Francisco Paesa

Delincuencia Organizada y Violenta, Trafico de Armas y Explosivos, Redes de tráfico de Drogas y Personas, No Proliferación ADM's, Tecnologías de Doble Uso, Blanqueo de Capitales, Contrabando

Moderadores: Mod. 2, Mod. 5, Mod. 1, Mod. 4, Mod. 3

kilo009
Administrador
Mensajes: 7691
Registrado: 13 Nov 2006 22:29
Ubicación: Foro de Inteligencia
Contactar:

Mensaje por kilo009 »

Amplio la noticia de La Razón:
Cae el hombre de confianza de Paesa

• Su nombre es Jesús Guimerá y era la mano derecha de Francisco Paesa. Bajo el amparo del espía, Guimerá participó en el tráfico de armas a gran escala, en operaciones encubiertas contra ETA y colaboró en la farsa de los ‘papeles de Laos’ para entregar a Roldán. Ahora, la Guardia Civil lo ha detenido.

Reportaje por: Daniel MONTERO
Fotografías por: 16/06/08

Cuando, el pasado 2 de junio, en el marco de la operación Ládano, la Guardia Civil desarticuló una red de traficantes de droga, los agentes no sospecharon que habían dado un golpe letal a un histórico colaborador del Ministerio del Interior. Pero no había duda: la documentación que hallaron en los primeros registros de las avionetas y pisos que utilizaban los narcos llevaba a Jesús Guimerá Manjón, de 58 años, de profesión piloto de líneas aéreas y, como colaborador policial, la mano derecha del espía Francisco Paesa. El instituto armado procedió a su detención inmediata. La red actuaba a la colombiana: los detenidos se dedicaban a introducir grandes cantidades de hachís en el país por medio de avionetas. En lugar de utilizar aeropuertos, las aeronaves aterrizaban en pistas forestales para burlar la vigilancia de las Fuerzas de Seguridad. Al frente de ese entramado sitúa la Guardia Civil a Guimerá.

El hombre para todo
Nacido en Fernando Poo cuando Guinea era colonia española, Jesús Guimerá estuvo casi 30 años junto a uno de los principales urdidores del Ministerio del Interior en los años de la guerra sucia contra ETA. Y colaboró con Paesa en operaciones encubiertas para los servicios secretos españoles dentro y fuera de las fronteras españolas. “Jesús fue un colaborador, no un amigo. Mientras estuvo cobrando estuvo callado. Dejó de trabajar conmigo unos meses antes de mi desaparición. Después, se presentó en el despacho de Garzón y me traicionó”, declaró el espía Paesa a esta revista tras ser localizado en París en diciembre de 2005, siete años después de fingir su propia muerte.

Según la información policial, la red que presuntamente lideraba Guimerá contaba con seis avionetas de su propiedad que utilizaban para trasladar grandes cantidades de droga. Los narcos se habían especializado en trasladar hachís desde la zona norte de Marruecos. Los agentes encargados del caso sospechan que la red había comprado dos aviones de mayor autonomía para comenzar a introducir en España grandes cantidades de cocaína por la misma ruta. Ahora, la Guardia Civil investiga el entramado societario creado por Jesús Guimerá y sus hombres bajo la titularidad de José María Ramírez Mena, considerado el “lugarteniente” de la red según informaciones policiales.

El piloto ahora detenido –que formó parte del Batallón Vasco Español en los años de la guerra sucia contra ETA y era apodado el Nazi– fue la pieza fundamental para la localización y entrega del ex director de la Guardia Civil Luis Roldán, fugado de España en 1994 tras el ser acusado de cobrar 1.500 millones de pesetas en comisiones y fondos reservados. La fuga de Roldán puso en jaque al Gobierno de Felipe González. Incluso costó el cargo al entonces ministro del Interior, Antoni Asunción. Fue entonces cuando el ejecutivo socialista se sirvió de Guimerá para zanjar la crisis. Un comandante de la Guardia Civil apodado el Ruso se puso en contacto con el hombre de Paesa el 2 de mayo de 1994 para comenzar las negociaciones. Dos meses después, Guimerá se cita con el espía en una brasería de la calle Ortega y Gasset, de Madrid. Paesa le pide que le saque de España sin usar ningún aeropuerto. Y Guimerá accede. Le lleva hasta la frontera con Francia en su coche particular. En aquella época, Guimerá disponía de todo el tiempo del mundo para los encargos de Paesa, ya que se encontraba de baja médica en su trabajo como piloto. En junio de ese mismo año, Guimerá viaja a París para entregar a Paesa dinero en metálico. Ese dinero sirvió para sufragar la estancia de Roldán, oculto en la capital francesa. “Paco es un personaje contradictorio en sí mismo. Listo, no inteligente. Hombre con gran experiencia en triquiñuelas bancarias, experto en estafas de pequeño y gran nivel. Frío y con un encanto personal muy grande”. Así definía Guimerá al espía Paesa en una entrevista periodística.

El correo de Paesa
Tras varios contactos con representantes del Ministerio del Interior, Guimerá lleva a Paesa una oferta para entregar a Roldán. La jueza Ana Ferrer, encargada de la investigación del caso, citó entonces a declarar al piloto: “Tengo una relación amistosa con él [Paesa] desde hace 20 años. Últimamente le he asesorado sobre empresas aeronáuticas. Recientemente me he encontrado con él no sólo en España, sino también en Rusia, Alemania, Inglaterra o Francia”, declaró en el juzgado ante su relación con el espía. En una ocasión, Guimerá sirvió incluso de conductor en una reunión secreta en un vehículo. El coche transportaba al espía Paesa y a José Enrique Serrano, entonces jefe de gabinete de La Moncloa.

