Es interesante lo del colectivo Azarug (quizás sea bueno que modifiquemos el tema del Foro para extenderlo al Movimiento Independentista en Canarias, y no solo al MPAIAC). Ahí, además de movimientos independentistas, se están juntando tramas de la izquierda radical, antifascistas y antidetodo.
Además, parece que el llamado Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC) y todos los grupúsculos que se meten ahí, Azarug, APC, CNC y demás, no funciona. No tienen ninguna capacidad de movilización, ninguna estructura sólida y desde luego no consiguen implantar en la juventud canaria ninguna idea de independentismo.
La estrategia del MLNC y la Alternativa Popular Canaria
Octavio Hernández
Rebelión
La creación y progresiva implantación de Alternativa Popular Canaria (APC) en las Islas y la publicación de su Manifiesto fundacional han planteado algunas dudas respecto a la intención o metas estratégicas de este nuevo partido, que probablemente superará los resultados de Izquierda Unida en las elecciones municipales de mayo de 2003 y planteará a la izquierda alternativa y al independentismo isleño un reto organizativo, electoral, institucional y político desconocido en Canarias desde la transición. Por otra parte, la crisis autonómica planteada por la ruptura vasca del consenso constitucional, la propuesta de CiU y el largo debate de la reforma federalista encabezado desde el PSOE, justifican la oportunidad para publicar el presente documento, elaborado a principios de agosto del año pasado en el contexto de los debates previos a las dos Asambleas constituyentes de APC como un informe para los redactores de la ponencia de estrategia. Este informe resume algunas cuestiones fundamentales para comprender la propuesta estratégica del propio MLNC, muy alejada del devenir nacionalista en las nacionalidades ibéricas, pero también referencia comparativa interesante en el actual debate sobre constitucionalismo, federalismo y soberanismo.
Referencias previas
Los documentos de referencia para tratar la adaptación de la estrategia de la organización política a la estrategia aprobada en el I Congreso del Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC) son la Declaración de La Gomera y las cuatro bases estratégicas del MLNC.
DECLARACIÓN DE LA GOMERA
Las distintas organizaciones reunidas en La Gomera el 21 de noviembre de 1999 con el propósito de estructurar el MLNC deciden por unanimidad adoptar dos objetivos estratégicos fundamentales:
Apostamos por la liberación y la soberanía nacional del archipiélago, es decir, por la independencia política y económica, por el ejercicio de la soberanía popular en el marco de un estado canario independiente de España.
Apostamos por la liberación social, por la soberanía popular entendida como la constitución democrática de un espacio político, económico, social y cultural en el que el pueblo canario pueda luchar por los derechos que no ejerce y ejercer los derechos por los que ha luchado.
Por todo ello, nos situamos dentro del marco político de la izquierda.
La Mesa Promotora del MLNC hace un llamamiento a quienes suscriben esta declaración para que contribuyan con su esfuerzo a este proceso abierto y esperanzador.
San Sebastián de La Gomera, 21 de noviembre de 1999
Las cuatro bases estratégicas del MLNC
La estrategia del MLNC se conducirá por estas cuatro bases en su acción política, social e institucional, en sus alianzas y relaciones con otras organizaciones, colectivos y personas y en la opinión pública.
I. Pensar de nuevo la independencia
Es necesario superar la resistencia a cambiar algunos de los esquemas que determinaron el concepto de liberación nacional heredado en los últimos treinta años, porque el objetivo no es sólo recuperar a la antigua militancia, sino también convencer a personas y sectores populares que están por la construcción nacional, pero identifican la independencia con una estrategia en la que no se ven reflejados, aislada del pueblo canario y blanco fácil de la propaganda unionista.
Nos proponemos teorizar y desarrollar políticamente en el trabajo cotidiano una nueva concepción de la independencia, que sólo será efectiva si logra romper con esa tradición y dar comienzo a otra distinta por separado, con vocación de mayoría social. La estrategia del MLNC ha de poner orden en la confusión teórica y política existente, ofrecer un cuadro claro del método y el objetivo estratégico desde el rechazo de las fórmulas intermedias, orillar o eludir cualquier dogmatismo conservador y presionar desde la firmeza a los partidarios de la ambigüedad política para que se definan o para desenmascararlos.
