Operaciones de influencia

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kilo009
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Operaciones de influencia

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Operaciones de Influencia

La planificación integrada de las operaciones psicológicas (PSYOP)
Sargento Segundo (TSgt) J. "Spyke" Szeredy, USAF

El autor de este artículo es miembro del 39avo Escuadrón de Operaciones de Información, Hurlburt Field, Florida

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EN UN MUY conocido mensaje comercial de programas de televisión para la tarjeta de crédito American Express, en el que aparece el famoso jugador de golf Tiger Woods, se muestran efectos psicológicos tanto primarios como secundarios.1 Al emplear un vocero popular y de influencia, que es conocido por muchas personas, desde los jóvenes hasta las personas de mediana edad, la agencia publicitaria a cargo de este mensaje comercial busca el efecto primario de persuadir al público beneficiario a que utilice el producto de su cliente. De modo interesante, el hecho de que la agencia también hizo arreglos para que el mensaje apareciera en la película Caddyshack posiblemente produjo el efecto secundario de aumentar la venta y el alquiler de vídeos de esa película. El hecho de que American Express hizo una promoción cruzada del anuncio a la vez que Warner Brothers volvió a surtir los anaqueles de los comerciantes al pormenor con la película es muestra que la compañía sí tomó en cuenta los efectos primarios y secundarios.2

Al igual que este mensaje comercial, un mensaje de operaciones psicológicas (PSYOP) también podría producir efectos primarios y secundarios. Aunque no hay pruebas estadísticas, en una lección en clase sobre propaganda en el curso de Integración de las Operaciones de Información, dictado por la Fuerza Aérea, se ha probado repetidamente la creación de esos efectos al mostrar que los estudiantes captaron su significado en ese mensaje comercial en particular. Específicamente, los instructores le formularon preguntas a los estudiantes concebidas para identificar el producto y el contenido del mensaje e hicieron una encuesta sobre su deseo de alquilar o comprar la película en la cual aparece el mensaje. Las respuestas indicaron que los estudiantes se conectaron en múltiples niveles con el mensaje comercial y su información. De la misma manera que los estudiantes identificaron esos efectos primarios y secundarios, un adversario también podría responder a mensajes PSYOP cuidadosamente preparados. Por supuesto, nuestros enemigos también podrían emplear esa técnica en contra de nuestras propias fuerzas y ciudadanos para lograr sus propósitos.

La creación de efectos primarios y secundarios para poder llegar a múltiples estados finales durante las operaciones militares propicia algunas preguntas difíciles. ¿Cómo podemos medir los efectos secundarios de las PSYOP? ¿Acaso los planificadores de PSYOP buscan maneras para lograr no tan solo los efectos primarios sino también los secundarios a fin de apoyar las metas del comandante de la fuerza de tarea conjunta (JTF)? ¿Cómo pueden las acciones de la Fuerza Aérea, que apoyan las PSYOP, lograr esos efectos para garantizar que un público destinatario enemigo comprenda tanto el mensaje como su intención? Los planificadores en los centros de operaciones aéreas, en las células estratégicas y en las células de planificación tienen que tomar en cuenta esas preguntas.

En la regulación de la Fuerza Aérea titulada Concept of Operations for Information Operations (Concepto de operaciones para las operaciones de información), del 6 de febrero de 2004, todas las facetas de las operaciones de información están organizadas en tres categorías: operaciones de guerra en la red, operaciones de guerra electrónica y operaciones de influencia (que incluye las PSYOP). Combinar las PSYOP, ya sean ofensivas o defensivas, con las operaciones de guerra electrónica y las operaciones de guerra en la red puede realzar en gran medida su eficacia. La Fuerza Aérea está analizando detalladamente el ámbito de las PSYOP y las operaciones de influencia para garantizar que sus planificadores de operaciones de información saben cómo coordinar con la fuerza de tarea conjunta PSYOP durante la planificación al igual que la ejecución. Uno se percata de ese deseo de retroceder al ámbito de las PSYOP en una posible definición nueva de la Fuerza Aérea para la PSYOP como el uso premeditado del poderío aéreo y espacial, tanto en formas letales como no letales, para moldear y aprovechar el contenido psicológico del espacio de batalla de una manera ventajosa para las fuerzas y los objetivos de Estados Unidos/coalición. Podemos comenzar a imaginar las maneras como nuestro servicio puede contribuir a las PSYOP conjuntas a los niveles estratégico, operacional y táctico, complementado de esa manera los esfuerzos existentes del Ejército, la Armada y el Cuerpo de Infantería de Marina. Por ejemplo, la superioridad aérea y espacial de la Fuerza Aérea podría apoyar a los comandantes de fuerzas de tarea al lograr efectos primarios y secundarios de temas y mensajes PSYOP ligados a un plan superior de operaciones de influencia. Los planificadores de la Fuerza Aérea podrían lograr esos efectos mediante la sincronización de los planes de operaciones aéreas y los de operaciones de influencia centradas en el espacio con los servicios y agencias respectivas para sacarle provecho a todas las capacidades disponibles, maximizando así los efectos en contra de un público destinatario o región.