Guimerá jugó un papel activo en toda la trama de la falsa extradición de Luis Roldán desde Laos. Mientras el ex director de la Guardia Civil se encontraba fugado, el espía Paesa quedó al cuidado de los 1.500 millones amasados por Roldán. En lugar de vigilarlos, Paesa los transfirió en varios envíos a cuentas de su propiedad en una sucursal de Bangkok. Tras la operación, el espía entregó a Roldán y se quedó con el dinero. Para que todo cuadrara, Paesa tramó una farsa y fingió que Roldán se encontraba oculto en Laos. Desde allí, sería extraditado a España. Y para eso, tenía que falsificar toda la documentación. Incluso contrató a figurantes, que se hicieron pasar por policías laosianos. El 27 de febrero de 1995, Roldán fue entregado a la policía española en el aeropuerto de Bangkok por un supuesto policía laosiano llamado capitán Khan. En realidad, se trataba de un experto en artes marciales que Guimerá había conocido en un café de París. Es el mismo Guimerá quien entrega al improvisado actor un sobre con los documentos falsificados de la extradición de Roldán. “Los papeles se elaboraron en el domicilio de Paesa en París. Ni en Camboya ni en Laos”, declaró el piloto para un documental televisivo. El hombre de Paesa cobró 10 millones de pesetas del Ministerio del Interior por sus gestiones, al igual que otros colaboradores de Paesa y uno de los policías integrantes del dispositivo. El dinero partió de manos del espía Paesa, que cobró 300 millones directamente de los representantes del Gobierno de Felipe González.

Doce personas detenidas
Ahora, la Guardia Civil ha detenido a otras once personas acusadas de integrar una supuesta red de narcotráfico comandada por Guimerá, según la tesis policial. En los registros, los agentes del instituto armado localizaron dos fusiles de asalto, tres subfusiles, varias pistolas y otras armas de diverso calibre, 16 vehículos de alta gama, además de las avionetas, decomisadas en un pequeño aeródromo de la provincia de Huelva y en una pista de aterrizaje de Portugal.

Tras la fuga de Roldán, Paesa fingió su propia muerte y desapareció de España. Rompió todo contacto con sus anteriores colaboradores. Incluso con Guimerá. “Lo mismo que limpio y destruyo documentos, mi memoria borra a la gente”, aseguró el espía al ser preguntado por su antiguo colaborador. Hasta aquella fecha, su hombre de confianza quedó encargado de los negocios de Paesa relacionados con el tráfico de armas. Cada cierto tiempo, Guimerá informaba por medio de un fax secreto al espía sobre los resultados de sus negociaciones. Antes de la espantada de Paesa, la pareja preparaba una operación de 180 millones de dólares con la mediación del tra_ cante internacional George Starkman, socio del espía español en asuntos de armas. El 18 de julio de 1998, Jesús Guimerá recibió la noticia de la muerte de Paesa. Y se sintió dolido. No por su fallecimiento. Sino porque sabía que su protector había escapado, cargado de dinero, y sin decirle absolutamente nada. ¿Una nueva pantomima? Diez años después Guimerá aparece de nuevo en el lado oscuro. Y solo. Aunque en el trabajo de espía nada es lo que parece.
Saber para Vencer

Twitter

Facebook
maxbs
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 1126
Registrado: 04 Feb 2008 08:42

Re: CNI & ECHELON

Mensaje por maxbs »

pues ya que se pone de actualidad el post.....
Seguro que los famosos misiles de Sokoa fueron SAM 7? Siempre he creido que se trataba de simples RPG's.

En cuanto a echelon y las escuchas.....

Ver una matricula desde el cielo... depende mucho del cine y la fantasia, creo que por temas de optica no seria un problema, la cuestion que mas me intriga es por el problema del tiempo. Me explico: hemos visto en las peliculas o aplicaciones informaticas como desde un satelite enfocan a una persona y se le ve perfectamente (google maps) pero lo que es mas propio de cine fantastico es el tema de ver en directo las imagenes, porque ¿cuanto tiempo tarda en llegar la imagen desde la tierra al satelite, desde este al centro de recepcion y despues al usuario? es un tiempo tan grande como para que resulte imposible la fantasia de una imagen en directo del todo.

En cuanto a las escuchas es lo mismo, se puede hacer una escucha, imagino que precisamente con un medio optico, es decir con un microfono laser que detecte las vibraciones de la voz en el coche, pero el problema es el mismo, ¿donde esta el coche en el preciso momento en el que queremos escucharlo?
paloalto
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 1427
Registrado: 05 Sep 2009 00:57

Re: CNI & ECHELON

Mensaje por paloalto »

Por todo lo que se publicó en su día parece que efectivamente seran SAM 7.
Te agradezco las preguntas que haces en tu post que, además de reactivarlo, son las que nos hacemos algunos. Esperemos que los mejor informados al respecto nos den alguna respuesta aunque sea por mp, toda vez que el tema promete aunque personalmente me parece un poco delicado para comentarlo en el foro abierto.
SALUDOS
maxbs
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 1126
Registrado: 04 Feb 2008 08:42

Re: CNI & ECHELON

Mensaje por maxbs »

paloalto escribió:Por todo lo que se publicó en su día parece que efectivamente seran SAM 7.
Te agradezco las preguntas que haces en tu post que, además de reactivarlo, son las que nos hacemos algunos. Esperemos que los mejor informados al respecto nos den alguna respuesta aunque sea por mp, toda vez que el tema promete aunque personalmente me parece un poco delicado para comentarlo en el foro abierto.
SALUDOS
Lo decia porque tengo una foto realizada hace años con un rpg que segun la guardia civil es precisamente el de SOKOA, guardaba la fotografia con esa creencia. EL RPG en cuestion esta como las tipicas armas de coleccion, en un cuadrito de terciopelo con un marco muy chulo.
Enmarcado de esa manera, como un trofeo, creo que queda poco de discreccion en el tema, mas aun despues de los años pasados.

Sobre lo del satelite que se retiro del cielo vasco, es cierto, segun aparecio en la prensa, Obama abria recibido la solicitud del gobierno español para que se posicionara de nuevo, pero el alto coste de hacerlo, les ha llevado a olvidarse del tema.

Lo de llevarse los discos duros y demas a USA, es porque la ley americana prohibe la exportacion de cualquier sistema de encriptacion de datos, y en esa politica es mas facil y rapido llevarlo a USA, desencriptarlo y traerlo que hacerlo aqui.
Supongo que ahora esos sitemas estaran obsoletos.