II. Salir de la marginalidad y fundirse con el pueblo
La sustitución del verbalismo por un trabajo social constante que suele dejar atrás cualquier discusión conceptual que no tenga utilidad en el momento marca la diferencia del MLNC con otras propuestas de organización y confluencia. Para salir de la marginalidad partimos de un estado de ánimo caracterizado por la apertura y el anclaje en el presente y la vida real: lo determinante es lo que se hace. En la nueva etapa el principio de legitimación va estar del lado de las personas y los colectivos que hacen cosas concretas en el seno del pueblo, que surgen del pueblo y forman parte inseparable de él. Hablar y reunirse no es suficiente para aspirar a la dirección política y cualquier protagonismo depende del respaldo social, la inteligencia, los recursos y el esfuerzo. Esa es la única vía para que el MLNC acoja a los mejores activistas del pueblo canario con una propuesta que debe ser, en primer lugar, integradora de la mayoría ciudadana desorganizada, antes que de organizaciones que no apuesten claramente por ser verdaderamente representativas y hegemónicas en el seno del pueblo.
III. Promover una voluntad de soberanía
La soberanía es el punto de encuentro. La nueva estrategia de independencia ha de ser capaz de agregar los intereses colectivos en un horizonte común, de manera que una mayoría social pueda sentirse parte de un proyecto compartido:
el estado canario independiente. El MLNC pretende promover dentro del pueblo canario la voluntad de ser soberanos y ejercer en plenitud el derecho a elegir cómo queremos que sea nuestra interdependencia con el mundo en la época de la globalización, que agrava las consecuencias de la actual dependencia de España a la vez que abre nuevas oportunidades de construcción nacional. La voluntad de soberanía surge sólo si el pueblo asume el objetivo de la independencia y consigue abrir la agenda del estado español y de la comunidad internacional. La autodeterminación es el medio de expresión de esa voluntad para alcanzar ese objetivo, es decir, frente a toda ambigüedad la meta declarada del MLNC no es que el derecho interno español recoja el derecho de autodeterminación de Canarias, sino su secesión de España a través de un proceso de descolonización negociado desde la legalidad y supervisado internacionalmente.
IV. Crear un marco democrático propio de liberación social
La nueva estrategia de liberación nacional también debe ser un medio para organizar iniciativas dispersas en torno a un programa centrado en la democratización radical de las esferas pública y privada: una sociedad civil independiente. Esto es obligado porque aunque el autogobierno democrático no puede sustituir a la autodeterminación nacional, siendo ésta la forma superior de aquel, la autodeterminación nacional nunca es garantía, por sí sola, de autogobierno democrático una vez alcanzada la independencia. La soberanía nacional es la construcción de soberanía popular en el marco de un estado independiente, democrático y pluralista, en el que cada persona pueda ejercer los derechos por los que ha luchado y luchar por los que no ejerce, dentro de un paradigma económico de desarrollo sostenible e interdependiente. Liberación nacional y liberación social son para el MLNC sinónimos inseparables que determinan su orientación de izquierda, tanto antes como después de la independencia.
Adhesión al MLNC
Respecto a la Declaración de La Gomera, es necesario hacer notar que el modelo de organización del MLNC aprobado en el I Congreso establece con claridad: Previa conformidad de las organizaciones, la admisión en el MLNC requerirá la aceptación expresa de la Declaración de La Gomera y, con carácter retroactivo, de las decisiones adoptadas en las asambleas y congresos del conjunto del MLNC o de la organización a la que solicita la integración.
Al suscribir e incorporar la Declaración a su estatuto interno, un colectivo se obliga con los objetivos, no con las palabras, y esto significa que mantiene una amplia capacidad para adaptarse y crecer en su ámbito social y local de actuación, sólo determinada por el juego de debates, decisiones, mayorías y minorías de la organización del MLNC a la que se haya adherido, de la Coordinadora Nacional y de los Congresos. El modelo de organización aprobado en el I Congreso reconoce claramente este margen de autonomía: La estrategia del MLNC se adaptará con flexibilidad a la situación y ritmos de cada asociación o colectivo en su contexto, mediante un debate y diálogo interno permanente dirigido a equilibrar la máxima implantación social con la mínima ambigüedad política.
