliban restoration, motivated not only by Islamic fervor but also by a longstanding view that the jihadist movement allows them to assert greater influence on Pakistan's vulnerable western flank.

One former Taliban commander said in an interview that he had been jailed by Pakistani intelligence officials because he would not go to Afghanistan to fight. He said that, for Western and local consumption, his arrest had been billed as part of Pakistan's crackdown on the Taliban in Pakistan. Former Taliban members who have refused to fight in Afghanistan have been arrested — or even mysteriously killed — after resisting pressure to re-enlist in the Taliban, Pakistani and Afghan tribal elders said.

"The Pakistanis are actively supporting the Taliban," declared a Western diplomat in an interview in Kabul. He said he had seen an intelligence report of a recent meeting on the Afghan border between a senior Taliban commander and a retired colonel of the Pakistani Inter-Services Intelligence.
The Pakistani military and intelligence services have for decades used religious parties as a convenient instrument to keep domestic political opponents at bay and for foreign policy adventures, said Husain Haqqani, a former adviser to several of Pakistan's prime ministers and the author of a book on the relationship between the Islamists and the Pakistani security forces.

The religious parties recruited for the jihad in Kashmir and Afghanistan from the 1980s, when the Pakistani intelligence agencies ran the resistance by the mujahedeen and channeled money to them from the United States and Saudi Arabia to fight the Soviet Union in Afghanistan, Mr. Haqqani said.

In return for help in Kashmir and Afghanistan the intelligence services would rig votes for the religious parties and allow them freedom to operate, he said.

"The religious parties provide them with recruits, personnel, cover and deniability," Mr. Haqqani said in a telephone interview from Washington, where he is now a visiting scholar at the Carnegie Endowment for International Peace.
The Inter-Services Intelligence once had an entire wing dedicated to training jihadis, he said. Today the religious parties probably have enough of their own people to do the training, but, he added, the I.S.I. so thoroughly monitors phone calls and people's movements that it would be almost impossible for any religious party to operate a training camp without its knowledge.

"They trained the people who are at the heart of it all, and they have done nothing to roll back their protégés," Mr. Haqqani said.

According to several analysts, Pakistani intelligence officials believe it is more prudent to prepare for the day when Western troops leave Afghanistan.
Pakistan has long seen jihadi movements like the Taliban as a counter to Indian and Russian influence next door in Afghanistan, the Western diplomat and other analysts said, and as a way to provide Pakistan with "strategic depth," or a friendly buffer on its western border.
President Musharraf relies on the religious party Jamiat Ulema-i-Islam, or J.U.I., which dominates this province, Baluchistan, as an important partner in the provincial and national parliaments.

At a madrasa, called simply Jamiya Islamiya, on winding Hajji Ghabi Road, a board in the courtyard proudly declares "Long Live Mullah Omar," in praise of the Taliban leader, and "Long Live Fazlur Rehman," the leader of J.U.I.

Members of the provincial government and Jamiat Ulema-i-Islam are frequent visitors to the school, the local opposition party member said, asking that his name not be used because he feared Pakistan's intelligence services. People on motorbikes with green government license plates visit at night, he said, as do luxurious sport utility vehicles with blackened windows, a favorite of Taliban commanders.
Maulvi Noor Muhammad, a Jamiat Ulema-i-Islam representative from Baluchistan in the National Assembly, recently received a guest barefoot while sitting on the floor of a grubby district office in Quetta, a map of the world above him painted on the wall to represent his belief in worldwide Islamic revolution.

He denied providing the militants any logistical support. "The J.U.I. is not supporting the Taliban anymore," he said. "We are only providing moral support. We pray for their success in ousting the foreign troops from the land of Afghanistan."
NATO officials and Western diplomats in Afghanistan have grown increasingly critical of Pakistan for allowing the Taliban leaders, commanders and soldiers to operate from their country, which has given an advantage to the insurgency in southern Afghanistan. In September, Gen. James L. Jones, then NATO's supreme commander, told the Senate Foreign Relations Committee that Quetta remained the headquarters of the Taliban movement.