Yo tuve unos problemas bestiales para poder traer unos circuitos de encriptacion de voz para unas emisoras, unos simples circuitos de nada, al final lo consegui hacer gracias a la embajada española en USA y a la española en Londres, sobre todo al agregado de interior de esta ultima y todo por unos circuitos de lo mas chorras que tenian tecnologia americana, para alucinar.
kilo009
Administrador
Mensajes: 7691
Registrado: 13 Nov 2006 22:29
Ubicación: Foro de Inteligencia
Contactar:

Re: Francisco Paesa

Mensaje por kilo009 »

Vuelve Paesa, esta vez con su sobrina Beatriz García, Luxemburgo como territorio de acción y el magnate ruso Alexandr Lébedev como víctima, 10 millones de $ de por medio:

Enlace: http://www.elpais.com/articulo/reportaj ... grep_1/Tes
Paesa & Compañía

A sus 75 años Francisco Paesa Sánchez vuelve otra vez al ojo del huracán. El vendaval se ha levantado esta vez en el discreto Luxemburgo, el paraíso fiscal en el que se mueve desde hace décadas como pez en el agua

JOSÉ MARÍA IRUJO 24/12/2011

A las tres de la tarde la confitería Namur, en el número 2 de la calle Bitbourg, en el corazón de Luxemburgo, está repleta de clientes. En el primer piso Beatriz García Paesa, sobrina del exagente de Interior, almuerza en una esquina con tres amigos. Ha cambiado su antiguo despacho en el número 13 de la Plaza de Las Armas por otro próximo en el Boulevard Royal. Los dos a tiro de piedra de esta coqueta pastelería fundada en 1851 por Nicolás Namur.


Beatriz vive en Luxemburgo refugiada en el anonimato. Su paradero y actividades han sido un enigma durante años. En su apartamento del boulevard de la Petrusse y en su nueva oficina cuelga un discreto cartel donde prescinde de su segundo apellido: Beatriz García. Asesoría jurídica. Pocos españoles residentes en la ciudad saben que es sobrina de Francisco Paesa, el exagente de Interior que intentó comprar el testimonio de las novias de Amedo y Domínguez, los policías que organizaron los GAL, el intermediario que colocó a ETA una partida de armas marcadas, el malabarista financiero que ayudó a Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, a salvar su botín suizo.

A sus 75 años Francisco Paesa Sánchez vuelve otra vez al ojo del huracán. El vendaval se ha levantado esta vez en el discreto Luxemburgo, el paraíso fiscal en el que el vidrioso intermediario financiero se mueve desde hace décadas como pez en el agua. La Corte de Apelación del Gran Ducado ha confirmado la decisión del juez de instrucción Stephane Maas de investigar a Paesa y a su sobrina Beatriz García por la desaparición de 10 millones de dólares, denunciada por el magnate ruso Alexandr Lébedev. Hace varios meses la policía registró el despacho de esta última en la calle Royal, según aseguran fuentes judiciales. El caso se encuentra bajo secreto sumarial.

Beatriz García se levanta de la mesa y camina sola y decidida hasta las escaleras que conducen a la salida del local.

Viste de negro, chaquetón, camisa, pantalones, zapatos con hebilla plateada y grandes gafas de sol. Cuelga un bolso rojo de piel acolchada. El periodista la aborda, se presenta y la convence para que tome asiento y responda a unas preguntas.

-No tengo nada que ver con el asunto Lébedev. No he recibido ninguna denuncia. Me han llegado a asaltar la oficina para robarme documentos. Que busquen a mi tío, que lo encuentren y le pregunten. Estos rusos quieren utilizarme a mí para ir contra él. Han presentado una denuncia en Bahréin y se la han rechazado. ¿Por qué no les pregunta de dónde sacaron el dinero?

-Un juzgado luxemburgués ha ordenado que la investiguen a usted y a su tío por falsificación de documentos en este caso.

-No sé nada de esto. No sé nada de mi tío. Solo he estado en sociedades con él por asuntos familiares.

-¿Y del dinero de Luis Roldán? La policía pidió su localización y la juez imputó a su hermano por ayudar a Paesa a hacer desaparecer el botín de Roldán. El juez suizo Paul Perraudin los definió a ustedes como "testaferros y colaboradores de su tío". Desde entonces, los dos se han esfumado.

-Nunca he recibido una notificación judicial ni policial. Vivo aquí desde hace años. No me oculto. Si no me han localizado, es porque no han querido. Soy abogada fiscalista y solo quiero hacer mi trabajo. Todo esto me perjudica mucho.

Una joven con un móvil se acerca y fotografía el encuentro desde varios planos distintos. Lo hace sin ningún recato: de frente, de lado, desde atrás. Todas frente a los clientes del Namur que toman el té en las mesas próximas.

-¿Se ha dado usted cuenta de que nos están haciendo fotos? Parece que se han invertido los papeles.

-Tengo que tomar mis precauciones.

-¿Conoce a los abogados luxemburgueses Jean Paul y Monique Goerens? Abrieron en un banco de Singapur la cuenta en la que recalaron los 10 millones robados por Roldán que nunca han aparecido.

-Sí, los conozco, pero no tengo nada que ver con eso.

-¿Y la esquela que puso en EL PAÍS su madre, en 1998, anunciando la muerte en Tailandia de Francisco Paesa? Parece que toda su familia colabora con él.

-Nos notificaron que había muerto. Hubo una notificación oficial.

-¿Qué hacían el pasado octubre su tío y su hermano Alfonso en Sierra Leona?

-Otra mentira más. No tengo nada que ver con ellos. No sé nada de mi hermano.

-¡Pero si su hermano figura en varias sociedades cuya sede social está en el despacho de usted en Luxemburgo!

Beatriz se levanta. No quiere continuar la conversación. Es la primera vez que habla con un periodista y asegura que contestará más tarde y por teléfono a las acusaciones de su supuesta implicación en la denuncia del magnate ruso, un caso muy parecido a otra de las aventuras financieras de su tío. En febrero de 1969, con solo 33 años, Paesa consiguió que el entonces presidente Francisco Macías le nombrara presidente del Banco Nacional de Guinea, una idea suya. Se comprometió a conseguir los fondos para crear el banco, pero el dinero nunca llegó. "Yo le salvé la vida. Macías quería colgarle porque se sentía estafado", recordaba Francisco González, uno de los primeros emprendedores españoles en el país africano.