La estrategia del MLNC
En el MLNC la cuestión nacional es la cuestión de la independencia y la construcción nacional es la promoción de una voluntad de soberanía para la independencia partiendo de que Canarias es un sujeto de descolonización. Ahora bien, sustituir el desarrollo teórico por la repetición sistemática de algunas palabras clave reduce el discurso político a una retahíla de oraciones y sentencias estereotipadas. Y eso siempre favorece al oponente.
En el I Congreso del MLNC se reconoció textualmente que: El momento óptimo en que se puede hablar de independencia es aquel en el que nuestra estrategia consigue una comunicación política de la que el oponente no puede aprovecharse, y eso significa que nuestro discurso ha de ser coherente y verdadero antes de lanzarlo a la opinión pública.
Por ello, la estrategia aprobada se centró en determinar los argumentos principales para dotar al conjunto de organizaciones del MLNC de un discurso políticamente sólido y teóricamente fundamentado que permita a cualquier militante defender con soltura la alternativa de independencia en la acción política y social, partiendo de la seriedad teórica y no de frases hechas. Los extractos del texto de la estrategia del MLNC que citamos a continuación pueden servir para orientar a las y los miembros de la Alternativa Popular Canaria (APC) acerca del nuevo discurso y de la propia naturaleza del movimiento de liberación nacional:
El MLNC propone para el archipiélago que, una vez superado el pacto colonial, el tránsito de la dependencia a la interdependencia ha de pasar necesariamente por la independencia, que permita no sólo participar en la globalización, sino también protegerse de su impronta neoliberal mediante la creación de "un marco democrático propio de liberación social".
La estrategia del MLNC propone salir del marco constitucional español a través de un proceso de autodeterminación externa basado en la descolonización, para constituir un estado independiente que libere socialmente las potencialidades democráticas y transformadoras de la ciudadanía de Canarias. La dispersión de los medios financieros, institucionales y comunicacionales propia de un espacio democrático pluralista no se ha realizado en las islas con la Constitución de 1978 y el Estatuto de Autonomía, que de hecho obstaculizan la organización, ampliación y consecución del pluralismo. Precisamente por ser este un techo insalvable para el autodesarrollo y la autoconformación de una sociedad civil independiente, el MLNC postula la secesión no como un fin aislado de la democracia pluralista, sino como un medio extremo para conceder a la sociedad civil las condiciones de realización democrática que el estado español, y las elites dominantes que se sirven de él, inhiben sistemáticamente en el archipiélago a través de la dependencia.
Se ha pretendido oponer el supuesto carácter democrático de la autodeterminación a la secesión, atribuyéndole a ésta un carácter unilateral que no respetaría la pluralidad de opciones. Si el MLNC postula la secesión, no es porque excluya otras opciones en el ejercicio de la autodeterminación, sino porque la autodeterminación es el medio de expresión de una voluntad de soberanía previa que cuestiona la soberanía existente y necesita ser institucionalizada en una forma estatal distinta y separada del estado matriz. Si no existiera esa voluntad de soberanía de una comunidad nacional, nunca se plantearía el ejercicio de la autodeterminación y, por ello, promover una voluntad de soberanía es una tarea fundamental del MLNC. La autodeterminación sólo ha sido introducida en la vida política de los estados metropolitanos por movimientos socio-políticos secesionistas y, por lo tanto, son procesos que se inician para responder sobre la secesión, casi siempre en el marco de la descolonización.
Que el resultado de esa consulta no sea la independencia no invalida el hecho principal: que su planteamiento siempre tiene un origen secesionista y que el liderazgo y la dirección política que conducen a plantearlo demandan la independencia y no otra cosa.
La independencia de Canarias ha de afrontar circunstancias absolutamente originales y no extrapolables a ningún otro territorio del estado español. Por ello, es necesario definir las cuestiones fundamentales que determinan tanto la estrategia como la acción política secesionista en el caso particular del archipiélago, sin otra referencia que el archipiélago mismo, el derecho interno español y el derecho internacional. La modalidad de independencia de Canarias se concentra en la definición del sujeto, jurisdicción y procedimiento de autodeterminación. El proceso puede extenderse a lo largo de años, incluso décadas, de manera que la estrategia ha de combinar una proyección del futuro posible con los instrumentos presentes, pero no de cualquier manera, sino preocupándose por mantener una trayectoria firme, sólidamente argumentada y duradera, dotada de una coherencia interna orientada a la permanencia sin modificaciones sustanciales durante un largo período, y basada en criterios de verdad y coherencia.