Still, Pakistan has insisted that the Taliban leadership is not based in Quetta. "If there are Taliban in Quetta, they are few," said Pakistan's minister for information and broadcasting, Tariq Azim Khan. "You can count them on your fingers."

American officials and Western diplomats noted that, when put under enough pressure, Pakistan had come through with flashes of cooperation. But that only seems to reinforce the view that Pakistan's intelligence agencies are more in touch with what is going on in the Taliban insurgency than the government lets on publicly.

For instance, a senior Taliban leader, Mullah Akhtar Muhammad Osmani, who operated on both sides of the border, was killed in an airstrike in Afghanistan on Dec. 19, after Pakistan helped track him, an American official in Afghanistan said.

At the same time, a kind of dirty war is building between Afghan and Pakistani intelligence agencies. A senior Afghan intelligence official said one of its informers in Pakistan was recently killed and dumped in pieces in Peshawar, a border town. The Afghan intelligence service has also recently arrested two Afghan generals, one retired, who have been charged with spying for Pakistan, as well as a Pakistani suspected of being an intelligence agent.
President Musharraf has acknowledged that some retired Pakistani intelligence officials may still be involved in supporting their former protégés in the Taliban.

Hamid Gul, the former director general of Pakistani intelligence, remains a public and unapologetic supporter of the Taliban, visiting madrasas and speaking in support of jihad at graduation ceremonies.

Afghan intelligence officials recently produced a captured insurgent who said Mr. Gul facilitated his training and logistics through an office in the Pakistani town of Nowshera, in the North-West Frontier Province, west of the capital, Islamabad.

NATO and American officials in Afghanistan say there is also evidence of support from current midlevel Pakistani intelligence officials. Just how far up that support reaches remains in dispute.

At least five villages in Pishin, a district northwest of Quetta that stretches toward the Afghan border, lost sons in the recent fighting in Kandahar between the Taliban and NATO forces, opposition politicians said.

One village, Karbala, is a main center of support for the jihad, local people say. Unlike the other villages, which blend into the stark desertlike landscape with their mud-brick houses and compound walls, Karbala has lavish houses, mosques and madrasas, suggesting an unusual wealth.

Farther on, in the village of Bagarzai, lies the grave of Azizullah, a religious scholar who used only one name and acquired fame as a Taliban commander.

Only 25, he was killed with a group of 15 to 20 men in an airstrike in the Afghan province of Helmand on May 22, said his father, Hajji Abdul Hai. Thousands of people attended his funeral, including senior members of the provincial government, the father said.

-"All Taliban are I.S.I. Taliban," he added. "It is not possible to go to Afghanistan without the help of the I.S.I. Everyone says this."
resumiendo. Como siempre, Afganistan es considerado por Paquistán como pieza clave en su esquema de política de seguridad exterior e interior; asegurando el control de este país, se asegura la estabilidad de su poderosa y difícil región del Beluchistán. A menudo, los partidos políticos religiosos han sido tutelados y amparados por los todopoderosos SSII paquistaníes, como contrapeso a los partidos tradicionales, y como elemento de conseguir influencia política.

Asimismo, viejos dinosaurios del ISI como Hamid Gul continúan enredando en lo que se supone que es una actividad tolerada dado que no es razonable pensar que podría actuar al margen de los aparatos de seguridad. Otra idea interesante es que Paquistan pronostica un "día después" de la salida (poco honrosa, a este paso) de las fuerzas de la OTAN, donde tendrán mucho que decir. Y un nuevo factor de tensión, relacionado con la falta de sintonía y de simpatía personal que se profesan Musharraf y karzai, es la pugna entre sus respectivos SSII.
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Esteban
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El cía que la CIA avisó a Musharraf de que el Dr Khan estaba haciendo contrabando de secretos nucleares. Lo recoge George Tenet en su reciente libro sobre sus años al frente de la CIA. Lo publica otro buen periódico: Dawn.
Tenet showed nuclear blueprints to Musharraf

WASHINGTON, April 30: It was at a one-on-one meeting in New York that former CIA chief George Tenet convinced President Pervez Musharraf that Dr Abdul Qadeer Khan was heading an international ring of nuclear smugglers.