A medida que los militares participan cada vez más en operaciones al nivel mundial, particularmente en operaciones sin guerra declarada (MOOTW), la capacidad para llegar a e informar o educar al público destinatario se convierte en algo esencial para el éxito de la misión. Utilizar las PSYOP durante las MOOTW a fin de validar la credibilidad de las acciones de los militares y el gobierno estadounidense en apoyo a personas autóctonas puede ayudar a persuadir a un adversario a que acepte las metas del país anfitrión y las actividades de Estados Unidos en la región. En combinación con el 4o Grupo de Operaciones Psicológicas (4o POG), la Fuerza Aérea crearía temas y mensajes para apoyar la planificación y ejecución de los planes regionales del comandante combatiente. Además, al emplear símbolos relevantes y técnicas de diseminación, que oscilan desde las comunicaciones cara a cara hasta radio, televisión y la Internet, los recursos de la Fuerza Aérea pueden enviar mensajes que apoyan misiones alrededor del mundo. Las agencias y el personal de inteligencia que proporcionan apoyo fuera del teatro de operaciones a los planificadores, tienen que comprender las tendencias dentro del público destinatario de manera que los temas y mensajes relacionados con buenos métodos de entrega proporcionen efectos tanto primarios como secundarios. Si se combinan los recursos PSYOP y de operaciones de influencia de la Fuerza Aérea con apoyo de inteligencia fuera del teatro de operaciones se logra una ejecución y evaluación sólida cuando se apoyan tanto los esfuerzos cinéticos (por ejemplo, operaciones de fuerza contra fuerza y de combate) como los que se consideran no cinéticos (por ejemplo, logística y despliegue, ayuda humanitaria, evacuaciones de no combatientes y otro apoyo para el desarrollo nacional).

La Fuerza Aérea podría llevar a cabo efectos primarios y secundarios con actividades PSYOP y de operaciones de influencia mediante una planificación minuciosa de colaboración dentro de todos los planes de operación (OPLAN), planes de concepto y planes según la función. El Manual 10-401, volumen 2, de la Fuerza Aérea, Planning Formats and Guidance (Formatos y pautas para la planificación), del 1 de mayo de 1998, divide la construcción de un OPLAN para las operaciones convencionales en las siguientes cinco fases: (1) previa a las hostilidades o disuasión, (2) conquista o crisis. (3) combate decisivo y estabilización de la fuerza, (4) seguimiento y (5) después de las hostilidades y redespliegue. No todos los OPLAN tienen los mismos nombres de fase y puede que carezcan de la porción de combate decisivo—pero pueden lidiar con dichas situaciones como refugiados creados por la inestabilidad o derrumbe del gobierno. Conocer las fases de un OPLAN le permite a los planificadores dirigir los efectos primarios y secundarios en contra de públicos destinatarios durante la ejecución de las operaciones, desde el tiempo de paz, a través del combate y de regreso a la paz.

Cualquiera que esté planificando y preparándose para ejecutar dentro de una zona en particular tiene que percatarse que el embajador estadounidense es responsable por los intereses de Estados Unidos en un país en particular. Indistintamente de la fase que se esté ejecutando en un plan, el embajador y su grupo en ese país coordinarán las actividades dentro de ese país. La única excepción tiene lugar durante la fase tres—combate decisivo y estabilización de la fuerza—cuando el comandante regional o de la JTF guía al país (el comandante le devuelve el control al embajador al concluir esa fase). El embajador y su grupo coordinan toda actividad PSYOP con el grupo militar de apoyo de información (MIST)/elemento de apoyo PYSOP (PSE), provisto a través del 4o POG y su batallón regional. Si la Fuerza Aérea emplea las PSYOP para lograr efectos, en todo momento tiene que trabajar con el MIST/PSE o la fuerza de tarea conjunta de operaciones psicológicas (JPOTF).