Calificamos de estatus semicolonial dependiente la relación actual de España con el archipiélago, cuya cobertura institucional es un Estatuto de Autonomía que, en tales condiciones, no puede garantizar un pleno autogobierno, a pesar de darse en condiciones democráticas.
La estrategia del MLNC está orientada al reconocimiento oficial del estatus colonial en Canarias, en España, en la Unión Europea y en Naciones Unidas.
"[...] el establecimiento de un Estado soberano e independiente, la libre asociación o la integración en un Estado independiente o la aparición dentro de cualquier otro estatus libremente determinado por un pueblo constituyen formas de implementar el derecho de autodeterminación por ese pueblo". Esta modalidad es aplicada a situaciones coloniales o semicoloniales –Resolución 1514 (XV) de Naciones Unidas-, de ocupación o de flagrante vulneración de los derechos humanos. Es decir, el derecho internacional protege la integridad de los estados democráticos, pero también contempla unas circunstancias específicas -situaciones coloniales o de ocupación- en las que un pueblo podrá elegir o restaurar la independencia para abandonar un estado, siempre que aquel sea intrínsecamente distinto y tenga una integridad territorial propia y separada.
En general, sólo en los casos de descolonización la autodeterminación equivale a la independencia, mientras que el término se refiere a autogobierno democrático cuando se emplea en un estado en el que no se dan las circunstancias señaladas –modalidad de autodeterminación interna. La estrategia del MLNC considera que el proceso de autodeterminación del archipiélago es de tipo externo y no pretende la ruptura del autogobierno interno de España. Es decir, la misión estratégica del MLNC no es destruir al estado español, sino separar de él al archipiélago para constituir otro estado, un "marco democrático propio de liberación social". Por ello también España, para preservar su unidad ibérica, habría de admitir que la situación de Canarias tiene un carácter colonial que no es extrapolable a ningún otro pueblo del estado español y reflejarlo así en las disposiciones que al efecto introduzca en su derecho interno.
La estrategia del MLNC no puede, con todo realismo constitucional, conferir ninguna credibilidad a cualquier propuesta sobre un cambio de estatus de Canarias que no pase por abrir un expediente de descolonización. Una vez admitida la situación colonial, se abriría una negociación para contemplar el ejercicio, no el derecho, de la autodeterminación exclusivamente en el caso del archipiélago, que culminaría en último lugar con un referéndum supervisado por el SPECPOL. Es decir, el derecho de autodeterminación de Canarias no emanaría de una reforma constitucional, sino de su estatus colonial, como un derecho inherente externo. La negociación, a partir del reconocimiento del hecho colonial, no se realiza para que se reconozca ese derecho en la Constitución, sino para que el archipiélago pueda ejercerlo. Por eso sujeto, jurisdicción y procedimiento son los tres pilares de la modalidad de acceso a la independencia. Toda reforma o dispositivo legal implementados para facilitar el proceso de secesión tendrían que ajustarse a este criterio.