Ahora, la supuesta víctima del embaucador es Alexandr Lébedev, editor de los diarios británicos The Independent y Evening Standard, un hombre que presume de moverse "con la precisión de una bala". Asegura que confió a Paesa 20 millones para fundar un banco en el reino de Bahréin, archipiélago de 33 islas en el Golfo Pérsico, pero la mitad del dinero ha desaparecido en una maraña de cuentas, sociedades y testaferros sin que la entidad financiera abriera sus puertas. Desde entonces, el exespía que trabajó en las alcantarillas de Interior durante la primera etapa de Gobierno socialista se ha vuelto a esfumar.

Beatriz García salió de España en 1994, cuando la juez Ana Ferrer pidió a la policía su localización y la de su hermano Alfonso. Los dos eran titulares de una cuenta suiza en la Banque d'Investissement Privés de Ginebra a la que fueron a parar 2,2 millones de euros del dinero de Roldán. Dos testaferros pagados por Paesa habían escondido el botín del exdirector de la Guardia Civil en el Aresbank en Madrid, en cuya oficina principal trabajaba Beatriz. "Solo tenía 20 años. No tuve nada que ver", dice esta ahora. Alfonso y su tío fueron imputados por cooperación en los delitos de malversación y cohecho imputados a Roldán. Los Paesa, tío y sobrinos, desaparecieron. Solo permaneció en España la madre de Alfonso y Beatriz, funcionaria y entonces jefa de bibliotecarios en el Congreso de Diputados.

Cuatro de los millones supuestamente estafados al magnate ruso se enviaron a una cuenta en el Overseas Union Bank de Singapur, otro paraíso fiscal, a nombre de Kon Kim Kong, para un "proyecto de inversión en China" que nada tenía que ver con el de Bahréin. Este es el mismo banco en el que Paesa hizo desaparecer en 1994 los 10 millones de euros que Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, ocultaba en sus cuentas suizas. El dinero de Lébedev dio frenéticos y rocambolescos saltos por una red de sociedades y recaló hasta en cinco bancos distintos, un calco del denominado "efecto helicóptero" que Paesa empleó para ocultar el botín de Roldán.

En Luxemburgo, casi todo es anónimo y secreto. Cualquiera de los clientes que pasan la tarde en el elegante Namur puede figurar como fiduciario de los miles de fondos de inversión que llevan sello luxemburgués. Sus 500.000 habitantes ostentan el tercer PIB por cabeza del mundo. En sus 2.585 kilómetros cuadrados, el Gran Ducado de Luxemburgo acoge decenas de bancos y centenares de despachos de abogados. Hasta hace solo unos meses, su Gobierno se resistía a facilitar información contra el fraude o la evasión fiscal que le reclaman los países de la UE. "Esta es la última oportunidad de cazar a Paesa y de que pague. Sabemos que siempre sale indemne. Está protegido por los servicios secretos", esgrime un funcionario luxemburgués que pide el anonimato.

Cazar a Paco Paesa no es fácil. Lleva décadas utilizando pasaportes e identidades falsos. En los años setenta se hacía llamar Francisco Paesa Ballester; en los ochenta quebró su pequeño banco ginebrino Alpha Bank, se le prohibió la entrada en Suiza y usó el nombre de María Amalia Sánchez Martín para mantener sus cuentas en el American Express Bank de Ginebra; ante el magnate ruso Lébedev, sus abogados y asesores, se transformó en Francisco Sánchez, "experto financiero", y utilizó un falso pasaporte argentino.

"Desde pequeño le interesaban las finanzas. Todos los que querían evadir dinero a Suiza iban a verle cuando montó el Alpha Bank. Tenía fama de honrado, se quedaba un porcentaje y colocaba lo demás", recuerda Juan G. compañero en la academia madrileña Cebrián y Rodrigáñez, donde Paesa se preparó para ingresar en la escuela de Ingenieros Agrónomos. Dejó la carrera en segundo curso con 22 años. Carlos D. tiene un recuerdo diferente: "Era muy listo y no tenía moral. A los 14 años nos robó los relojes a tres amigos y le echaron de los Maristas. Le gustaba fardar: coches, buenos trajes y chicas. Fue el primero en fumar Chester". Se casó con Françoise Dubois, una joven francesa de buena familia que estaba de intercambio en Madrid, y montó una galería de arte. El matrimonio tuvo una hija, pero duró muy poco.

Lébedev, de 51 años, tiene una fortuna estimada en 2.000 millones de dólares, según la revista Forbes. Pero uno de sus colaboradores afirma que persigue a Paesa "más por justicia y honor que por el dinero estafado". El empresario ruso explica así el supuesto fraude del exagente de Interior: "Conocí a Paesa a través de mi antiguo consejero delegado, Danilitsky. Lo recomendaron nuestros abogados extranjeros. Lo vi en París. Tomamos el té. Aseguró que en el reino de Bahréin se iba a desarrollar un buen centro off shore, interesante y transparente, que él tenía contactos allí. Se presentó como Francisco Sánchez, una persona que vive en París con una gran experiencia bancaria. Me produjo una impresión extraña. Pensé que no era honesto, pero mi equipo directivo decidió trabajar con él. No entiendo cómo pudo engañarnos. Fue un timo de principio a fin. Creo que ni pidió permiso para abrir el banco. Robó el dinero en cuanto llegó a Bahréin".

Cuando descubrieron que los 20 millones entregados por Lébedev para crear el banco habían desaparecido y que Sánchez era en realidad Francisco Paesa, un equipo de abogados y detectives del magnate ruso inició su caza, una carrera que todavía continúa: "No tenía nada a su nombre, ni su casa, ni su coche, ni sus cuentas. Cuando desapareció el dinero, cambió de apartamento y se mudó a otro cerca de los Campos Elíseos. Iba con sus muebles y cuadros de un lado para otro intentando borrar su rastro", asegura una persona que lo trató entonces. "No os preocupéis. El dinero volverá", decía a los enviados del empresario ruso. Luego amenazó con difundir que Lébedev y su gente eran de "la mafia rusa" y que le perseguían. "Está protegido por servicios secretos europeos. Los servicios secretos franceses no le protegen, es él quien protege a Francia", se queja el empresario ruso.

El Zorro, clave que utilizaba en sus cuentas suizas, está en forma. El pasado 6 de octubre, Paesa y su sobrino Alfonso fueron detenidos en el aeropuerto Lungi de Freetown, la capital de Sierra Leona, tras aterrizar sin permiso en una avioneta privada senegalesa y sin asientos, "lo que habría suscitado las sospechas de las autoridades locales de que pudieran estar traficando con drogas", señala el informe remitido al Gobierno español por sus enlaces del Centro Nacional de Inteligencia. Paesa exhibió el pasaporte español XD030882; su sobrino, uno francés con el número 03KD77092. Los dos eran legales y estaban en regla.