Antes de implementar un OPLAN, el comandante regional evaluará las acciones en la región que validan la necesidad de cambiar el mando de la fase cero (actividades cotidianas) a la fase uno (previa a las hostilidades o disuasión). Esas interacciones diarias unen al personal gubernamental con las actividades militares al nivel nacional. Durante ese tiempo, el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa por lo regular coordinan las PSYOP y las operaciones de influencia que tienen que ver con los intereses relacionados con las estrategias diplomáticas, de información, militares y económicas del país. Para efectuar las acciones durante esa fase, los comandantes regionales llevan a cabo la coordinación e información a través de los oficiales de enlace asignados a los distintos comandos. Si las PSYOP y las operaciones de influencia tuviesen que surtir efectos a largo plazo en una región, el personal estadounidense tiene que planificar como corresponde, ejecutar de manera oportuna y continuar esas operaciones a lo largo de todas las fases de la actividad.

Típicamente, el conflicto entra en la fase uno cuando el comandante regional opina que una situación podría surgir durante los próximos 18 a 24 meses. Puede que el comandante ya cuente con un OPLAN permanente y aprobado para la situación o podría modificar uno existente. De cualquier manera, los planes contienen objetivos PSYOP que han sido analizados previamente y que son cónsonos con la cultura, inclusive conjuntos de blancos, temas y posibles mensajes. Los planes también podrían especificar otros temas e intenciones que se deben evitar (por ejemplo, aquellos que denigran la cultura, costumbres y creencias locales). Luego, los planificadores deben determinar la mejor manera de llegar al público destinatario, buscando no tan solo afectar las acciones inmediatamente, sino también continuar haciéndolo en apoyo a intentos futuros por parte de Estados Unidos o la coalición. Para fomentar los objetivos de Estados Unidos en la región, nuestras fuerzas armadas y nuestro gobierno deben identificar individuos influyentes de Estados Unidos o del país objetivo que posean un alto grado de credibilidad con el público destinatario—quizás atletas profesionales y aficionados con una atracción multinacional, tales como jugadores de fútbol y baloncesto o artistas con seguidores internacionales. Este método podría resultar útil en un intento de mejorar el entendimiento de la democracia que tienen los ciudadanos locales, por ejemplo, deben apoyar las fuerzas norteamericanas que traen abastos y ayuda a su país.

La segunda fase, conquista o crisis, por lo regular se activa seis meses antes de la posible acción decisiva, lo que podría incluir combate, operaciones de evacuación de no combatientes y MOOTW. Durante esa fase, los comandantes toman en consideración trasladar recursos a una región y protegerlos. Además, las MOOTW pueden incluir transportar recursos a una región bajo un engaño militar a fin de proteger una capacidad u ocultar su presencia en el teatro. Las PSYOP y las operaciones de influencia continuarían desde la fase uno y experimentarían una modificación al entrar a la fase dos para apoyar la operación a medida que ésta cambia. Durante el movimiento de fuerzas y recursos, la protección de la fuerza y la seguridad en las operaciones aumentan en las bases de origen y en los puestos operativos de avanzada. Las PSYOP y las operaciones de influencia ayudan a disuadir la recopilación de información por parte de agentes de inteligencia extranjeros, sabotaje, violencia o demostraciones; además les informan al país anfitrión y a la comunidad internacional acerca de las acciones por parte de EE.UU. y la coalición que ayudarán al país y a estabilizar la región. Si el adversario es una fuerza militar, las PSYOP y las operaciones de influencia ayudan a contener las hostilidades mediante muestras de fuerza y la voluntad de emplear capacidades militares superiores. El público destinatario en la fase dos incluye enemigos influyentes y personal militar, gubernamental y no gubernamental posiblemente amistosos que pondrían en tela de duda las acciones de su gobierno con relación a las acciones de Estados Unidos en la región. Durante esta fase, los ejercicios donde se muestran las capacidades o las misiones de aviación en apoyo a las operaciones de influencia podrían incluir ejercicios de acondicionamiento para afectar a los recopiladores de inteligencia o podrían participar operadores de defensa aérea que recopilarían información vital. Si bien la meta exige influenciar a un gobierno o líder militar para capitular o contener la agresión, a sabiendas que el recopilador de la información y el conducto mediante el cual se traspasa dicha información son decisivamente importantes. Durante esta fase y hacia la siguiente, tratamos constantemente de influenciar al público destinatario. Saber cómo llegar a los líderes del adversario, ya sean gubernamentales o militares, al igual que al público en general tendrá un valor incalculable cuando eventualmente entremos en la siguiente fase.

