Benito Mussolini, espia britanico

Oraculo

Benito Mussolini, espia britanico

Mensaje por Oraculo »

Mussolini, espía británico
El Duce recibía un suculento pago mensual de Londres durante la I Guerra Mundial para que hiciera propaganda a favor del conflicto


Del dictador italiano Benito Mussolini se sabía hasta hoy que no toda su vida había sido el perfecto padre creador del fascismo con el que ha pasado a la historia. Hijo de un herrero anarquista, su biografía hasta la I Guerra Mundial tiene más puntos en común con la de Ernesto 'Che' Guevara que con la de los que serían luego sus conmilitones de ideología Adolf Hitler y Francisco Franco. Miembro radical del Partido Socialista, Mussolini (su nombre de pila era un homenaje al líder revolucionario mexicano Benito Juárez) fue un periodista arrestado varias veces por agitador socialista; huyó a Suiza como insumiso e incluso llegó a manifestarse contra la guerra de Italia y el imperio otomano en Libia, que, ironías de la vida, calificó como «acto de delincuencia internacional». Pero la guerra lo cambió todo.

Lo que no se sabía es que un joven Mussolini, que luchaba entonces contra Alemania y el imperio austro-húngaro, estaba a sueldo del servicio de espionaje británico MI5 para hacer campaña en Italia a través de su periódico ultranacionalista 'Il Popolo d'Italia' a favor de la guerra en Europa. El soldado-periodista cobraba 100 libras a la semana, que adaptadas al cambio actual suponen el filón de 6.000 libras (6.400 euros) por ejercer de propagandista bélico.

Con los camisas negras

Según el diario 'The Guardian', que ha desvelado la historia, el trabajo del futuro dirigente fascista comenzó en el otoño de 1917, cuando después de tres años de guerra la sociedad italiana se sentía harta del conflicto y de sus consecuencias. Él debía convencer a la opinión pública de que se debía seguir combatiendo a toda costa y evitar las manifestaciones pacifistas. Para ello encargó a sus primeros camisas negras fascistas que amenazaran a los trabajadores de Milán para que no fueran a la huelga en plena contienda.

Su superior era el conservador diputado sir Samuel Hoare, que, durante la II Guerra Mundial, lucharía desde su despacho en la Embajada de Madrid porque Franco no se uniera a Mussolini ni a Hitler contra su país. En sus memorias, el diplomático británico ya citaba los servicios del Duce, pero ha sido el historiador de Cambridge Peter Martland el que ha dado con los detalles y, sobre todo, con el generoso sueldo que recibía tras analizar papeles del diputado. Según Martland, «lo último que le interesaba a Reino Unido era una huelga pacifista en las fábricas de Milán en plena guerra. Se puede pensar que lo que ganaba Mussolini era mucho dinero, pero si se compara con los cuatro millones de libras que se gastaba al día el país en la guerra era sólo calderilla».

¿Por qué pagó el Gobierno británico al que sería su futuro enemigo? A pesar de su parafernalia protofascista, la respuesta es sencilla. Después de la retirada de la Rusia revolucionaria de Lenin del frente, Italia era, junto a Francia y Estados Unidos, el aliado más fiable que les quedaba para vencer a unos todavía bien plantados imperios centrales. En menos de treinta años, las tornas se volverían del otro lado.
Responder

Volver a “Literatura, biografías y documentación”