El exagente de Interior declaró que representaba a un cliente que quería "recoger un cargamento de botellas de perfume antiguo y máscaras de oro". El informe añade que tío y sobrino dejaron Sierra Leona en un vuelo de Air France que llegó a París el pasado 12 de octubre y que la policía "no tomó medidas" porque Paesa no tiene causas pendientes en España.

Paesa ha roto casi todos los lazos que le unían con España. María José, su fiel secretaria en Madrid, la que se ocupaba de mantener su casa y arreglar papeles, falleció hace meses sin que el exespía acudiera a su funeral, se interesara por la operación a la que la sometieron ni por su recuperación y recaída. "Pronto verá al señor Paesa", prometió ella al periodista durante los dos últimos años, algo que no se ha cumplido, por lo que no ha sido posible recabar su versión.

Paco tampoco asistió al entierro de su madre ni tiene relación con su exmujer ni con su hija, que viven en Francia. Sus sobrinos Alfonso y Beatriz son sus principales colaboradores y herederos. "María José tenía un teléfono y se murió con él. Paesa no me ha llamado hace años", afirma Manuel Cobo del Rosal, catedrático de Derecho Penal que le asistió en sus causas en España.

La promesa de su sobrina Beatriz de responder por teléfono a los detalles de su supuesta relación con la desaparición del dinero entregado por Lébedev a su tío tampoco se ha cumplido. Horas después del encuentro con EL PAÍS en la cafetería Namur, responde así: "Estoy en mi despacho con varios abogados de Luxemburgo y esta conversación está siendo grabada. No tengo nada que decir. No tengo nada que ver con una denuncia que no conozco. Si publica mi nombre, me reservo el derecho de tomar acciones legales contra usted".

Beatriz García se presenta en el Gran Ducado como experta en fiscalidad internacional y ha asistido a reuniones sobre propiedad intelectual. "No se la conoce en los juzgados", coinciden dos abogados luxemburgueses. En Navidad acude a la caseta de España en el bazar internacional donde se recaudan fondos para obras de caridad.

La sobrina de Paesa figura en un rosario de sociedades en España y Luxemburgo. Es consejera desde 2010 en Alcudia Cartera de Inversiones, constituida por la Banca March, donde representa a un "grupo de inversores" que colocó ocho millones de euros y pidió un puesto en el consejo, según un portavoz del citado banco: "Pasó el filtro de la compañía en asuntos judiciales y de blanqueo. Es su representante en su sociedad en Luxemburgo. No sabíamos quién era".

Alcudia Cartera de Inversiones está presidida por Hugo Aramburu, responsable de la banca patrimonial del grupo March. Se creó para la compra de las 1.000 oficinas que el BBVA puso a la venta en España. Tiene 58 millones en activos y un capital desembolsado de 10 millones. ¿A quién representa Beatriz García en esa sociedad? "No podemos decirlo", responde el portavoz.
Saber para Vencer

Twitter

Facebook
kilo009
Administrador
Mensajes: 7691
Registrado: 13 Nov 2006 22:29
Ubicación: Foro de Inteligencia
Contactar:

Re: Francisco Paesa

Mensaje por kilo009 »

Paesa se la ha vuelto a jugar a alguien, le ha "chuleado" 10 millones de dólares al ruso Alexandr Lébedev, editor de los diarios británicos The Independent y Evening Standard

http://politica.elpais.com/politica/201 ... 62442.html
Saber para Vencer

Twitter

Facebook
kilo009
Administrador
Mensajes: 7691
Registrado: 13 Nov 2006 22:29
Ubicación: Foro de Inteligencia
Contactar:

Re: Francisco Paesa

Mensaje por kilo009 »

Agentes de inteligencia, lavado de dinero, y engaños de por medio, quién falta, la familia Paesa. Unos crack.
Espías en los palacios de Luxemburgo

Trece parlamentarios desentrañan las escuchas que afectaron al gran duque y al primer ministro

Una de las operaciones se lanzó para recuperar 10 millones de una supuesta estafa de Paesa

José María Irujo

¿Para quién trabaja usted?, le preguntó un parlamentario al ex agente secreto Roger Mandé, de unos 60 años.

—Para el Comité Civil de Inteligencia, respondió este.

—¿Y dónde está eso?

—No tenemos oficina.

—¿No tienen una oficina?

—No necesito oficina, no soy esa clase de hombre.

Nadie conoce en Luxemburgo al supuesto Comité Civil de Inteligencia para el que dice haber trabajado este excomisario de policía y ex agente secreto al que Jean-Claude Juncker, destacado europeísta y primer ministro del que es —tras Mónaco— el segundo país con mayor renta por habitante del mundo, colocó como agente en el servicio secreto del Gran Ducado después de que trabajara como su chófer y escolta durante casi 20 años.

La Operación Sam comenzó en 2007 con un encuentro nada casual en una playa de Sudáfrica. Los agentes del servicio secreto luxemburgués (SREL) Roger Mandé y André Kemmer se presentaron a Beatriz García Paesa, de 47 años, como hombres de negocios interesados en lavar una importante suma de dinero. La sobrina del exagente de Interior Francisco Paesa, abogada, fiscalista y ojeadora de su tío en los pozos más fétidos de los paraísos fiscales, no picó el anzuelo. Mandé y Kemmer ignoraban las tablas y el olfato de esta mujer morena con despacho desde 2001 en la céntrica calle Royal de Luxemburgo.

La operación de los dos agentes era ilegal —el caso ya estaba siendo investigado por un juez de Luxemburgo— y su objetivo, chantajear a la sobrina de Paesa y localizar con su ayuda los 10 millones de dólares que el incansable aventurero había “estafado” al magnate ruso y antiguo agente del KGB Alexandr Lébedev, de 53 años, al que prometió abrir con su dinero un banco en el reino de Bahréin, archipiélago de 33 islas en el golfo Pérsico. Miembros del servicio secreto habían recibido una oferta económica si localizaban el dinero desaparecido.