La tercera fase, combate decisivo y estabilización de la fuerza, no siempre incluye combate de fuerza contra fuerza en el que una fuerza opositora se apodera del espacio aéreo, terrestre o marítimo. Las operaciones de evacuación de no combatientes, las de ayuda humanitaria y otras formas de MOOTW también pueden ocurrir. Las PSYOP al nivel estratégico y operacional continúan durante las fases uno y dos con las modificaciones adecuadas. En la planificación y ejecución en la fase tres de las PSYOP y las operaciones de influencia se comienzan a incluir blancos a los niveles estratégico y operacional, por lo regular comandantes en servicio de menos rango y sus fuerzas. En el ámbito para lograr la superioridad aérea y espacial, esos blancos abarcan las fuerzas de defensa aérea, las fuerzas aéreas o personas adversarias que podrían emplear sistemas de armamento para derribar aviones de EE.UU./ coalición, o de lo contrario atacar nuestros sistemas basados en el aire o en el espacio. La Fuerza Aérea necesita planificar para actuar en contra de fuerzas hostiles y para minimizar los daños colaterales en contra de los civiles no combatientes. En vista de que los medios de noticias y otros, inclusive la Internet, pueden transmitirle a la comunidad internacional informes de dichos daños en cuestión de segundos, el comandante de la JTF y los planificadores de las PSYOP y las operaciones de influencia deben poder eliminar información errada y perjudicial. Típicamente, los temas sobre daños colaterales le corresponden al representante de relaciones públicas, pero bajo el concepto de operaciones de la Fuerza Aérea, las relaciones públicas caen bajo las operaciones de influencia—un arreglo más claro en la oficina de comunicaciones estratégicas de hoy en día, que incluye personal de relaciones públicas, de PSYOP y de operaciones de información. Después que el comandante de la JTF determine que las hostilidades y el combate decisivo—o las MOOTW—han concluido y que existe una necesidad de contar con operaciones de seguimiento, los planificadores iniciarán la siguiente fase.

La fase cuatro, seguimiento después del combate decisivo, incluye apoyar la reconstrucción de un país o región. El embajador de Estados Unidos vuelve a asumir su puesto clave en el país, y se pueden llevar a cabo varias actividades que van desde acciones de limpieza en contra de pequeños grupos de resistencia hasta construir escuelas y abrir pozos. En el ámbito de las actividades civiles, las organizaciones de relaciones cívicas del Ejército de EE.UU., al igual que las agencias gubernamentales y no gubernamentales, reconstruyen instalaciones o les proporcionan ayuda a las personas desa-lojadas. Las PSYOP y las operaciones de influencia pueden informarles a las personas locales acerca del cuidado médico y dental, entrega de alimentos y las organizaciones de apoyo en la zona. La Fuerza Aérea de EE.UU. puede apoyar los planes de acción cívica médicos, dentales y de ingeniería mediante la planificación adecuada y el uso de unidades médicas desplegadas; unidades RED HORSE (Escuadrón de ingenieros de desplazamiento rápido para la reparación de equipo pesado) y escuadrones de ingenieros civiles desplegados en la zona. Durante ese tiempo, las unidades comienzan a desplegarse nuevamente a Estados Unidos y otras partes, y los temas de seguridad en las operaciones y de protección de fuerza pueden convertirse en una preocupación. Además, el país anfitrión puede solicitar ayuda de las fuerzas estadounidenses para establecer una defensa interna en el extranjero (por ejemplo, formar una fuerza militar o policial para apoyar la reconstitución), que debe ser parte del plan de campaña en general en lugar de un intento de último momento para regresarle el apoyo del país al país anfitrión. Imágenes y actividades muestran a las personas, tanto civiles como militares, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y del país anfitrión trabajando juntos para fomentar la estabilidad en el país o la región. Ya sea que estén trabajando en Afganistán, Irak o África del Sub-Sahara, los miembros de la Fuerza Aérea están apoyando la entrega de convoyes, planes de acción cívica y operaciones de estabilización en la zona inmediata de sus bases. Sus intentos realzan la capacidad de la Fuerza Aérea para apoyar los niveles táctico, operacional y estratégico de las PSYOP y las operaciones de influencia, empleando el personal y el equipo de nuestro servicio para cumplir con las metas de Estados Unidos y de la coalición. En lugar de intensificar una presencia militar, como en la fase dos, la fase cuatro disminuye esa presencia.