Acerca del significado histórico de la estrategia aprobada en el I Congreso del MLNC
La estrategia del MLNC está presidida por la idea de cambio de discurso, de renovación, de autosuperación. No es una cuestión formal del lenguaje que empleamos en nuestra comunicación política. Cuando hablamos de que el MLNC se construye sobre la "segunda estrategia de liberación nacional", estamos admitiendo que formamos parte de una historia de la lucha por la independencia del pueblo canario, con sus luces y sombras. Por un lado, recogemos un testigo político del MPAIAC y aceptamos su legado ideológico como la "primera estrategia de liberación nacional", que abarca el período 1962-1979. Por otro, consideramos que existen factores objetivos que explican no sólo qué es necesario revisar de la concepción política del MPAIAC, sino también la inercia autodestructiva del independentismo canario de los últimos veinte años. Cuando una estrategia de liberación nacional es derrotada, no desaparece inmediatamente de la escena política. Tanto sus defensores como sus detractores siguen tomándola como referencia durante bastante tiempo. La desorientación, la ignorancia del propio proceso histórico, la perseverancia en el error se convierten en aliados naturales del oponente. En Canarias hubo que esperar veinte años de confusión, atomización y marginalidad hasta que la estrategia del MPAIAC pudo ser reconsiderada y reconceptualizada a partir de la Declaración de La Gomera, superando la falta de madurez que, desde un rabioso deseo de superación, pugnaba por impugnarla totalmente o restaurarla totalmente. Cuando se pide a quienes se adhieren al MLNC que suscriban la Declaración, es la consciencia de que se ha abandonado una etapa y se inicia otra distinta en la lucha de liberación nacional lo que se está firmando, un compromiso que nos hace partícipes no sólo de esta historia, sino también de aquella, que no reniega del pasado ni abandona a quienes se inmolaron por este pueblo. Aceptamos que es la misma lucha y que llegó el momento de pensar de nuevo, inaugurar otro período, otras formas, otros modos, otro discurso, y actuar.
Con este talante se redactó, se expuso y se enmendó la Ponencia de Estrategia al I Congreso del MLNC.
Pero el significado de la segunda estrategia de liberación nacional excede de una mirada ponderada de la historia interna del movimiento. Tiene también una dimensión operativa, pragmática si se quiere, que justifica objetivamente la necesidad de superar la manera de concebir la independencia que propugnó el MPAIAC. La estrategia aprobada en el I Congreso señala: Hay que hacer notar que el derecho internacional no reconoce como sujeto del derecho de integridad territorial a la parte secesionista sino al todo metropolitano, y este será su interlocutor principal en defensa de su unidad, manteniendo el proceso en el ámbito del derecho interno hasta que se entre en una fase avanzada de la descolonización tras negociaciones políticas que también son internas. [...] Naciones Unidas es extremadamente reacia a reconocer una entidad secesionista que haya accedido unilateralmente a la independencia en condiciones democráticas sin el acuerdo o aquiescencia del estado metropolitano.
Cuando el MPAIAC publicó en 1970 su "Libro Blanco" en Argel, el estado español era una dictadura surgida de un golpe militar y una guerra civil que desembocó en la abolición del régimen democrático de la II República. En tales condiciones, el SPECPOL de Naciones Unidas podía admitir directamente la interlocución con un movimiento secesionista que amparase su demanda en la radical negación de derechos humanos y democracia existentes en el estado metropolitano. En este supuesto, la primera estrategia de liberación nacional era coherente al trasladar su ámbito a la esfera internacional y promover un reconocimiento del estatus colonial de Canarias al margen de España. La mayor o menor fortuna de las acciones emprendidas no empañan el acierto de apoyarse en el carácter no democrático del régimen franquista para acudir directamente a Naciones Unidas con apoyo de la OUA. De ser España un estado democrático, la situación habría sido muy distinta, ya que la comunidad internacional habría remitido la cuestión de soberanía al derecho interno español: [...] el sujeto, acción, régimen de ejercicio e instancias que pueden convertir al ejercicio de la autodeterminación en un derecho han de ser definidos en el marco del derecho interno, ya que no están previstos en el derecho internacional. Esa definición es también un acto tanto legal como político, ha de ser negociado entre las partes metropolitana y secesionista. [...] El derecho internacional sólo interviene para animar la negociación interna o en el caso de que ésta sea bloqueada por el estado administrador del territorio.