Desde hace varios años, el juez Stephane Maas investiga el caso Paesa-Lébedev. El nombre de la sobrina aparece en la causa, declarada secreta. La policía registró su apartamento en busca de pruebas contra el exespía, de 77 años, con un largo currículo de rocambolescas historias: engañó al expresidente de Guinea Ecuatorial Francisco Macías, al que prometió crear un Banco Nacional; intentó comprar el testimonio de las novias de José Amedo y Michel Domínguez, los policías que organizaron los GAL; vendió a ETA un alijo de armas marcadas; ayudó a Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, a huir de España y a salvar su fortuna suiza, otros 10 millones en paradero ignoto.

Kemmer y el exchófer Mandé, los dos electrones libres del servicio secreto luxemburgués que trabajaban sin la autorización de ningún superior, se habrían llevado a la tumba la existencia de la Operación Sam y su extraño intento de engañar a Beatriz García Paesa y localizar el dinero estafado a Lébedev si en el servicio secreto para el que trabajaban no hubiera estallado el mayor escándalo que se ha vivido en este país de 475.000 habitantes y 2.585 kilómetros cuadrados donde el sueldo mínimo es de 1.874 euros, vive del secreto bancario y cuyos depósitos representan 20 veces la riqueza del Estado.

Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo desde hace 18 años, fue espiado por el director del SREL, Marco Mill, que le grabó en 2008 una conversación mantenida por ambos en su despacho oficial. Cuando un año después Juncker se enteró de que había sido espiado por el jefe de sus servicios secretos, informó a Charles Goerens, entonces presidente de la comisión del Parlamento para el control del SREL, que decidió no hacer público el suceso.

El escándalo saltó finalmente hace unos meses. El Parlamento creó una comisión de investigación sobre las actividades del SREL con 13 diputados que han descubierto estupefactos en estos cuatro meses escuchas ilegales, topos, archivos desconocidos, intentos de enriquecimiento y un alud de irregularidades que amenazan con dinamitar este servicio secreto creado en 1960. Los comisionados, que pertenecen a los cuatro partidos del arco parlamentario, no pueden revelar los detalles de sus hallazgos bajo amenaza de cinco años de cárcel. Este mes harán público un informe con sus recomendaciones. “Tenemos que mejorar los instrumentos de la organización y el control sobre sus operaciones, pero no será fácil combinar eficiencia y transparencia”, pronostica Alex Bodry, presidente de la comisión.

“La parte central de nuestra investigación es determinar cuántos electrones libres había en el servicio”, dice François Bausch, uno de los parlamentarios del grupo Verde que ha metido la nariz en las alcantarillas del servicio secreto. El SREL cuenta con una plantilla de unos 60 miembros. “El servicio mejorará después de esta crisis”, augura una fuente oficial del SREL.

Primera bomba en el corazón del, en apariencia, apacible Gran Ducado de Luxemburgo. “El gran duque Henri habría mantenido contactos permanentes con los servicios secretos británicos”, afirmó Mille, el director de los servicios secretos, al primer ministro Jean-Claude Juncker durante la conversación que le grabó en su despacho con un reloj proporcionado minutos antes por André Kemmer, uno de los dos agentes que intentó captar a Beatriz García Paesa. “Disponemos de informes creíbles que nos dicen que la Corona, que el gran duque, tiene contactos permanentes con los servicios secretos británicos”, añadió el jefe de los espías luxemburgueses a la primera autoridad política del país, con una larga trayectoria en la Unión Europea. Juncker, de 58 años, es primer ministro desde 1995, miembro del Partido Cristiano Social y gobierna en coalición con el Partido Obrero Socialista. Compatibiliza su cargo con el de ministro de Estado y de Finanzas.

El exagente Kemmer, que dirigió la división antiterrorista del SREL desde 2004 a 2008, se lo acaba de explicar así a los parlamentarios: “Mille (el director de los servicios secretos) me pidió el reloj-grabadora esa mañana. Yo no sabía que en ese momento se había previsto una reunión con el primer ministro. Por la tarde me pidió que le llevara a ver a Juncker. En ese momento llevaba el reloj que le había dado. Delante del ministerio me volvió a preguntar cómo funcionaba, y después de la reunión me devolvió el reloj diciendo que tenía que llevarlo al técnico y ahí se hicieron los CD con esta conversación”. Kemmer fue el espía que revelaría posteriormente a Juncker que su director le había grabado y que varias copias de la charla circulaban por la sede del SREL.

Grabar a tu primer ministro es grave, pero en el caso de Juncker, peor porque la ley luxemburguesa establece que, además, es el responsable de la tutela del servicio secreto. Cada seis meses Mille, el jefe de los espías, se reunía con él y le informaba de las operaciones en marcha. Cuando Juncker se enteró que había sido grabado mantuvo al director en su puesto y no le expedientó “para proteger la credibilidad del SREL ante los servicios extranjeros”, según ha explicado al primer ministro en su comparecencia ante la comisión de investigación.

Marco Mille entró en 1998 en el SREL como jefe de unidad y, tras el escándalo, ha dejado su dirección para ocuparse de la seguridad de Siemens en Alemania. Pidió testificar a puerta cerrada, pero los 13 parlamentarios se negaron. Las tres primeras horas de su exposición fueron públicas, aunque las dos últimas sí se produjeron en privado. “En caliente (Juncker), me dijo que tenía ganas de echarme, pero cuando le expliqué mis razones él las comprendió. Nunca me he sentido presionado”, aseguró el exdirector del servicio secreto muy nervioso al relatar su encuentro con el primer ministro cuando este se enteró de la existencia de la escucha.

Los 13 parlamentarios de la comisión de investigación intentaron profundizar en los detalles de la supuesta relación entre el gran duque Henri y el MI6 británico, pero no lograron arrancar a Mille nada. Se escudó en el secreto profesional y definió al SREL como una “boîte noire” (caja negra). En sus dos comparencias ha sido muy escurridizo. “Tenemos la impresión de que no hemos sido informados de todos los hechos que deberíamos conocer”, se queja Bodry, el responsable de la comisión. El exdirector del SREL será convocado por tercera vez.

