Re: Inteligencia israelí
Publicado: 07 Sep 2011 05:46
El Mossad es un servicio de inteligencia muy peculiar.
Israel es un país de inmigración de aluvión. Si uno le pregunta dónde nacieron sus abuelos, la mayoría de los israelíes te contarán unas historias increíbles. Que si sobrevivieron al Holocausto, emigraron a Argentina y cuando la represión de la dictadura en los 70 hicieron aliyah. Que si nacieron en Yemen, Siria o Iraq pero que tras la guerra de independencia tuvieron que huir con lo pueso al naciente estado de Israel. Que si sus abuelos eran de Brooklyn pero que tras la guerra de los Seis Días en sus padres, unos hippies progres, nació de pronto el sentimiento sionista por lo que lo dejaron todo y se fueron a vivir a un kibbutz en el Negev. Así que muchos israelíes tienen varios pasaportes y hablan varios idiomas. Si a eso le sumas que no hay forma de distinguir a muchos judíos de un árabe o un iraní, son capaces de meter gente en cualquier parte. Y eso significa, por ejemplo, el super secreto programa nuclear sirio.
El "segundo círculo", por así decirlo, lo forman los judíos de la Diáspora. Hay, como en Israel, de todo. Sionistas y antisionistas furibundos. De entre los primeros se captan colaboradores puntuales para asuntos a los que los agentes del Mossad no llegan o no hay nadie que dé el perfil. Por ejemplo, alguien capaz de traducir algo en alguna de las lenguas criollas del Caribe y hace falta pedir ayuda a un judío de la comunidad sefardí de Jamaica. Las dobles lealtades en este caso son un asunto muy delicado. Ahí están los casos de Jonathan Pollard y Ben-ami Kadish, que pusieron por encima el ser judíos afines a Israel que su ciudadanía estadounidense.
El Mossad tiene la fama ganada de ser uno de los servicios secretos más eficientes del mundo y haber logrado grandes proezas. La verdad es que tienen también sus cagadas, como la del "Dubai Job". Y algunos enemigos bastante difíciles de penetrar, como ha demostrado Hezbolá. Véase el muy recomendable "The Secret War With Iran" de Ronen Bergman, autor del artículo para GQ sobre Dubai que he enlazado.
¿Existe un tercer círculo de no judíos? Diría que sí. Imagínate. Un periodista español no judío está investigando el auge de grupos neonazis y ha descubierto un dato que conecta esos grupos con alguien poco sospecho de ser judeófobo. En una cena se lo comenta a un amigo judío "Tío, no pensaba que la cosa fuera tan seria". Y en el siguiente Bar Mitzvah el amigo judío mientras se fuma un cigarro le cuenta la información que ha descubierto su amigo periodista a otro miembro de la comunidad judía muy conectado con la Embajada. El dato finalmente llega a la antena del Mossad en España. Y todo entre cañas, tapas y cigarritos. Como me dijo una amiga "en el fondo todos somos agentes del Mossad".
Y aquí, de propina una camiseta que vi a la venta en el barrio viejo de Jerusalem.
Camisetas by LoboEstepario
Israel es un país de inmigración de aluvión. Si uno le pregunta dónde nacieron sus abuelos, la mayoría de los israelíes te contarán unas historias increíbles. Que si sobrevivieron al Holocausto, emigraron a Argentina y cuando la represión de la dictadura en los 70 hicieron aliyah. Que si nacieron en Yemen, Siria o Iraq pero que tras la guerra de independencia tuvieron que huir con lo pueso al naciente estado de Israel. Que si sus abuelos eran de Brooklyn pero que tras la guerra de los Seis Días en sus padres, unos hippies progres, nació de pronto el sentimiento sionista por lo que lo dejaron todo y se fueron a vivir a un kibbutz en el Negev. Así que muchos israelíes tienen varios pasaportes y hablan varios idiomas. Si a eso le sumas que no hay forma de distinguir a muchos judíos de un árabe o un iraní, son capaces de meter gente en cualquier parte. Y eso significa, por ejemplo, el super secreto programa nuclear sirio.
El "segundo círculo", por así decirlo, lo forman los judíos de la Diáspora. Hay, como en Israel, de todo. Sionistas y antisionistas furibundos. De entre los primeros se captan colaboradores puntuales para asuntos a los que los agentes del Mossad no llegan o no hay nadie que dé el perfil. Por ejemplo, alguien capaz de traducir algo en alguna de las lenguas criollas del Caribe y hace falta pedir ayuda a un judío de la comunidad sefardí de Jamaica. Las dobles lealtades en este caso son un asunto muy delicado. Ahí están los casos de Jonathan Pollard y Ben-ami Kadish, que pusieron por encima el ser judíos afines a Israel que su ciudadanía estadounidense.
El Mossad tiene la fama ganada de ser uno de los servicios secretos más eficientes del mundo y haber logrado grandes proezas. La verdad es que tienen también sus cagadas, como la del "Dubai Job". Y algunos enemigos bastante difíciles de penetrar, como ha demostrado Hezbolá. Véase el muy recomendable "The Secret War With Iran" de Ronen Bergman, autor del artículo para GQ sobre Dubai que he enlazado.
¿Existe un tercer círculo de no judíos? Diría que sí. Imagínate. Un periodista español no judío está investigando el auge de grupos neonazis y ha descubierto un dato que conecta esos grupos con alguien poco sospecho de ser judeófobo. En una cena se lo comenta a un amigo judío "Tío, no pensaba que la cosa fuera tan seria". Y en el siguiente Bar Mitzvah el amigo judío mientras se fuma un cigarro le cuenta la información que ha descubierto su amigo periodista a otro miembro de la comunidad judía muy conectado con la Embajada. El dato finalmente llega a la antena del Mossad en España. Y todo entre cañas, tapas y cigarritos. Como me dijo una amiga "en el fondo todos somos agentes del Mossad".
Y aquí, de propina una camiseta que vi a la venta en el barrio viejo de Jerusalem.
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