Como la estrategia de retirada para los militares, la fase cinco—después de las hostilidades y redespliegue—solamente deja detrás aquellos recursos que el embajador de Estados Unidos haya solicitado, inclusive actividades PSYOP que continúan apoyando la reconstrucción del país y la ayuda militar. La Fuerza Aérea emplearía esta fase para garantizar que el personal idóneo asuma el control de los campos aéreos y aeropuertos y que hay una infraestructura para continuar las operaciones. Varios grupos de la embajada proporcionarían puntos de contacto con las agencias dentro del país que apoyarían los intereses de Estados Unidos—una parte esencial para crear y diseminar las PSYOP que tienen una percepción del país anfitrión en lugar de Estados Unidos. Al momento de iniciarse esta fase, las entidades comerciales comenzarían a colaborar con el JPOTF para finalizar productos para entregarlos al público en general como parte del apoyo al pueblo.

Durante todas las fases de un OPLAN o una acción, los planificadores de operaciones de información de la Fuerza Aérea, asignados a la escuadrilla de información de guerra, comando regional combatiente, JTF o JPOTF deben emplear los recursos de la Fuerza Aérea para entregar, reforzar y aprovecharse de las aptitudes intrínsecas del servicio. Hay numerosos métodos para cerciorarse que un mensaje PSYOP o un plan de operaciones de influencia llega al público presunto. Los planificadores de la Fuerza Aérea deben saber que sus opciones para la entrega de PSYOP y operaciones de influencia oscilan desde comunicación cara a cara, mediante el uso estándar de una plataforma de aviones (por ejemplo, transmisión de radio y televisión al nivel mundial desde un avión EC-130E, Comando Solo, y el lanzamiento de propaganda por aviones MC-130 del Comando de Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea, aviones de transporte del Comando de Movilidad Aérea y aviones caza y bombarderos del Comando de Combate Aéreo), y capacidades que radican con el ámbito no cinético de las operaciones de información y de las operaciones especiales de información, no sólo para acciones que apoyen al comandante del componente aéreo de la fuerza conjunta, sino también al JPOTF.

Las PSYOP y las operaciones de influencia durante la planificación y la ejecución siempre tienen que tomar en cuenta los efectos primarios y secundarios del mensaje y de la acción. Además de emplear temas, mensajes y símbolos, las fases que no incluyen combate podrían incluir algo tan sencillo como una barbacoa o su equivalente para atraer e influenciar a las personas. Al trabajar el aspecto táctico y operacional de persuadir al público, los planificadores deben tomar en cuenta cualquier y todos los métodos para hacer llegar su mensaje.

La Fuerza Aérea trae consigo un sinnúmero de capacidades PSYOP y de operaciones de influencia a todas las fases de las acciones militares y diplomáticas y su amplia base de experiencia puede ayudar a los planificadores a encontrar el mercado especializado para sus requisitos de recursos y de la misión. El entrenamiento en planificación, operaciones de información, operaciones de influencia y PSYOP siempre está disponible en la Fuerza Aérea. En vista de que nadie va a una guerra solo, todos los servicios deben pensar y trabajar mancomunadamente. Cada servicio tiene capacidades que incrementan las de sus servicios hermanos. Nuestros planificadores pueden traer recursos de la Fuerza Aérea a la contienda conjunta, cerciorándose que complementan el resultado basado en efectos y centrado en la red que los comandantes combatientes y del JTF desean.

Los planificadores de las PSYOP y de las operaciones de influencia siempre deben buscar maneras de lograr efectos primarios y secundarios que sean beneficiosos. A medida que analizan al adversario y el entorno, deben tomar en cuenta toda posibilidad para lograr el efecto general y alcanzar el estado final prescrito por el comandante regional o del JTF. Nadie duda la importancia de los factores psicológicos en el campo de batalla de hoy en día. Analizar la historia, antecedentes y valores del adversario les permitirá a los planificadores preparar mejor los temas, mensajes, símbolos, sonidos e imágenes que generarán respuestas que apoyen sus objetivos. Al colaborar con las agencias de inteligencia al igual que con el JPOTF, y al tomar en cuenta todos los aspectos del público destinatario, los planificadores de la Fuerza Aérea pueden crear el mayor efecto al costo más bajo.

Hurlburt Field,Florida

Notas:
1. American Express, 18 de octubre de 2004, http://www.americanexpress.digisle.tv/spot64/index.html.

2. "Legendary Golfer Meets Legendary Gopher in New American Express Commercial", American Express, 26 de febrero de 2004, http://home3.americanexpress.com/corp/p ... rshack.asp.
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