Así, recientemente Naciones Unidas se ha inhibido de intervenir a solicitud del Parlamento de Islas Feroe y ha remitido su demanda de autodeterminación a una negociación en el ámbito constitucional de Dinamarca, proceso que se sigue en la actualidad. Es decir, cuando en el estado metropolitano existe un sistema político de autodeterminación interna, Naciones Unidas remite a ella el ámbito para resolver la demanda de autodeterminación externa de una parte secesionista de ese estado. Esta precaución del derecho internacional hizo que en 1978 se concentrara dramáticamente tanto la tentativa final del MPAIAC de consumar su estrategia como la resistencia del estado español por todos los medios. Si España culminaba su proceso constituyente y homologaba su sistema político a las democracias liberales occidentales, entonces habría de cambiar radicalmente el trato dado por Naciones Unidas a la autodeterminación de Canarias y al MPAIAC. Es decir, la Constitución española inauguraba un marco de derecho interno amparado por Naciones Unidas y ese proceso constituyente legitimaba a España para defender su integridad territorial una vez adquiridas todas las acreditaciones democráticas. Por ello el MPAIAC debía ser liquidado antes de aprobar la Constitución y, también por eso, la aprobación de la Constitución sin que se abriera un expediente de descolonización en el SPECPOL supuso la derrota de la primera estrategia de liberación nacional.
Por lo tanto, es posible ahora comprender la dimensión del cambio estratégico planteado en el I Congreso del MLNC, cuyo significado histórico no sólo puede evaluarse en función de los aciertos y errores del MPAIAC, sino también desde la necesidad objetiva de adaptación del discurso de descolonización a la situación democrática, autonómica y euro-atlántica creada en el estado español a partir de 1978, que establece unas condiciones muy distintas de las que justificaron la primera estrategia de liberación nacional. La referencia al derecho interno español se convierte, desde ese momento, en una constante estratégica, y ese marco va a suponer un giro copernicano en nuestra forma de entender la cuestión nacional y la autodeterminación de Canarias.
La APC y la estrategia de liberación nacional
La estrategia del MLNC, como hemos expuesto sucintamente, plantea varias ideas-fuerza en el discurso de la independencia que son relevantes para el posicionamiento de la APC.
El paso previo para avanzar en la construcción nacional a partir del estatus autonómico español y ultraperiférico europeo es el reconocimiento oficial del estatus colonial, que separa a Canarias del conjunto ibérico y permite una jurisdicción especial que crea un espacio "metaconstitucional" compatible con la Constitución. Este reconocimiento del estatus colonial habrá de implementarse a través de las instituciones vigentes, a partir de la correlación de fuerzas resultante de los procesos electorales y del apoyo internacional. La organización política del MLNC ha de ser el instrumento principal de este reconocimiento. Es necesario recordar que en los procesos constituyentes españoles de 1931 y 1978 la forma del estado, la proyección territorial de la soberanía y el estatus de las nacionalidades y regiones han empleado como base de legitimación la sanción democrática de los municipios.
La referencia para deducir el comportamiento de la APC en esta cuestión ha de ser el derecho interno español. En el proceso autonómico de 1979-1983, la "vía reforzada" de acceso a la autonomía reconocida a las comunidades que expresaran la voluntad de equipararse a las "nacionalidades históricas" (Disposición Transitoria Segunda de la Constitución) exigía la sanción de tres cuartas partes de los municipios de cada provincia y ratificación posterior en referéndum. Sólo Andalucía empleó este sistema. Por otra parte, la "vía ordinaria" o general, en el caso de Canarias, hubiera consistido en que los Cabildos solicitaran la Autonomía a partir de la sanción de dos terceras partes de los municipios cuya población representara la mayoría del censo electoral de la provincia o isla. El Archipiélago inició la "vía reforzada", pero el clima españolista creado como reacción al impacto político de la primera estrategia de descolonización –derrotada entre abril y septiembre de 1978-, unido a la ambigüedad de UPC –que frustró la sanción municipal requerida al abstenerse en el Ayuntamiento de Las Palmas-, condujeron a una "vía ordinaria" con un régimen especial de competencias recogido en la LOTRACA.
El interés de estos procedimientos de acceso a la autonomía es que permiten cuantificar el nivel de apoyo que requerirá en los municipios el reconocimiento del estatus colonial para cumplimentar el nivel de legitimidad previsto en la Constitución para el estatus actual. Es decir, aportan una base de cálculo para la aplicación de la estrategia de liberación nacional según parámetros aceptables por el estado metropolitano y la entidad secesionista. En el primer supuesto, la APC habría de lograr una implantación y sanción municipal en 43 de los 57 municipios isleños. En el segundo supuesto, esta cantidad se reduciría a 38 ayuntamientos. Las consecuencias directas de esta previsión estratégica son:
1. La APC deberá orientarse a una política muy flexible de pactos locales con las otras fuerzas políticas. Esta orientación ya está implícita también en el procedimiento de autodeterminación previsto en la estrategia aprobada en el I Congreso del MLNC. Es decir, el ejercicio de la autodeterminación en Canarias tiene que partir del pluralismo: no será el resultado de la acción de una única organización política, sino de un nivel de acuerdo entre fuerzas políticas que representen una voluntad mayoritaria de soberanía adquirida por sus electores a través de una cultura política que sí es responsabilidad exclusiva del conjunto del MLNC.