La comparecencia de Juncker, premio Carlomagno por su contribución a la integración de la UE y en 2005 primer presidente del Eurogrupo —organismo que integra a los ministros de Finanzas de la UE—, tampoco arrojó más luz, salvo para explicar por qué no destituyó Mille y dejar claro que, aunque tutela el SREL, él no lo dirige. “Ni bajo tortura diría más de lo que he dicho. Me guardo cosas por buenas razones y sé lo que hago”, ha explicado el primer ministro.

Segunda bomba. Los comisionados han descubierto la existencia de otra grabación del SREL en la que se recoge una discusión entre Juncker y el gran duque, en el trono desde 2000. El telón de fondo, las sospechas de las relaciones de este último con los servicios secretos británicos. Y, además, los discretos parlamentarios se han dado de bruces con las escuchas ilegales de un agente secreto, un tal Señor M, que habría manejado el CD con la delicada conversación entre el primer ministro y su exjefe de los espías.

La discusión entre Juncker y el gran duque Henri sigue siendo un enigma, pero la pista del Señor M ha conducido a descubrir que el SREL llevó a cabo al menos siete operaciones ilegales, con numerosas escuchas sin la autorización de tres magistrados y del propio Juncker, tal y como exige la ley.

Patrick Heck, jurista y nuevo director del SREL desde 2010, lo ha confesado a la comisión de investigación. “Hicimos una encuesta interna el verano pasado para verificar los casos de escuchas de nuestros operadores y descubrimos las diferencias entre las realizadas y las autorizadas. Hay indicios de que el caso del Señor M no es el único. Seis o siete personas habrían sido escuchadas de manera claramente ilegal entre 2007 y 2009”, sentenció Heck ante los parlamentarios.


Una de estas operaciones ilegales era la Operación Sam que montaron los agentes del SREL Roger Mandé y André Kemmer para captar a Beatriz García y localizar los 10 millones de dólares que supuestamente estafó Francisco Paesa al empresario ruso y antiguo agente del KGB Lébedev. Operación que Juncker ordenó parar cuando se enteró a qué se estaba dedicando Mandé, su exchófer y hombre de confianza, el antiguo policía que ante la comisión se definió así mismo como un “electrón libre”.

Mandé aseguró a la comisión que había trabajado para el desconocido Comité Civil de Inteligencia, pero la investigación ha destapado que ni sus propios jefes sabían cuál era su verdadera misión en el SREL. Su actividad era tan opaca que hasta sus superiores lo consideraban un “topo” del primer ministro en el vidrioso servicio secreto. “Estaba dentro, pero nunca supimos por qué. Hacía lo que quería, nunca tuve autoridad sobre él. Tenía un carácter fuerte y no me enfrenté a él”, aseguró a la comisión el agente Frank Schneider, que fue su superior y jefe de operaciones. Schneider dijo que la “misión especial” de Mandé era llevar mensajes al primer ministro y sugirió que otros ministros enviaban a sus topos al servicio secreto para trabajar en casos precisos.

La Operación Sam para localizar los 10 millones de caso Paesa-Lébedev no se limitó a abordar a la sobrina de Paesa. Patrick Heck, el nuevo director del SREL, ha entregado una lista de teléfonos a la fiscalía que investiga las irregularidades del servicio en la que aparece uno de Lébedev, el empresario ruso enfrentado a Vladímir Putin. “Entre otros números entregados por el SREL a la fiscalía, hay un número atribuido a un tal Lébedev, pero no tenemos más información de la identidad de esta persona”, responde una fuente oficial del SREL.

¿Quién del servicio secreto decidió meter la nariz en el asunto Paesa-Lébedev si el juez Stephane Maas investiga el caso en un juzgado de Luxemburgo? ¿Quién autorizó esta operación en la que se hicieron escuchas ilegales, espió a dos despachos de abogados y a un amigo de Beatriz García Paesa? ¿Alguien ofreció dinero a los agentes del SREL si localizaban el dinero de Lébedev?

La explicación de Roger Mandé a la comisión ha sido rocambolesca. Aseguró que fue el servicio británico, a través de un tal Erskine, el que pidió la colaboración del SREL. “Las circunstancias del comienzo de esta investigación no están claras. De acuerdo con nuestra pesquisa, había solo una autorización formal para una operación sobre posible crimen organizado”, responde una fuente oficial del SREL. “El objetivo de esta operación no era obvio. No se puede excluir que el SREL fuera instrumentalizado por otros. La operación se paró a principios de 2008”, apunta Bodry, el presidente de la comisión.

¿Alguien ofreció dinero a los agentes del SREL si localizaban el dinero de Lébedev? Bodry, el presidente de la comisión de investigación, lo confirma: “Parece que se propuso (el pago) a una comisión del servicio secreto o a agentes del SREL, pero no hay evidencias”. “Al parecer hubo un encuentro entre él (Paesa) y dos agentes durante esta operación”.

Una fuente oficial del servicio secreto asegura que no han podido confirmar que sus “electrones libres” intentaron enriquecerse con el caso. “No hemos tenido acceso”,reconoce sin embargo, a los testimonios de los exagentes que han declarado en secreto ante la comisión. François Bausch, miembro de la comisión, afirma que “los elementos de la investigación que confirmarían o no esa suposición se han remitido al juez”.

Es decir, que un juez de Luxemburgo ha recibido toda la basura recogida por los 13 parlamentarios de la comisión e investiga numerosos delitos, entre ellos, el intento de los exagentes Mandé y Kemmer de captar a Beatriz García, la sobrina de Paesa, y localizar los 10 millones de dólares birlados a Lébedev, editor de los diarios británicos The Independent y Evening Standard y con una fortuna estimada en 2.000 millones de dólares por la revista Forbes.

Paesa se presentó ante Lébedev como Francisco Pando Sánchez con un falso pasaporte argentino. El exagente aprovechó el encuentro para vender al magnate un interesante negocio que nunca se llevó a cabo. Lébedev describía así la supuesta estafa: “Tomamos el té. Nos dijo que en Bahréin se iba a desarrollar un buen centro off shore, que tenía buenos contactos allí. Se presentó como una persona que vive en París con una gran experiencia bancaria. Me causó una impresión extraña. Fue un engaño de principio a fin. Creo que ni pidió permiso para abrir el banco. Robó el dinero en cuanto llegó a Bahréin”.