In his book ‘At the Center of the Storm: My Years at the CIA’, Mr Tenet writes that he met Gen Musharraf in New York, where he was attending the UN General Assembly, on Sept 24, 2003.

“We met in his hotel suite. It was what we in the intelligence business called a ‘four yes’ meeting – just the two of us. No handlers, no note takers.”

“(Dr) A.Q. Khan, I said, is betraying your country. He has stolen some of your nation’s most sensitive secrets and sold them to the highest bidders.”

“(Dr) Khan has stolen your nuclear weapons secrets. We know this, because, we stole them from him.”

Mr Tenet then pulled out of his briefcase some blueprints and diagrams of nuclear designs stolen from the Pakistan government.

“I had been briefed well enough by my team that I could point out markings on the drawings that would prove that these designs were supposed to be in a vault in Islamabad not a hotel room in New York.”

Mr Tenet pulled out a blueprint of a Pakistan P-1 centrifuge design and said: “He sold this to Iran.” Then he produced design for the next-generation P-2 centrifuge. “He has sold this to several countries.” Without pause, he laid before President Musharraf another document. “These are the drawings of a uranium processing plant that he sold to Libya.”

Mr Tenet noted that although later Gen Musharraf described it as one of the most embarrassing moments of his presidency, he betrayed no emotion.

“I always found him to be a cool customer, someone who seems to be taking in every word you are saying.”

The CIA chief told Gen Musharraf: “Mr President, if a country like Libya or Iran or, God forbid, an organisation like Al Qaeda, gets a working nuclear device and the world learns that it came from your country, I am afraid the consequences would be devastating.”

Mr Tenet then suggested a few steps the US and Pakistan could take jointly to find out the full extent of Dr Khan’s ‘corruption’ and to put and end it once and for all.

“President (Gen) Musharraf asked a few questions and then simply said: ‘Thank you, George, I will take care of this’.”By Our Correspondent
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Esteban
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Mensaje por Esteban »

Aunque lo he dejado caer anteriormente, no hay que olvidar el impulso que la mafia del transporte y del contrabando entre Afganistán y Pakistán dio al movimiento talibán. De hecho, aunque todo el mundo presume que este movimiento fue apoyado resueltamente por el ISI desde un primer momento, lo cierto es que al principio fue mirado con cierto desdén por los elitistas mandos del ISI, quienes apostaban por el señor de la guerra Hikmetyar, de origen pastún que bombardeó salvajemente Kabul, en manos tayikas (presidente Rabbani y general Masud) a mediados de los 90.

Sin embargo la mafia del transporte y el contrabando estaba harta de tener que pagar toda clase de cánones al pasar por los diversos territorios controlados por los señores de la guerra. Por ejemplo, cruzar la provincia de Herat suponía 300 $.

El acuerdo de 1950 que eximía de dichas tasas a los camiones había garantizado buenos negocios a ambos lados de la frontera durante décadas. La guerra y los señores de la guerra estaban arruinando el negocio. La aparición de repúblicas exsoviéticas dispuestas a un business, como Turkmenistan hacían que el eje Quetta-Kandahar-Herat-Iran/Turkmenistán fuese considerado de máximo interés tanto para las mafias como para el propio gobierno paquistaní, deseoso de alcanzar los mercados centroasiáticos.

El propio ministro del interior paquistaní, Nasserullah Babar viaja a Kandahar y Herat con varios enviados occidentales para negociar inversiones que permitieran abrir la "ruta sur". A finales de octubre de 1994 la propia Primer Ministro Bhutto se entrevista con Ismael Khan, señor de la guerra en Herat, y con el general Dostum para fijar los aranceles al paso de los camiones paquistaníes por esa ruta.

Al poco tiempo, en una de sus primeras incursiones, los talibanes, financiados por las mafias del transporte, arrebatan a las fuerzas de Hikmetyar la ciudad fronteriza de Spin Baldak, auténtico nudo de comunicaciones y punto de reabastecimiento de combustible en las rutas del contrabando en la frontera sur de Afganistán. En esta ciudad se descargaba el material de los camiones paquistaníes y se trasbordaba a los afganos, y se introducía diesel y gasolina para el mercado negro afgano.