2. Los enunciados del discurso que sobre cuestión nacional adopte la APC en su actuación política cotidiana deberán tener como prioridad la mayor implantación social. En esta primera etapa, y con un horizonte estratégico de al menos tres legislaturas –es decir, doce años- el objetivo prioritario de la organización política del MLNC es lograr la presencia en todos los municipios e Islas del Archipiélago, con una representación en el mapa electoral e institucional que le permita establecer alianzas con efectos reales de gobierno. Esta es la base para poder plantear con seriedad el reconocimiento del estatus colonial.
3. Con este planteamiento, debe obviarse cualquier susceptibilidad en torno a palabras, sinónimos, frases o consignas que con menor o mayor ambigüedad puedan aparecer en el discurso público de la APC en cada localidad. La coherencia con la estrategia del MLNC no se mide por la radicalidad verbal, sino por la adopción de una política que, hacia fuera, sea prudente en el corto plazo y, hacia dentro, acepte como meta a medio y largo plazo el reconocimiento oficial del estatus colonial. Incluir declarativamente términos como autodeterminación, soberanía nacional o independencia carece de relevancia a los efectos del compromiso requerido con el MLNC, ya que no son más que meros enunciados que, desprovistos de una implantación social mayoritaria y de un profundo estudio justificativo de acuerdo con los parámetros convencionales del derecho interno español y de nation-building aceptados en la comunidad internacional, no tendrán ningún efecto en la práctica política real.
4. Por ello, la APC deberá combinar una actuación institucional basada en el sentido común y, generalmente, moderada desde la óptica del discurso del MLNC, con un esfuerzo continuo y conjunto con las demás organizaciones del MLNC dirigido a dar la máxima difusión a una cultura política secesionista basada directamente en la estrategia de liberación nacional y en sus tres pilares: sujeto, jurisdicción y procedimiento de autodeterminación. Esta no es una labor de la APC sino de la Permanente y la Coordinadora Nacional, preferentemente a través de los grupos y estructuras de trabajo que para el desarrollo teórico y propagandístico de la estrategia se creen en el nivel de la dirección política general del MLNC.
Conclusión
En la I Asamblea Nacional de la Alternativa Popular Canaria, la estrategia de la organización política del MLNC en la cuestión nacional conduce a admitir no tanto la autodeterminación, la soberanía nacional o la independencia, sino la necesidad de alcanzar una implantación social que sea una base firme para lograr el reconocimiento oficial del estatus colonial de Canarias en el marco del derecho interno español y de acuerdo con el derecho internacional aplicable, como alternativa al actual estatus autonómico y ultraperiférico que consolida la dependencia. Por ahora, la estrategia de la APC no precisa llegar más allá de esta mención, ya que su implantación social depende en mayor medida de la calidad democrática de su programa político, de sus propuestas sociales en el ámbito local y de la situación concreta y la correlación de fuerzas en cada localidad, que de pronunciamientos que, por su superficialidad, su ambigüedad o su carácter abstracto, no aportan ningún avance interno al MLNC y pueden favorecer los ataques externos. Sí parece pertinente que la declaración final de estrategia que apruebe la Asamblea proponga:
Que la APC se configura como la organización política del MLNC en los procesos electorales y en la participación institucional.
Que la APC hace un llamamiento a las iniciativas locales constituyentes a que suscriban la Declaración de La Gomera, abandonen la ambigüedad y se sumen progresivamente a la estrategia de construcción nacional del MLNC. Que el reconocimiento oficial del estatus colonial del Archipiélago en España y la referencia al derecho interno español son imprescindibles en cualquier propuesta de construcción nacional de Canarias por imperativos de derecho internacional.