Los 20 millones que Lébedev envió a Paesa iniciaron una frenética carrera por una extensa red de sociedades hasta acabar en cinco bancos diferentes, una copia de lo que los peritos denominaron “efecto helicóptero” para describir cómo Paesa en 1995 logró ocultar los 10 millones de euros que Roldán escondía en Suiza. Cuatro millones acabaron en una cuenta del Overseas Union Bank de Singapur a nombre de Kon Kim Kong. Este banco es el mismo en el que Paesa enterró la fortuna del exdirector de la Guardia Civil. Singapur es un férreo paraíso fiscal con un secreto bancario más protegido que el de Luxemburgo. El resto acabó en compañías y bancos luxemburgueses.

Beatriz García, sobrina de Paesa, dirigió cartas a organismos de Bahréin avalando a su tío. Ella y su hermano Alfonso llevan 20 años participando en los negocios del exagente de Interior. Durante la investigación del caso Roldán la policía pidió su localización y la juez Ferrer imputó a su hermano por ayudar a Paesa a esconder el botín de Roldán. El juez suizo Paul Perraudin los definió como “testaferros y colaboradores de su tío”. Desde entonces, l995, los dos hermanos se fueron de España y esfumaron en este paraíso fiscal en el corazón de Europa.

Tercera bomba. Gérard Reuter, antiguo presidente de la Cámara de Cuentas de Luxemburgo suspendido en 1999 a causa de un escándalo, trabajó para el servicio secreto del Gran Ducado y vivía en uno de los apartamentos del SREL. “Cuando lo supe pedí al director que pararan esas prácticas, pero tengo la impresión que mi orden no se tomó inmediatamente”, confesó Juncker a los parlamentarios de la comisión. ¿Cuál era la misión de Reuter en el servicio? Nadie ha contestado todavía a esa pregunta.

Los interrogatorios de los comisionados a agentes como Mille, Mandé, Kemmer o Scheider sí han logrado, al menos, descubrir otros secretos, además del alud de irregularidades. El hallazgo de unos archivos en el castillo de Senningen es uno de ellos. Ni los diputados de la comisión ni la justicia ni el propio Juncker conocían su existencia. Al descubrirlos, Bodry convocó una reunión de urgencia y el primer ministro ordenó su precinto. Los archivos están almacenados en armarios en un local blindado del castillo. Miles de fichas y microfilmes, según comprobaron varios de los diputados durante una visita en compañía de Patrick Heck, el nuevo director del servicio.

La pasada semana, Beatriz García no estaba en Luxemburgo, según aseguró su secretaria a este periódico. Tampoco acudió a la coqueta confitería Namur, en el número 2 de la calle Bilbourg, en el corazón de la ciudad, donde come habitualmente y donde EL PAÍS la localizó hace dos años. Su despacho, registrado por la policía en el curso de la investigación Paesa-Lébedev, sigue en la calle Royal con un discreto cartel a pie de calle donde se presenta como Beatriz García, asesoría jurídica. En los buzones aparecen los nombres de sus compañías, algunas dedicadas a negocios en África, donde Paesa se mueve como pez en el agua. Beatriz cesó en su puesto de consejera de Alcudia Cartera de Inversiones, constituida por la Banca March, días después de que este periódico desvelara que representaba a un “grupo de inversores” que colocó ocho millones de euros, según confirma un portavoz del banco español.

A cien metros de su oficina, en la calle Royal, trabaja ahora el exagente Kemmer, el hombre que la intentó captar en Sudáfrica, el tipo que entregó a Mille el reloj para grabar a Juncker, el que confesó que circulaban CD con su conversación sobre el gran duque Henri. Ahora Kemmer trabaja en el Ministerio de Economía en tareas de seguridad. “El señor Kemmer está fuera del país en una reunión”, responden en su despacho. Frank Schneider, el exjefe de operaciones del SREL durante esta oscura etapa, montó Sandstone, SA, una compañía de inteligencia económica que ahora investiga la comisión. Nada se sabe de Mandé, el exagente y chófer de Juncker.

¿Qué piensan los privilegiados ciudadanos de Luxemburgo de su servicio secreto? “Una mayoría todavía acepta un servicio nacional de inteligencia, pero quiere más transparencia y control. Y ese es el objetivo principal de la reforma legislativa que preparamos”, responde Bodry, el presidente de la comisión. “El nuevo marco legal será mucho más estricto”, apunta el comisionado Bausch, dirigente de los Verdes en la Cámara de Diputados.

¿Alguien cree en Luxemburgo que el gran duque Henri es un espía inglés? “No. Eso es un rumor, nada creíble”, afirma Bausch. En la pequeña Luxemburgo todos coinciden en que nunca se sabrá toda la verdad, y 160 ciudadanos que creen haber sido espiados han presentado una denuncia para acceder a sus fichas secretas.
Fuente: http://internacional.elpais.com/interna ... 80655.html
Saber para Vencer

Twitter

Facebook
Zigor
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 4856
Registrado: 07 Ago 2007 15:51
Ubicación: Más allá de donde la vista se pierde sobre el horizonte

Re: Francisco Paesa

Mensaje por Zigor »

De película, y de las buenas...
".............Jakitea irabazteko............."
JO TA KE, SUGEA ZAPALDU ARTE !!!
Avatar de Usuario
Jose Luis Mansilla
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 780
Registrado: 15 Nov 2010 12:32
Ubicación: Levantando el Pais.

Re: Francisco Paesa

Mensaje por Jose Luis Mansilla »

Antes de lo del ruso apareció en Sierra Leona en 2011 con su sobrino en una avioneta sin los asientos y estuvo detenido. ¿Oro? ¿Piedras? ¿Drogas?
Como apunta Zigor , de Pelicula.
http://www.cadenaser.com/espana/articul ... rnac_1/Tes
Zigor
Jefe de Operaciones
Jefe de Operaciones
Mensajes: 4856
Registrado: 07 Ago 2007 15:51
Ubicación: Más allá de donde la vista se pierde sobre el horizonte

Re: Francisco Paesa

Mensaje por Zigor »

Y antes de eso se hizo fabricar una esquela para desaparecer, esa jugada no le salió bien, olía demasiado a película también.
".............Jakitea irabazteko............."
JO TA KE, SUGEA ZAPALDU ARTE !!!
Responder

Volver a “Drogas, Crimen Organizado, Inteligencia Criminal y Resguardo Fiscal”