El acuerdo de las mafias con los talibanes era un pago mensual si les limpiaban las rutas dentro de Afganistán. El propio ISI informa a los talibanes de la localización de un gran depósito de armas que habían instalado clandestinamente en 1990 a pesar de la vigencia de los acuerdos de Ginebra que habían puesto fin a la ocupación soviética, y que obligaban a Pakistán a no inmiscuirse en los asuntos de su vecino.

Inmediatamente Paquistán organiza un convoy para probar si la ruta está abierta; se organiza a través de la Célula Logística Nacional (NLC), organismo que durante la ocupación soviética había canalizado las ayudas de los EEUU y otros paises a los muyahidin. En este convoy iban 80 paramilitares paquistaníes, al mando del coronel Iman, "antena" del ISI en Herat. Al llegar al aeropuerto de Kandahar fueron retenidos por los comandantes locales, y los talibanes desencadenaron desde la frontera una acción sorpresa que liberó a la columna, estando listos para intervenir una unidad del Special Service Group paquistaní. El comandante local fue capturado, ejecutado, y arrastrado por los vehículos talibanes, como escarmiento. El ISI soborna a otro señor de la guerra en Kandahar, y a principios de noviembre de 1994 la zona está bajo control talibán.

Sin embargo los propios talibanes les enseñan los dientes a la mafia del transporte y al propio ISI diciendo que no tolerarán movimiento de camiones paquistaníes sin su conocimiento y aprobación. Sin embargo comienzan a patrullar las carreteras y a colgar delincuentes, de forma que el primer convoy con algodón de Turkmenistán llega a Quetta en diciembre, eso si, pagando 5000 $ a los talibanes, pero consiguiendo beneficios muy superiores. A fecha de 1997 el negocio del transporte le supuso a los talibanes unos beneficios de unos 75 millones de dólares, según datos del Banco Mundial.

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Esteban
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Esteban escribió:GOLPISMO Y FUERZAS ARMADAS. Desde la independencia de Pakistán hasta nuestros días, los militares han protagonizado varios golpes de estado y han ejercido el poder de forma dictatorial, o bien han obstaculizado la labor de los gobiernos democráticos cuando estos han intentado enfrentarse a la cúpula de turno. El estamento militar es un auténtico grupo de poder en Pakistán. Sin embargo, Musharraf, que llegó al poder por medio de un golpe incruento, ha desarrollado una serie de medidas legislativas para legitimarse en el poder. Diversas fuentes alertan acerca de los sentimientos religiosos de los jóvenes oficiales: en febrero de 2006 ascendió al empleo de General de División la primera promoción de oficiales que salieron de las academias en 1977, y que, como tenientes, tuvieron que ejecutar en las calles, al mando de sus secciones, las órdenes recibidas durante el golpe de estado y posterior Ley Marcial del general Zia. En un plazo de cinco años ascenderán al empleo de Teniente General y ocuparán los puestos de Jefe de Cuerpo, director general del ISI, etc. Tras el 11-S, y en virtud de los acuerdos de colaboración con los EE. UU., prácticamente 300 oficiales son enviados cada año a Norteamérica para llevar a cabo cursos de especialización. Bajo el régimen de Musharraf, muchos militares retirados han pasado a dirigir agencias civiles, lo que ha sido interpretado por algunos sectores de la oposición como un intento de controlar y militarizar la sociedad, lo que a su vez provoca el debilitamiento de la oposición democrática y el fortalecimiento de los movimientos islamistas.
Anteriormente comentaba que el futuro de Musharraf y de su regimen pasaba por la llegada a los centros del poder de jóvenes promociones de militares que ya tienen poco en común con el tío Pervef.
Military May Pull the Plug On Musharraf
BY ELI LAKE - Staff Reporter of the Sun
June 12, 2007
URL: http://www.nysun.com/article/56333
WASHINGTON — As a political crisis boils in Pakistan, American analysts both inside and outside the government are expressing new doubts that President Musharraf will be able to hold onto power through the summer.

Over the past month, the military regime in Islamabad has faced a rising threat of violent jihadis in its capital, as well as the struggle between the president and the suspended chief justice of the country, Iftikhar Muhammad Chaudhry. The twin challenges have led some analysts in the American intelligence community to begin questioning whether Pakistan's military, traditionally General Musharraf's most reliable ally, will support the current regime for much longer.

A Musharraf exit could deal a stinging blow to America in the war on terrorism. President Bush has lavished the Pakistani leader with arms sales and low-interest loans while keeping mum on his spotty human rights record. The logic has been that the former general, who himself came to power in a 1999 military coup, had dismantled his pre-September 11, 2001, policy of supporting the Taliban and would be the best possible option for American interests in Pakistan.

But the strongman's grip on power appears to be loosening, with a number of analysts citing as evidence last month's showdown inside Islamabad's Red Mosque, also known as Lal Masjid. On May 22, thousands of Pakistani police amassed on the outskirts of the mosque after a pro-Taliban group took four police officers hostage inside.

The hostage crisis was eventually resolved, but only after General Musharraf tried and failed to launch a military strike on the building.

It is now an open question within the intelligence community whether the order the president gave to storm the mosque was disobeyed or never given. The Pakistani press quoted air force officers last month as saying they refused to carry out an order to bomb the building.

One American intelligence analyst, who requested anonymity, summed up the standoff at the Red Mosque by saying: "Imagine if President Clinton had sent a negotiator to Waco to negotiate a deal with David Koresh and then let them keep all of their weapons." (Koresh was the leader of the Branch Davidians, a religious sect that was involved in a fatal standoff with the FBI in 1993 in Waco, Texas.)

A former Pakistan analyst for the State Department's policy planning staff, Daniel Markey, said yesterday that it "was very hard to know" whether officers would follow every order the military receives.

But Mr. Markey, who left government in January and recently returned from Pakistan, also said it was too soon to say General Musharraf's political demise is a certainty.

"There is the potential rosy Pakistan next spring, with some sort of negotiated relationship where the military feel reasonably comfortable with a new civilian government," he said.

"But that is if we get that far. For the chief justice issue crisis, the political debate, the street protests that have been associated with that, people are raising questions about Musharraf's stability in a way that I have not quite heard before."

Spencer Ackerman, writing on the Web site TPM Muckraker, yesterday quoted a former deputy head of CIA operations, Rob Richer, as saying General Musharraf knows his days in power are numbered.

"He believes his successor has got to be someone who supports the military but it won't necessarily be someone in uniform," Mr. Richer said. "There's no obvious candidate. … At this point, he's looking for the right person, a right-winger, someone who understands the army."

It is difficult to know General Musharraf's fate, a former Pakistan analyst for the State Department Bureau of Intelligence and Research, Marvin Weinbaum, said. "He may be able to get through the next few months, get to October. That is the earliest date for elections," he said. "But he is so damaged, his credibility will be questioned."

For other analysts, a looming problem for Pakistan is General Musharraf's recent dealings with pro-Taliban groups that have links to Al Qaeda.

As The New York Sun reported last fall, the Pakistani military ceded the provinces of north and south Waziristan to local chieftains last summer.

Now, the CIA believes that those provinces and other border areas are hosting the senior leadership of Al Qaeda.

And more of those kinds of arrangements are in the offing in another Pakistani border province, Bajur, after the recent decision to pardon a warlord, Faqir Mohammed, who is thought have harbored Al Qaeda's no. 2, Ayman al-Zawahri.

Today, American intelligence officials see one possible successor to General Musharraf in the current vice chief of staff of the army, General Ehsan Saleem Hayat, according to two American intelligence officials.

Another possibility is the chairman of the joint chiefs of staff of the Pakistani military, Ehsun ul-Haq, a former chief of Pakistan's intelligence service.

Yesterday, Mr. Ackerman reported that Mr. Haq met last month with Deputy Secretary of State John Negroponte.
O sea, ha perdido el pulso con los islamistas de la mezquita, ha tenido que ceder en una ley que controlaba bastante el trabajo de la prensa, y no ha podido encarrilar ni el tema de la presencia radical en la FATA ni el desafío del juez supremo, que le está causando auténticos quebraderos de cabeza.
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